Christopher
– ¿Qué carajos?
Exclama marcos acercándose hacia la posición de Liam. Los guardias me miraron y con un asentimiento de cabeza lo retuvieron antes de poder llegar a él.
– Christopher ¿qué carajos haces? – hablaba intentando zafarse del agarre de los muchachos.
Finalmente se rindió y volvió a mi lado con el ceño fruncido y la preocupación plasmada en su rostro.
– ¿No me vas a responder? Has estado sentado ahí mirando todo como idiota sin decir ni una puta palabra.
Voltee mi cabeza para mirarlo con el ceño fruncido.
– ¿Debo recordarte que estas acá para ver si eres digno del puesto de beta?
Suelta un suspiro pasando sus manos por su cara y pelo con clara señal de frustración.
– Joder, pero es Liam. – lo apunta con su mano – ¿qué hace aquí y en ese estado?
– Se quien es, no debes recordarlo. – vuelvo a mirar al imbécil que mantiene la cabeza gacha – y los golp
IsabellaEl sonido del auto estacionándose fuera de la casa se hace presente al igual que mis nervios.Dije que podía ser su postre, joder, no sé porque hice eso.No tengo experiencias sexuales, él fue mi primer beso, ningún chico se ha acercado a mí desde que saben que soy hibrida y tuve la espectacular idea, notándose el sarcasmo, de seguirle el juego a él.Él que ha tenido ya sus experiencias, que me sobre pasan en cualquier tipo de conocimiento y ahora los nervios me comen viva al pensar que me cobrara la palabra y no sé si este lista.Me acerco a la puerta cuando escucho que toca y lo encuentro hablando por celular con expresión sería y con una bolsa en la mano que me tiende e inmediatamente alcanzo revisando su interior encontrándome con un helado de chocolate.Una sonrisa se forma en mi rostro y camino hacia el
IsabellaLos días pasan más rápido de lo que quisiera, dos días quedan para mi cumpleaños y los nervios respecto al tema del mate empiezan a cobrar vida.Mis tardes se resumen en pasar tiempo con Christopher y las mañanas ser ignorada en el instituto por todos. Las cosas con él están bien, muy bien me atrevería a decir. No hemos pasado más allá de besos y pequeños toques, nada más allá y la verdad las ganas por él aumentan cada vez más. Creo ya estar lista para dar el siguiente paso con él, pero no sé si el querrá.Quizás no quiere estar conmigo por no tener experiencias sexuales y no quiera perder el tiempo conmigo. Nunca ha intentado llegar más allá y las veces que yo me he dejado llevar, me detiene.El timbre de aviso de termino de jornada resuena por el lugar ocasionando que me sobre
IsabellaSus ojos me observan con tal intensidad que un revoloteo en mi estomago comienza a hacerse presente, su cuerpo dejo de estar sobre el mío y ahora se encuentra de rodillas entre mis piernas.Sus manos están acariciando mis muslos con pequeñas caricias que ascienden hasta llegar al borde de mi pantalón. Los nervios no han abandonado mi cuerpo en ningún momento, pero sus caricias los han mantenido a raya logrando que no me arrepienta de la decisión que tome.Su mirada conecta con la mía cuando sus dedos alcanzan el botón, pero se detiene mirándome como si estuviera esperando mi aprobación, con un leve asentimiento de cabeza comienza a desabrocharlo y retirarlo lentamente de mis piernas.Una vez salen por mis pies, sus dedos entran rápidamente en contacto con mi piel, arrastrando sus dedos desde mis tobillos subiendo por mis muslos logrando erizar toda mi pi
