Con nuestros rostros cubiertos, somos llevadas al punto de reunión. En el camino trato de analizar las cosas con calmas, no logro ver con exactitud lo que Jeaninne planea, solo me queda confiar en tía Juliette.
Anna esta aferrada a mí brazo, por solicitud de Manuel no nos colocaron las esposas, pero no intentamos quitarnos la capucha para evitar algún tipo de agresión, además en este momento no nos interesa saber el camino del lugar de donde estábamos.
Me siento decepcionada de Erick, su “deuda moral” me parece una estupidez después de lo qué Jeaninne nos ha hecho y lo que aún no sabe. todavía siento en mi mano el ardor por la cachetada que le di ese día, así como también recuerdo el “te amo” que me dijo, frase qué en estos momentos me llena de ira hacia él.
El vehículo se ha detenido, la puerta sé abre para sacarnos, siento como Anna aprieta mi brazo con más fuerza, por lo qué tomo su mano, para transmitirle un poco de seguridad, es lo único que puedo hacer.
El miedo es un sentimiento al que me he enfrentado en muchas ocasiones de mí vida, en cada una de ellas he logrado superarlo, gracias a mi perseverancia, a mis ganas de controlar todo, tía Juliette dice que las mujeres Fortier somos de un carácter fuerte que se fortalece con cada experiencia vivida, que otros pueden quebrarse, pero nosotras no. De hecho, el apellido Fortier significa Fortaleza.En estos momentos mi corazón palpita fuerte como respuesta a esta descarga de sentimientos, saber que no tengo control de lo que está sucediendo aumenta mi inseguridad, estoy vulnerable, ansiosa, un nudo oprime mi garganta mientras veo como se burlan de nosotras.Anna me ve, sus ojos muestran el terror que ha vivido, puedo leer en ellos su deseo de morir antes de volver a pasar por lo mismo. No puedo permitir eso, poco a poco recobro la cordura tengo que hacerlo por ella, no podemos caer ambas, una sostiene a la otra, esta vez es mi turno, se lo debo por ser la mejor amiga que he
El silencio es lo que ha quedado después de tantos disparos que hacían retumbar el lugar, el cuerpo sin vida de Carlos yace al lado de nosotras, lo veo con la satisfacción de que se lo ha merecido y que mejor manera que haya sido por la mano de Anna, la cual sigue con su cabeza apoyada en mi pecho, no puedo imaginar lo qué puede estar pasando por su mente.Ninguna de las dos creería lo que nos ha tocado vivir, tantas emociones en tan poco tiempo, lo peor se lo ha llevado ella, de eso no tengo duda, un desenlace que tampoco esperaba, tuvo el valor de hacer lo que hizo por mí.Unos tipos se nos acercan, levantándonos del suelo donde hemos quedado abrazadas, trato de poner resistencia, pero uno de ellos dice: ─No se preocupen ya están a salvo.Somos llevadas afuera del parqueo subterráneo, puedo ver a mi alrededor los cuerpos muertos de ambos bandos, todo esto sucedió en tan solo unos minutos, pero para nosotras fueron como horas, toda una eternidad, escucho que
Tres años antes:Jeaninne me ha dado la noticia más importante de mi vida, seré padre. Una nueva etapa en mi vida, para la cual no me he preparado. Los recuerdos de mi padre me invaden, o por lo menos lo poco que recuerdo de él.Pocos son los recuerdos que tengo de mí infancia, podría decir que el más importante fue cuando conocí a mi padre a la edad de siete años. Mi madre lo describía como un hombre alto, fuerte, con una personalidad algo extrovertida, ingenioso, elocuente, de orígenes humildes y qué con esfuerzo labro su camino hacia el éxito, su avaricia y orgullo lo formaron. Debilidad, si es qué podría tener una, eran las mujeres, no le importo que mi madre estuviese embarazada para engañarla en un par de ocasiones. Solo estuvo con nosotros en mis dos primeros meses de vida, luego siguió su camino, el contacto era escaso, a pesar de ello mi madre no hablaba mal de él, solo cuando se emborrachaba lo cual ocurría solo un par de veces.Un día de mayo le conocí,
