ISABELLA
Las líneas de Liam avanzan rápidamente hacia nosotros traspasando nuestras fronteras, algunos de nuestros guardias se transforman en sus lobos y otros simplemente se quedan en forma humana.
Si bien nosotros los superamos en número, él tiene vampiros y brujos de su lado. Los gruñidos comienzan a hacer presentes llenando el ambiente. Mis ojos no se apartan del lobo gris de Liam, sus dientes están expuestos en mi dirección y sus ojos muestran claramente sus emociones. Las ganas de tiene de matarme.
Una sonrisa burlona tira de mis labios y ese es el incentivo suficiente para que comience a correr en mi dirección. De reojo puedo ver como Christopher vuelve a adoptar la forma de Zeus y antes de que el se mueva comienzo a correr en dirección a Liam interceptándolo a mitad
Omnisciente. Los pájaros cantan y los insectos revolotean alrededor de lo que hace unos cuantos minutos era un pequeño campo de batalla, ellos siguen su vida, sin saber que una posible tragedia esta por suceder. Marcos corre como puede a pesar de sus heridas y golpes hacia su Alpha, su mejor amigo, su hermano, el cual se encuentra acostado de costado en el suelo siendo ayudado por uno de los guardias que estaba cerca de él en el momento que la tragedia sucedió. Isabella sigue en estado de shock por ver a su mate en ese estado, intenta ponerse de pie, pero los síntomas de su magia a punto de descontrolarse le pasan cuenta. Brenin corre en su ayuda, le agarra la cara observándola detenidamente y con un profundo miedo posicionándose en su pecho al ver a la muchacha en ese estado. No quiero perderla, no puede p
ISABELLALa cabeza me da vueltas, aprieto con fuerzas mis ojos y llevo mis manos hacia mi cabeza rascandome con ansiedad. Ha pasado un día desde que mi magia casi me absorbe completamente, donde casi me perdí, sino hubiera sido por la marca que ahora tengo en el cuello.Desperté hace un par de horas en mi habitación. Sola.Tengo vagos recuerdos sobre esa tarde. Christopher lleno de sangre. Liam escapando. Una barra de metal. Mi runa sanadora en el suelo. Mis manos temblorosas. El sabor a sangre en mi boca. Descontrol. Dolor. Dientes incrustados en mi piel. Tranquilidad. Paz. Amor. Sus ojos celestes mirándome con preocupación. Oscuridad.Desperté y pensé que estaría conmigo, pero no fue así. Ni siquiera Brenin estaba aquí. ¿Qué sucedió? ¿Brenin hablo con él? ¿le conto? ¿se sintió obligado a marcarme? ¿
CHRISTOPHER Puedo ver que esta incomoda. No se si es por mi presencia o por la marca. O ambos. Retuerce sus dedos sobre su regazo mirándolos fijamente sin apartar la vista de ellos, mientras yo la admiro a ella. Cada detalle de su rostro, la forma de caer de su cabello sobre él, su respiración la cual esta levemente acelerada, como humedece sus labios, sus pestañas, la forma en que la ropa deportiva que trae puesta se adhiere a sus curvas. Una punzada de placer llega a mi ingle al recorrer sus caderas, cintura, pechos con la mirada logrando que me remueva sutilmente en el sillón para que ella no lo note. Su aroma también influye, me está alterando cada nervio, cada sentido, muerdo el interior de mi mejilla y empuño mis manos cuando las ganas de enterrarme en su cuel
