Esa noche Ángela disfruto de la noche al lado de Arturo y su familia.Al finalizar la velada se fue con Arturo a su apartamento.—¿Te divertiste?—preguntó Arturo mientras aflojaba el nudo de su garganta.—Mucho, pero me siento tan cansada—Ángela se dejó caer en el sofá y empezó a quitarse sus tacones.Después de quitarse sus tacones, se puso de nuevo de pie y caminó hasta donde Arturo se encontraba.Arturo sonrió, pues sabía que era lo que ella pretendía.—Podrías ayudarme con el cierre de mi vestido—dijo Ángela de manera seductora.—Con todo gusto—Arturo la tomó de la cintura pegándome a su pecho, luego la besó de manera demandante.…Mauro.Un año, eso era el tiempo que había pasado desde que inició, esta mentira, mentira que me ha destrozado por completo.Trate de hacerle caso a mi madre y olvidarme de Ángela, pero ha sido imposible, ella hace parte de mi ser, simplemente no puedo dejarla ir, así que he buscado la manera de volver a ella, e incluso pensé en operarme, pero a la fina
Gloria se sentía desesperada al no tener noticias de su hijo, su más grande temor era que esas personas descubrieran que se encontraba con vida y querían acabar con él.—Mamá, ya es tarde, creo que es hora de ir a la cama, mañana vuelves a intentar—le aconsejo Hanna.—Crees que podré dormir, me temo que tu hermano puede cometer una locura que lo pondrá en riesgo—soltó con evidente preocupación.—Puedo entenderte madre, pero Mauro ya no es un niño y debe asumir sus el resultado de sus actos, confiemos que sabrá hacer las cosas—Hanna, se acercó a su madre y le quitó el teléfono.Luego la condujo hasta su habitación, en donde ya Mauricio se encontraba acostado.Después de dejar a su madre recostada, se fue a la suya, con la intención de dormir, pero antes, envió un mensaje al teléfono de su hermano.—Piensa bien, antes de actuar, papá y mamá están preocupados—decía el mensaje, pero el teléfono había sido pagado.Mientras esto ocurría, Mauro venía hecho una fiera, Ángela era su mujer y no
Mauro sabía que debía saber moverse para evitar ser descubierto, así que tomó su maleta y se dirigió a una estación de autobús, en donde tomó uno que lo dejara cerca de la casa de sus padres.También debía prepararse mentalmente para el regaño que le esperaba de parte de su madre, pues era ella quien más le preocupaba.El viaje en autobús le tomó más de cuarenta minutos, luego debió caminar media hora.Una vez que estuvo enfrente de la gran casa, tomó el suficiente aire para llenar sus pulmones, pues sabía que lo que necesitaría sería mucha paciencia, pero nada de lo que su madre le dijera lo haría cambiar de parecer. En su mente solo había algo claro y era recuperar a su familia, sin importar lo que tuviera que enfrentar, aun si eso colocará en riesgo su vida.…Mauro.Mi oído izquierdo zumbaba a causa de la fuerte bofetada que mi madre me había dado.Entendía su enojo, pues ella, al igual que mi padre quien me observaba en silencio, se sentía preocupado por lo que me pudiera pasar.