ChristopherAcaricio su pelo suavemente para no despertarla, se encuentra tan tranquila, tan en paz, que no quiero perturbar eso.– Al fin es nuestra. – ronronea Zeus.Me quedo en silencio sin contestar a eso, la yema de mis dedos comienza a recorrer su rostro, delineando su mandíbula, su nariz, labios, cejas, intentando memorizar cada aspecto de su hermosa cara.Admito que no quería acostarme con ella, porque sería todo más difícil, mis celos, mi posesividad ahora estarán aumentados, más cuando no utilizamos condón y mi esencia quedo dentro de ella dejando mi aroma en su cuerpo.– Sí, huele a nosotros. – dice con orgullo mi Lobo – fuimos los primeros y seremos los últimos.– No creo que la merezcamos.Respondo
CHRISTOPHER– Christopher!Escucho como me llaman a mi espalda, detengo mi andar rodando los ojos y soltando un gran suspiro. Volteo y la melena rubia de Brett se hace presente. Ha estado persiguiéndome todo el día para hablar y la he ignorado.– Dime.Pregunto ya agotado de su insistencia, Marcos ya se encuentra donde acordamos y las horas pasan, debo llegar rápido para tener todo listo a tiempo.– Me has esquivado todo el día ¿Qué te sucede últimamente?– Nada, te dije que lo nuestro acabo y simplemente no me apetece tenerte cerca, tu olor ya no me agrada.– Eres un cabron ¿Lo sabias?– Sí.Respondo con una sonrisa ladeada provocando que su rostro se coloque rojo por la rabia, doy media vuelta para dar terminada la conversación y encaminarme a su auto, pero sus palabras me detienen.–
ISABELLA Despierto cuando los rayos de sol impactan contra mi cara, me estiro relajando los músculos quedando esparcida por toda mi cama. Me quedo unos segundos con los brazos y piernas abiertas mirando el techo y una sonrisa comienza a formarse en mi cara. Estoy demasiado feliz. – Buen día Ágata. – hablo a mi Loba. – Hola hermosa ¿Cómo dormiste? – Bastante bien, estoy muy feliz de al fin tenerte. – Yo estoy feliz que me haya tocado alguien como tú. – chilla con alegría – ahora levantémonos y vamos en busca de mi mate. La sonrisa se me borra de golpe y volteo mi cabeza hacia mi izquierda, hacia ese lado vacío que él estuvo ocupando la gran mayoría de las noches. Aun me duele que me haya dejado plantada, pero presiento que hay una razón para ello y lo escuchare atentamente antes de enojarme con él. Se
Los arboles se mecen al compás del viento a través de la ventana, los observo como cada tarde sentado desde el sillón de mi nuevo despacho. Hace un año que soy el Alpha de la manada cuando mi padre decidió que era hora de retirarse. Si bien la manada se encuentra estable y a nadie le falta nada a mi me falta todo. Me falta ella.Hace dos años que los días solo son eso, días. Espacios de tiempos llenos de soledad, ya no hay días festivos, ni tiempos libres, simplemente me centre en trabajar, día y noche para compensar su perdida.Dos años en los que no he podido dormir una noche de corrido, porque por más que lo intente despierto a media noche con el recuerdo de ella. Recordarla acurrucada contra mi cuerpo, abrazándome, noches y noches en las que solo ella aparece en mis sueños.Extrañando el color de su pelo desparramado sobre las almohadas, el color de sus o
– Mi niño ¿otra vez con problemas para dormir?Desvío mi vista de la humeante taza de café entre mis manos y observo a la mujer que es como una segunda madre.– Sí rosita, como todas las noches.Una sonrisa triste se forma en sus labios y camina hasta quedar de pie al lado del taburete donde me encuentro sentado. Una de sus manos comienza a acariciar mi pelo y cierro los ojos un momento recordándola a ella. En como ella lo hacía, cada vez que me tumbaba junto a ella o cuando me abrazaba.– Sé que la extrañas y no quieres olvidarla, pero a veces es mejor dejar ir para dar un alivio a nuestros dolidos corazones.Niego con la cabeza levantándome del taburete dejando la taza vacía dentro del lava platos. Rosita es la única a la que le comenté sobre lo sucedido luego que me pillara llorando borracho una noche hace un par de meses.–