Tal y como la familia Hills sospechaba, supieron que Amanda al llegar a vivir con Walter ya tenía a León. No fue nada dificil poder saber eso. Lo que la familia no sabía era que Amanda tampoco era su madre, sino que había una historia trágica detrás de aquel suceso. Walter admitió que había reconocido a León como su hijo y que para él no habría diferencia entre él y un hijo biológico. Habló a los medios telefónicamente cuando se comunicaron con él y dijo que quería formar una familia con su esposa, tal vez tener uno o dos hijos más. Aquello calmó un poco las intrigas y también logró que la prensa aún más apostara por la continuidad de la reciente pareja de esposos. Quien no estuvo para nada contenta fue la madre de Walter, mucho menos tampoco lo estuvo Rebeca. Ella seguía pensando en que podría haber hecho Amanda para engatusarlo de ese modo, pero es que ella hasta le había endosado un niño y el muy gustoso lo reconoció como propio. Era absurdo, ¿Cómo logró dejarse embaucar así? Lu
Lautaro esperó que Rebeca le dijera por qué había ido a disculparse y también por qué tenía ese gesto tan sorpresivo. Ella no era una mujer amable en estado natural, ¿Qué le sucedió esa noche tan singular? -¿Quieres colocar los platos o decirme dónde están así lo hago yo?- Preguntó ella quitando la comida de las bolsas -Yo lo hago, puedes buscar las copas- Él señaló a su derecha y ella obediente fue a buscarlas -¿Quieres que te sirva?- Preguntó destapando una de las bandejas y mirando como demonios se servía eso con cuidado -Está bien- Lautaro aceptó y ella maldijo internamente pero le sonrió de la manera más simpática que pudo Lautaro la veía intentarlo, pero no se le daba bien. Rebeca era un desastre dando atenciones, se notaba que jamás había hecho algo así, pero al menos estaba intentándolo. -Déjame enseñarte- Le pidió y tomó el plato que a ella le correspondía, fue detrás de su cuerpo y con sus manos sostuvo las de Rebeca para servir. Era la única manera de enseñarle sin qu
Lautaro siguió moviéndose y llenando a Rebeca de si mismo. Ella sentía como que él llegaba más lejos de lo que nadie había podido hacer. Cada embestida parecía golpear una fibra demasiado sensible en su interior y la estremecía causándole un placer extremo. Lautaro la veía disfrutar y también sentía como ella en su interior apretaba su miembro pidiendo aún más. Sentía demasiado placer y el alcohol que habían bebido solo había logrado que los dos dejaran crecer un fuego abrasador que duraría por mucho tiempo en ese cuarto. -Dime cuánto te gusta- Él se detuvo por completo y ella intentó moverlo para seguir disfrutando el enorme placer que él le proveía -Por favor Lautaro muévete- Suplicó y el apenas se movió por algunos segundos -No hasta que me lo digas, ¿Cuánto lo deseas? ¿Cuánto te gusta?- Hizo que sus ojos lo miraran y que no fuera capaz de mentir -Quiero sentirte, quiero que te muevas, me gusta como lo haces. Eres...- Se detuvo a tiempo de decir algo más -Te follaré toda la n
Lautaro solo miraba a Rebeca que momentáneamente se había puesto seria y no entendía los motivos de eso.-¿Dije algo malo?- Pensó en eso y acabó preguntándoselo-No, no lo hiciste. Pensaba en lo extraño que es esto. La vez anterior amanecí sola y hoy...- Lo miró sin necesidad de terminar la frase. Lautaro aún estaba sobre su cuerpo y aunque habían terminado de tener relaciones, él no se había separado, aún estaban unidos -Y hoy conmigo, excitada y satisfecha, ¿Está mal eso?- Le preguntó con dudas -Esto entre los dos no debe ocurrir. Fue estupendo, pero no deja de estar mal- Explicó sintiendo culpa. Si realmente quería algo con Walter, ¿Por qué se dejaba seducir por su secretario?-Muy bien, habrá una última vez y luego te daré mi amistad- Lautaro estaba un poco molesto y no podía cambiar esoRebeca lo sintió crecer nuevamente en su sensible interior y sin previo aviso él había comenzado a moverse llevándola al éxtasis tan rápido que se sorprendió demasiado. Aunque al inicio él fue s
