Me siento en el sillón, mi hijo se sienta a mi lado y como si estuviéramos pensando lo mismo ambos vemos las tres cosas sobre la mesa. La carta, la caja mediana y la caja pequeña. Ese hombre es todo un misterio, primero que cenemos y ahora que se va, no es que me moleste que se haya ido porque es lo mejor; Saint Amour está lejos y eso es lo más importante.
—Eomma... —Júpiter me da unas palmaditas en la pierna, después me señala la caja mediana.
—¿Abro esa? —pregunto. Mi hijo asiente.
Obediente la tomo y la abro lentamente, por el peso podría saber lo que es y por lo que Daniel dijo también puedo saber lo que es. Júpiter la agarra pero se la quitó en cuanto termina de abrirse y veo que es mi celular.
—Tonto. —gruño.
Mi corazón se alivia cuando al abrir la caja lo que encuentro no es un anillo, no, y de alguna manera me hace sentir inocente de los cargos. El señor Saint Amour me ha enviado un dije con el busto de Nefertiti, lo saco con sumo cuidado porque aunque detesto la idea de otras intenciones el collar me parece muy bonito. En la parte baja, en la cadena con letras pequeñas escribe: "Bondad de Atón, la bella ha llegado". Mi boca se abre con sorpresa, no puedo negarlo porque estaría mintiendo.Es verdad que la familia de mi madre es musulmana y no adoran a ningún dios que no sea Allah, mi padre en cambio es católico al igual que su familia y es en la religión que yo he decidido crecer. Por lo tanto, al ser así y de nacionalidad egipcia decidí entrometerme en la historia, en el pasado y todo lo relacionado a los dioses egipcios, me gusta todo lo relacionado a la antigua Egipto. Mis abuelos son tradicionales pero me hablaron de
Me hice una promesa hace mucho tiempo y esa promesa fue que al poder separarme de Isabella podría buscar a Nefertiti y casarme con ella. Ahora soy un hombre libre, sin compromisos y por supuesto que estoy a total disposición de este matrimonio.Nefertiti me fascina. Me cautiva y me atrae con su belleza, ahora que la he tenido cerca nuevamente solo puedo pensar que la chica tierna, carismática, respetuosa que conocí aquella noche sigue existiendo; una mujer respetuosa que un par de tragos puede volverse una fiera salvaje capaz de hacer caer a cualquier hombre.Nefertiti... una mujer exquisita.Por enésima vez desvío la mirada a mi celular, ansío su llamada pero sé que no llegara sería un completo milagro si ella decidiera a llamarme cuando según, solo soy u
Han pasado dos días. Dos días en los que no he sabido nada de Pierce y ni del señor Saint Amour, por lo menos no de él directamente porque sé que Daniel está acechándome. Ni siquiera sé que está pasando con mi vida, no he hablado con Horus porque tengo un enojo monumental con él, no he llamado a mis padres porque tengo miedo de su rechazo para mi pequeño hijo y mis abuelos... no quiero ni pensar lo que ellos están pensando de mí en este momento.—Júpiter estoy entrando en un estado depresivo-nostálgico, ¿Qué hago? Dímelo... dímelo... dímelooooo... —le jalo las mejillas.—Eomma... no... —hace una mueca molesta.No s&
Me despierto sintiendo un extraño olor entrando en mis fosas nasales, creo que es olor a comida y rápidamente se me revuelve el estómago, o soy muy fanatics de comer mucho y se debe a reglas de mi casa en Egipto. Me muevo tocando la cama por todos lados, me levanto de golpe y busco a Júpiter con rapidez. Mi hijo está en su cunita durmiendo con toda la tranquilidad, sonrío mirándole y no puedo sino sentirme más enamorada de él.—Seguramente Elliot te movió de mi lado. —digo anonadada.Satisfecha con ver a mi hijo a mi lado, me pongo la almohada sobre la cara dispuesta a seguir durmiendo. Algo que se ve interrumpido por el sonido de unos pasos, olor a comida y ahora pasos, ruedo los ojos sabiendo que Elliot está
—¡Elliot la puerta! —grito desde el baño.Inmediatamente lo digo me recuerdo que Elliot ha salido a trotar y se ha llevado a Júpiter, me alegro porque yo ya llevo varios días sin salir a correr con Júpiter. Mi pequeño no se despierta temprano siempre y hoy, que Júpiter despertó a las 4:30 am Elliot aprovecho para llevárselo.No he querido ir con ellos sinceramente no he dormido mucho y de alguna manera me siento inquieta, echo de menos a Pierce pero él ya ha dejado las cosas claras y yo no puedo insistirle. No es mi decisión, es solo suya. Otra razón por la que no he podido dormir mucho es la presencia del señor Saint Amour en mis perturbados sueños, no entiendo cómo es que he podido tener un sueño subido de tono con é
Mi alma se agita. De pronto un calor inmaculado se alberga en mi cuerpo, uno que puedo sentir subir y bajar por mi pecho. El señor Saint Amour se acerca a mi rostro, mis ojos se dirigen a su boca. Maldigo mentalmente cuando el sueño de ayer se me viene a la mente, esta es una posición parecida, él está encima de mí de la misma manera y lo único que falta es que yo le sujete de la corbata y lo acerque a mis labios.Como una boba me río, el frunce el ceño pero no dice nada.¡Termina con esto Nefertiti!Vale. Le pediré que se marche, que dejemos las así y que dejemos las cosas como están. Nos olvidamos del pasado, de la boda, le pido mi anillo y todos felices. Me quedo parada viendo el lugar por donde Pierce por segunda vez se ha retirado, por segunda vez hemos terminado gracias a la existencia del señor Saint Amour.Esta vez... quizás solo esta vez debería de seguirlo. Explicarle, hablar con él y demostrarle lo que ahora está sucediendo. Hemos tenido una relación bonita, no ha habido compromiso pero no quiero o creo que sea justo terminar todo gracias a un hombre desconocido. Porque eso es lo que el señor Saint Amour, solo un desconocido.Si, quizás deba de hacerlo, tal vez por primera vez necesito formalizar y Pierce es un hombre que vale la pena.Me giro para volver a ver al señor Saint Amour y dejarle en claro que en este momento no puedo aceptar absolutamente nada de lo que él me está pidiendo.Claro que eso se queda en un lo hCapítulo 24
Mi corazón da un vuelvo. No, mi corazón no da un vuelco... ¡Mi corazón se suicida y se termina enterrando solo! Saint Amour se pone el anillo y me lo muestra, reluciente y poderoso en su dedo anular de la mano izquierda.Cometí una estupidez, cometí un error garrafal. Me comprometí con este tipo, yo, le entregue mi anillo como si nada a un extraño que ahora lo está usando en mi contra.¿Pero por qué? ¿Cómo? ¿Cómo sucedió?Yo no recuerdo haberle conocido, yo no recuerdo haberle dicho esa frase... que solo yo sabía, por lo menos alguien como Saint Amour no hubiese podido saber de la existencia de una frase tan mitológica como lo es esa.Último capítulo