─Nicolette, Nicolette, NICOLETTE.

No logro escucharla bien por el vidrio que nos separa, pero leo sus labios que dicen mi nombre cada vez más rápido, mientras sus ojos abiertos incrédulos al verme. 

Como reflejo la una de la otra dejamos que nuestras lágrimas salgan, en estos momentos es inevitable, un cumulo de emociones parecieran presionar nuestros pechos, nuestras mentes se conectan, los sentimientos se entremezclan, dolor, tristeza, frustración, odio.

El nudo en mi garganta cada vez se suelta más, permitiendo decir algo más que su nombre, sé que ella me entenderá, aunque no logre escucharlo.

─Anna, lo siento, todo esto es mi culpa, daría lo que fuera por estar en tu lugar, perdóname ─doy golpes en el vidrio.

Veo el rostro de Anna maltratado, esbozar una ligera sonrisa, leo sus labios que dicen:

─Nicolette, te quiero.

Se aparta de la pared para subirse el pantalón, puedo notar los golpes que ha recibido en sus piernas, esta imagen m