¿Embarazada? Los rostros de tía Juliette y Erick, son un reflejo del mío, no puedo creer lo que me han dicho, la doctora continua en su revisión, sé que ella es una profesional, pero en mi sorpresa me atrevo a realizar una pregunta estúpida.─¿Esta segura?─Claro que lo estoy Nicolette ─sonríe un poco, es la única que parece estar disfrutando este momento.La mano de Erick se siente fría, la cara de tía Juliette sigue incrédula, la doctora trata de explicarnos lo que ve en el monitor mostrándome exactamente el lugar dentro de mi útero donde se ha implantado el embrión, es tan pequeño.─Aproximadamente tienes ocho semanas con dos días embarazo, felicidades.─Gracias ─digo en voz baja viendo fijamente el monitor.─Ha sido una captación temprana, me gustaría saber si has consumido algún medicamento o alcohol en grandes cantidades, ya que en el primer trimestre del embarazo es la fase más delicada del desarrollo.─Si he consumido alcohol, pero n
El rostro de Erick refleja la incredulidad ante mi respuesta, inspira profundamente, sus ojos nunca mienten cuando está molesto.─¿No?─Esa es mi respuesta Erick.─No te entiendo Nicolette.─Es simple Erick, mi respuesta se debe a tus motivos.─¿Mis motivos?, ¿Qué quieres decir?─¿Si no estuviera embarazada me propondrías matrimonio en estos momentos?Su silencio reafirma mi ejemplo, su necesidad de hacer las cosas correctas es lo que ha provocado esta escena, no debe de ser así.─Nicolette, no es así.─¿En serio Erick?─Si Nicolette, con tu capacidad de análisis ya lo debiste de haber deducido.─¿A qué te refieres?─La famosa Nicolette Fortier, no logra ver lo que es obvio, si no lo veo con mis propios ojos no lo creería ─Erick sonríe, provocando que también sonría, relajándonos un poco.─Se directo Erick.─Aunque tu boca me ha traicionado dándome como respuesta un NO, tus ojos me son fieles, ellos
Sus ojos oscurecidos, llenos de odio, su voz en tono de burla mencionando mi nombre, sus labios simulando una sonrisa sarcástica, mostrando un rostro de alguien victorioso al cual su plan le ha salido a la perfección, regocijándose de ello mientras empuña el arma apuntando hacia mí.Desearía qué esto fuese una pesadilla, pero no es así, me quedo paralizada, me siento indefensa, un par de preguntas rondan por mi cabeza, ¿Cómo logro entrar?, ¿Dónde está Erick?─Nunca pensé ver en tu rostro el miedo, Nicolette ─por su forma de hablar, casi como susurrando, debo suponer qué Erick sigue en la cocina, aun así, no sé cómo advertirle.─¿Qué es lo que quieres Manuel? ─con dificultad logro gesticular algunas palabras, tengo que ganar tiempo, mientras se me ocurre algo.─Te es difícil hablar, no eres la Nicolette que conozco.Cierra la puerta y se acerca sentándose en la esquina de la cama, apuntándome siempre con el arma. Ahora que lo veo de cerca puedo ver
Manuel en el suelo desangrándose, gritando, su rostro muestra, frustración, enojo, no sabe qué hacer, nos ve como pretendemos marcharnos desesperándolo más, se ha vuelto loco.Erick se revisa la pierna derecha, sigue sangrado, aunque no se ve que sea una herida tan profunda, logra incorporarse con algo de dificultad, mientras apunta con el arma al que le disparo, puedo ver en sus ojos sus ganas de disparar.─Erick, no vale la pena, debemos irnos.─Señor Hamilton, no pierda su tiempo, deben irse lo más pronto posible.─Este maldito, amenazo a mi mujer, a mi hijo y a mí, no merece misericordia.─Tienes razón Erick, pero hazlo por nosotros.─¿Tú hijo?, ¿Nosotros? ¿Estas embarazada? ─Manuel me ve directamente, su mirada me estremece.─Señor Hamilton deben irse, por favor ─Joseph insiste.─HAS EMBARAZADO A LA ZORRA DE NICOLETTE FORTIER ─Manuel ríe a carcajadas que provocan más Erick.El estruendo sonido de un disparo vuelve a in
Las hojas de los árboles no se mueven, todo se ha pausado, no percibo el paso del viento o de una ventisca, las nubes grises parecen no moverse, no me había percatado del frio que hace, tampoco sé qué hora es.Mi corazón palpita otra vez a velocidad de galope, trato de controlarlo respirando lento y profundo, la sangre de mi rostro parece haberse retirado, las ganas de gritar me invaden para así salir de esta pesadilla.En segundos veo todos los sucesos que me han llevado a este momento, son tan rápidos los recuerdos que me provocan vértigo, mis manos manchadas aún con la sangre de Joseph tiemblan incontrolablemente.¿Por qué ha sucedido esto? Es mi culpa, no pude prevenir nada, mi instinto del que tanto me jactaba no ha servido, ahora la vida de la persona que amo y la del ser que crece en mi vientre, corren peligro otra vez, creo que estoy a punto de desmayarme.Salgo del corto trance en el que mi mente me ha llevado al escuchar mi nombre como un susurro.