*Sebastián*
Cuando salió fui directo a mi habitación y tomé unos jeans y una remera cualquiera, me la puse a toda velocidad y la alcance en la entrada, fuimos directo a la cocina, creo que no se dio cuenta que ya la había alcanzado.
Sara le entregó una taza de té, mientras yo me serví café, ¿Cómo hace esta niña para vivir sin café?
—¿Hiciste galletas?—preguntó a Sara, al parecer le gustaban y mucho.
—Sus esencias la delatan, es una glotona—dijo Gregory en broma.
—No tuve tiempo—respondió ella haciendo puchero.
—Está bien solo por eso te cobraré mis servicios como organizadora de bodas—bromeó con ella, se las veía muy a gusto juntas.
*Sebastián* Mi madre se intentó acercar a mí, pero no la dejé. —Podría usar un pañuelo en su espalda para cubrirlo—dijo madre al oído, la mire y luego mire a Reichel. Salí de la habitación seguido de mi madre, estaba que explotaba en cualquier momento. —Debes explicarle por qué no puede mostrarlo, recuerda que es una humana y que aún no se conecta con su Loba—dijo mi madre mientras caminábamos hasta su habitación. —Ella me insulta y yo debo explicarle—dije aun no me podía calmar. —Es nuestra Luna y si la tratas mal la alejaras de nosotros—dijo Gregory ya calmado. —No ves que solo le dije que se cambie de vestido, na
*Sebastián* —Mi hermano es un idiota, no entiendo cómo es que aún no ha enlazado a Sara, ella espera una hija de él y esa beba podría salir humana si se tarda más—dije y note como Reichel estaba enojándose por mis palabras—en fin, sino fuera por todo eso yo no estaría hoy al lado de mi compañera—concluí y levante mi copa, señale a donde estaba Reichel, todos los presentes se giraron a verla y ella me dio una sonrisa, aunque creo que me quería matar porque sentí que me asesinaba con la mirada. —Nuestra Luna sonrió de una forma psicópata, pero no de los psicópatas amistosos—dijo con algo de miedo mi Lobo. —Vamos Gregory, me dirás que le tienes miedo a esa niña—dije con algo de picardía. —No le tengo miedo, pero sí temo que nos abandone—dijo mi Lob
*Reichel* Me desperté, ya había amanecido, giré intentando no despertar al grandulón y vi que Sebastián ya estaba despierto. —Buenos días mi Luna—dijo besando mi frente. —Buenos días—respondí acercándome más a él— ¿Qué hora es? —pregunté frotándome en su pecho. —Son las nueve—contestó entre un gruñido y un bostezo. Intenté zafarme de su agarre, pero me abrazó con más fuerza. —Quédate así un rato más—dijo acomodándose más en la cama. No le respondí solo continúe frotándome sobre su pecho, él me lleno de caricias y mimos por nuestro tatuaje y me acorde. —Quiero que te gires, necesito ver algo—dije separándome de él, pensó un momento, pero al final se giró. Se puso boca abajo dejándome su amplia espalda a mi merced, me subí a su trasero y él ni se quejó por mi peso. —Interesante—dije recorriendo su tatuaje con las manos, cubría toda su espalda y tenía un trabajo exquisito como si fuera h
*Reichel* Baje y todos estaban en el gran salón conversando a gusto. Busqué a Sara con la mirada y la encontré sentada con John al lado y la niña que no paraba de olfatearla. Iba caminando hacia ella cuando Sebastián me paro en el camino. —¿No quieres desayunar?—preguntó abrazándome por detrás. Tenía una erección que daba miedo, este grandulón era insaciable. —No, estoy bien—conteste y me giro para que lo mirara a la cara—ve a desayunar tu si quieres—dije dándole la mejor de mis sonrisas. —Debes alimentarte bien o no podrás seguirme el ritmo—dijo a mi oído para terminar por morder mi lóbulo. Hizo que una corriente eléctrica recorriera todo mi cuerpo, pero me terminó soltando, seguí mi camino hasta donde estaba Sara, me arrodille delante de ella. —¿Cómo amaneciste señora de Bleer?—dije guiñandole el ojo. —Ella tiene el mejor de los aromas—dijo la niña que estaba a su lado, sus ojos t
*Sebastián* Me desperté y noté como Reichel dormía plácidamente sobre mí. —Nuestra Luna está cansada, déjala dormir más—dijo Gregory disfrutando de las esencias de nuestra compañera. Pasó un buen rato hasta que sentí que se movió para salir de la cama. —Buenos días mi Luna—dije mientras besaba su frente. —Buenos días—respondió acomodándose mejor sobre mí—¿Qué hora es?—preguntó frotándose sobre mi pecho. —Nuestra Luna se despertó mimosa—dijo Gregory feliz. —Son las nueve—conteste algo molesto. Sabía que se querría levantar y así fue, intento salir de encima de mí, pero la sujeté con más fuerza procurando no hacerle daño. —Quédate así un rato más—dije sin soltarla. Ella no me respondió solo continúo dándome mimos con su cabeza, respondí sus mimos acariciando nuestra marca en su espalda. —Quiero que te gires, necesito ver algo—dijo con mucha energía y saliendo de encima de mí.