ISABELLA Camino tras el mientras salimos del despacho encontrándonos con el guardia fuera de la puerta. Su mirada nos recorre y termina mirándome a mi con una clara señal de disculpas por interrumpir. – Lo siento mi señora. – dice en mi dirección con cara de perro arrepentido. Hago un gesto con las manos restándole importancia y puedo ver como Christopher lo mira perplejo. – ¿Y a mi no me pides disculpas? También me interrumpiste. – habla con tono ofendido. El guardia lo mira, me mira a mí y vuelve a mirarlo a él. – Lo siento Alpha. – responde haciendo una reverencia. – sus padres lo esperan en el salón. Dicho eso nos da la espalda y comienza a caminar por el pasillo dejándonos atrás. Christopher se cruza de brazos sobre el pecho mirando con el ceño fruncido en la dirección que hombre se fue, acerco una de mis manos hacia su hombro para llamar su atención. – ¿Qué sucede? – Te prefieren a ti. – r
CHRISTOPHER– Bueno de que quieres hablar. – pregunto adentrándome en el despacho seguido de Brenin.– Es sobre Isabella.Me detengo a mitad de la sala a para voltear a verlo.– ¿Qué sucede con ella? ¿Esta bien? ¿Enferma?– Okey cálmate. – suelta una risa. – no es nada malo. Ahora siéntate tras su escritorio, quiero tener distancia entre nosotros cuando te cuente.Frunzo el ceño y camino hasta sentarme tras mi mesa. El hace lo mismo del otro lado y apoya sus ante brazos en el mesón enlazando sus manos. Su mira es seria, me esta mirando detenidamente y a veces sus gestos se pierden cuando mira a la nada. Creería que habla con su lobo.
CHIRSTOPHER Avanzo hacia ella con tranquilidad, sus ojos están atentos a cada uno de mis movimientos mientras me aproximo a su posicion. Por el rabillo de mi ojo puedo ver como Brenin se quita la chaqueta que traía encima quedando solo en una polera manga larga. El olor de Isabella realza contra todos los que se pueden sentir en el aire. Si bien el olor a muerte que generalmente se encuentra presente en estos lugares, así como mis mazmorras no está presente en este espacio, solo hay un leve olor a sangre. Rodeo la mesa que se encuentra delante de ella quedando frente a frente. Pude escuchar su corazón levemente acelerado y su respiración irregular con cada paso que daba hacia ella. – ¿Cómo estas hermosa? – le pregunto mientras coloco una de mis manos en su nuca atrayendo su rostro hacia el mío para dejar un
ISABELLA El paisaje pasa a toda velocidad a nuestro lado. La calefacción azota mis mejillas calentándolas, seguramente están rojizas debido al calor. Chris maneja con una mano sobre el volante y la otra la tiene apoyada en su mentón ya que su brazo esta flexionado y su codo se encuentra apoyado en el compartimiento entre nuestros asientos. Estoy nerviosa. Joder estoy nerviosa. No se donde vamos, simplemente una vez que llegamos a la mansión me hizo empacar rápidamente unos cambios de ropa para irnos inmediatamente de la mansión, porque según mi olor ya era demasiado fuerte y los guardias podían olerme. – ¿Ágata? – le hablo a mi loba mientras miro de reojo a Chris que mantiene la vista fija en la carretera. – Dime hermosa. – ¿Sabes dónde vamos? – No. – murmura con tristeza. – Zeus no quiso decirme nada, dijo que era sorpresa pero que nos gustaría mucho el lugar. – ¿Estamos cerca al menos? – Le pr
ISABELLA Su boca era demandante contra la mía, nuestras lengua se enredaban luchando por dominar, pero claramente el seria él victorioso. Sí antes tuvo alguna intención de ser suave o dulce, quedo en el pasado. Nos deseábamos, más de lo que ambos queríamos admitir. Sus manos se paseaban por los costados de mi cuerpo y gemí cuando llego hasta mis nalgas y las apretó con fuerza. Sus manos eran grandes, por ende, sentí como pudo cubrir casi toda mi retaguardia. Además, yo no era muy voluptuosa, tenia lo mío, pero no en grandes cantidades. Arrastro mis manos hacia el doblez de su camiseta y me alejo unos centímetros de su boca para sacársela con su ayuda. Lamí mis labios al tener su torso descubierto frente a mí, sus músculos definidos, masculinos y unos cuantos vellos rubios asomaban en su pecho. Baje mi piern