Walter esperaba resultados sobre la investigación en curso. Sabía que Lautaro era un gran empleado que haría exactamente lo pedido y hasta mejor de lo esperado. El empresario tenía muchas inquietudes sobre la familia de su esposa. Él recordaba al señor Gálvez y por lo que Amanda, su hija, le había dicho era un excelente hombre y padre. Lastimosamente él no tenía buenos comentarios sobre la madre de su esposa ni tampoco sobre el hombre que estaba con ella actualmente. Él sentía que habían muchas cosas extrañas en base a todos los sucesos que habían ocurrido en la línea de tiempo en que se enfermó su suegro y su posterior fallecimiento. Habían pasado varios días cuando Lautaro pudo encontrar mucha información que luego de revisar minuciosamente lo dejó estupefacto. Esos archivos tenía que verlos su jefe pero no sabía cómo podía llegar a interpretarlos. Lautaro llegó a la oficina y ese día llevó consigo un maletín que tenía código de seguridad. Ese maletín solo lo utilizaba cuando debí
Rebeca se mostraba indignada ante la falta de modales de Amanda, ¿Que le había visto Walter a ella? Era imposible de entender.-¿Nadie le dirá nada?- Miró a Lautaro y después a Walter que había escuchado la voz enfurecida de su esposa y se había sorprendido por eso-Ella es la señora Hills y también mi jefa- Lautaro se excusó y Rebeca puso sus ojos en blanco. Después de lo que habían hecho él no era capaz de defenderla -Rebeca no atiendo visitas personales aquí. Este es un horario laboral, así que a menos que vengas con una propuesta de negocios debo pedirte que te retires- Walter había tomado de la mano a su joven esposa que le dedicaba una mirada de suficiencia a la atrevida mujer que buscaba seducir-Esta humillación no se quedará así- Dio grandes zancadas hasta llegar al ascensor y le dedicó una mirada furibunda a LautaroRebeca salió refunfuñando de la empresa. No podía creer la escena que había presenciado y cuánto le había molestado. La indignación y la furia estaban en su tor
Rebeca había seguido viendo a Lautaro en su apartamento por diferentes motivos, mayormente peleas referentes a no poder ver a Walter como deseaba o escenas de celos que acaban bajo las sábanas y con la ropa de ambos regadas en el suelo de camino al cuarto. Cada vez con más frecuencia se veían y por momentos discutían solo para avivar más la llama que la hermosa mujer se negaba a aceptar que estaba más que bien encendida. Amanda fue a un restaurante con su apuesto esposo a celebrar un mes más desde su matrimonio. Cómo siempre, al llegar allí, vieron reporteros que estaban más que interesados en su vida privada y también en su matrimonio. La madre de Walter se negaba a aceptar que su hijo estuviese casado con alguien que ella no aprobaba y cada intento de conversación con él para que considerara el divorcio había resultado en vano. Ella creía que los escándalos mediáticos harían que aquel matrimonio se disolviera, pero estaba equivocada.-Me gusta la comida mexicana- Walter probó asombr
Rebeca sentía que de alguna manera había traicionado a Patty, aunque entre ella y Lautaro no existiera vínculo ni fuera a existir. -Creo que las dejaré hablar a solas- Lautaro quiso irse pero fue interrumpido-A solas no. Quiero saber la verdad, ¿Qué fue todo lo que escuché?- Patty los miró con sus ojos entrecerrados. Ella estaba dolida, enojada y a la vez triste. ¿Cuántas veces le había pedido a Rebeca que la ayudara a conquistar al secretario?Lautaro observaba a las dos mujeres y su completa atención se centraba en Rebeca. Ella se veía afectada y hasta avergonzada. Él tomó una profunda respiración antes de afrontar lo que la hermosa mujer se negaba a admitir. Ella le dió una mirada suplicante y él podía notar como buscaba una excusa convincente para justificar lo injustificable. -Hemos pasado algunas noches juntos desde hace algunas semanas- Se sinceró y Rebeca miró hacía el suelo, incapaz de mirar a su amiga-¿Semanas?- Patty lo miró incrédula y notó la sinceridad de Lautaro. Ta