Definitivamente esta es una situación en la que no me gusta estar, un “triángulo amoroso”, el marido, la esposa y la amante. Erick se ve molesto, tanto con la intromisión de Jeaninne como por mí desobediencia, aunque no tengo por qué obedecerle, pero se me olvido vestirme antes de curiosear.

No intenta ocultar la forma en cómo me escanea, de pies a cabeza, sonríe mientras lo hace.

─Es un placer conocerle, señora Hamilton, me retirare para que arreglen sus asuntos.

─No te preocupes querida, seré breve para que sigan en lo suyo, además creo que también te concierne, negocios son negocios ─su risa sarcástica es notoria.

─Jeaninne, no es momento ─Erick está más tenso con la situación, cuando es así eleva el tono de su voz.

─No tienes por qué alterarte Erick, te repito, son negocios. 

─¿A qué te refieres con que también me concierne? Y por cierto te dirigiste a mi como la famosa Nicolette Fortier, quisiera saber el por qué.

─Nicolette, ve a