*Sebastián* —No, estoy bien—contestó, hice que se gire para poder mirarla a los ojos, aunque no era necesario, por sus latidos podía saber cuándo mentía—ve a desayunar tú si quieres—terminó diciendo dándome una gran sonrisa. —Quiero montarla—comentó Gregory aún más excitado que yo. —Debes alimentarte bien o no podrás seguirme el ritmo—dije al oído para luego morder su lóbulo. La solté porque si no se enojaría conmigo al no poder despedirse de Sara. —Cuando se vaya no la dejaremos salir de la habitación—concluyó Gregory con rapidez. Se fue a hablar con Sara y yo la seguí al ver que Nila le habló. La mire con la peor de mis caras de tío malo. —La asustaste—dijo Rei mirándome a mí, al parecer no le gusto que asuste a Nila. Rei le dijo algo y le puso su mano en la mejilla, la cachorra comenzó a refregársele como el maldito felino que es. Lancé un gruñido y Nila salió disparada del lugar
*Reichel* Golpearon la puerta y Sebastián se levantó a ver quién era, cosa que me pareció extraño porque él podía oler quien estaba del otro lado de la puerta. Hablo algo y volvió conmigo a la cama, me dio un beso y me alzo en brazos, me llevó a la ducha y se metió conmigo, al terminar de ducharnos me dijo que Sara me esperaba abajo que ya tenían que ir al aeropuerto. Nos vestimos y bajamos de la mano, me sentía feliz por estar con él y porque Sara se iría a su luna de miel. Todos estaban en el salón saludando y despidiendo a los novios, apenas me vio Sara corrió a mis brazos. —Cuando regrese estaremos juntas hasta el fin de los tiempos—dijo conteniendo las lágrimas. No le respondí, solo la abracé más fuerte aún. Cuando aflojo su agarre le di un beso en la frente y puse mi mano en su panza. —Serás la luz que guíe nuestras vidas y aunque intenten apagar tu luz jamás lo lograran—dije en estado de trance. C
*Reichel* —¿Unión?—pregunté completamente confusa, pensé que la unión con Sebastián ya se había completado. —Tu Loba está despertando—dijo Sebastián acercándose a mí—debes estar tranquila, sentirás dolores de cabeza y tu cuerpo arderá—dijo y luego me entregó una taza con un té—tomate esto te ayudará—concluyó acercándome más la taza. Olfatee la taza y un fuerte dolor de cabeza me invadió. —Por todos los Dioses—dije mientras sujetaba mi cabeza. —¿Madre qué le sucede?—preguntó Sebastián desesperado. —No lo sé hijo—dijo acercándose a mí—es la primera vez que veo la unión de una Portadora de Joyas con una Loba—dijo con la voz llena de preocupación. —¿Me estás diciendo que lo rechaza?—preguntó Sebastián dubitativo entre estar desesperado o enojado. Cuando entendí lo que me estaba sucediendo activé todos mis anillos. —Necesito que me alcances mi caja—dije pidiendo a Sebastián y señalándole donde estab