Mauro se sentía ansioso, temía que la respuesta de Ángela fuera que si amaba a Arturo, eso lo destruiría por completo.—La respuesta es ¡si!, amo a Arturo y soy feliz a su lado—contestó Ángela con firmeza.Mauro retrocedió al escucharla, sentía que su pecho se apretaba, para él eso no podía ser posible, ¿Cómo podía amar a alguien más?, ¿En dónde quedaba él y el amor que sentía por ella?Mauro retrocedió tanto que se golpeó con la pared, llamando la atención de Ángela.—¿Hay alguien más en casa?—preguntó Ángela.—No, debió ser alguno de los empleados—dijo Mauricio, pues él también se había percatado del ruido.—Entiendo— dijo Ángela restándole importancia—Es hora de marcharme, muchas gracias por todo.Mauricio asintió con la cabeza y caminó a la puerta para ayudar a Ángela a salir, cuando la abrió pudo ver cómo su hijo ingresó a la habitación de al frente sospechando que este había escuchado la conversación.— Agradezco tu sinceridad, Ángela—le dijo Mauricio—Espero y todo vaya bien.—M
Mientras estas dos personas se demostraban amor, en casa de la familia Villegas y la familia Fernández, todo era un completo caos.En la casa de la familia Villegas, los padres de Arturo se encontraban en el jardín conversando, cuando fueron interrumpidos por uno de los empleados.—Señores, me disculpo por la intromisión, en la entrada se encuentra una señora que se ha presentado como Gloria de Fernández y desea verlos—dijo él hombre.Emilia miró a su esposo, este cambió su expresión por una molesta, ellos en el fondo sabían que esa visita no traería nada bueno, pues tenía conocimiento de muchas de las acciones y actitudes de esa mujer.—hazla pasar, yo misma la atenderé—dijo Emilia poniéndose de pie.—¿Estás segura?—preguntó Damián.—Sí, sé cómo tratar con ese tipo de personas—Emilia asintió con malicia.—Es que no eres tú la que me preocupa—bromeó Damián.Emilia lo miró de mala gana provocando que Damián riera a carcajadas.—No digas bobadas—le regaño Emilia—Pídele a uno de los emple
Gloria se sentía muy enojada, no había conseguido su cometido, ella condujo de regreso a su casa.—¿Dónde está mi esposo?—le preguntó a un empleado.—El señor se encuentra con el joven—contestó el empleado un poco nervioso.Gloria ingresó a la casa y pido escuchar el escándalo que provenía de la segunda planta.Así que se apresuró a subir, hasta llegar a la habitación de su hijo, en donde Mauricio trataba de controlar a su hijo, quien había perdido el control después de haber escuchado la conversación de su padre y Ángela. —Debes calmarte—le dijo Mauricio tratando de conseguir calmar a su hijo.—Calmarme, acaso no la escuchaste—grito fuera de sí, Mauro.—Claro que la escuché, pero el que destruyas todo, no cambiará las cosas—Mauricio se acercó a él en un intento de sujetarlo.Pero Mauro, simplemente no razonaba.…Mauro.Destrozado, así me encontraba, había perdido todo, ya nada me quedaba.Ángela lo es todo para mí y escuchar que ama a ese imbécil me hizo perder el control.—Sabías
Arturo continuó con la conversación con sus padres.Ellos buscaban una forma rápida, para descubrir todo y poder hablar con Ángela.—Por el momento es mejor que alguien cuide de Ángela de lejos—dijo Damián.—Estoy de acuerdo—dijo Arturo.—Bueno, ya todos quedó claro, creo que es hora de ir a descansar—dijo Emilia—¿Te quedarás esta noche?—le preguntó a Arturo.—No, tengo muchas cosas que pensar, así que prefiero estar solo—contesto él.—Bien, conduce con cuidado—Emilia se acercó y lo abrazó.Arturo salió de casa después de despedirse de sus padres, tenía muchas cosas en la cabeza, se sentía seguro del amor de Ángela, pero temía que ella se sintiera en obligación de regresar con Mauro.Después de veinte minutos ya se encontraba ingresando a su apartamento, pero percibió que alguien más se encontraba en él, así que asumió de quién se trataba.—Ya que te tomaste la molestia de venir, hablemos—la voz de Arturo era firme.—Así que estás enterado—habló Mauro saliendo detrás de las cortinas d
Arturo llegó a casa de Ángela, ella lo esperaba como cada día.Después de despedirse de su pequeña hija, quién quedaría al cuidado de Mónica su niñera, salió a su encuentro con Arturo, quién se sentía muy intranquilo.—Hola cariño—lo saludo Ángela.—Hola hermosa—le contestó él dándole un beso en los labios.Arturo abrió la puerta del coche para ella, luego subió él. Arturo emprendió su viaje. Después de veinte minutos, Ángela noto que esa no era la ruta hacia la compañía.—¿A dónde vamos? Esta no es la ruta a la compañía—preguntó Ángela.—Iremos a un lugar diferente el día de hoy—contestó Arturo.—Pero hoy, tenemos mucho trabajo—le recordó Ángela.—Lo sé, pero eso puede esperar, esto es mucho más importante—habló Arturo.Ángela lo miró, ella había notado que Arturo estaba un poco serio.—¿Ha pasado algo?—preguntó Ángela.Arturo se quedó callado, con eso le confirmó a Ángela, que algo sí estaba pasando.…Ángela.Los días pasaron y olvidé por completo lo sucedido, Mauro había sido mi e