La hija de Clay se quedó mirándonos a mi esposo y a mí, dándome cuenta de que le caían varias lágrimas por sus sonrosadas mejillas, mientras escuchábamos a su padre y a mi esposo hablar.—- Podrías haberte callado con lo de tu relación con tu esposa Rebeca y tu, podrías habernos seguir engañandonos, aunque si te digo la verdad algo sospechábamos mi esposa y yo, sobre todo porque nunca lo habríamos sabido con certeza si no te llegas aquel dia a sincerar con nosotros. Todos nos dimos enseguida cuenta de lo amables que fuisteis con nuestra hija, ese es Aaron el hombre que quiero para mi empresa, el que quiere formar parte de ella y el que quiere crecer conmigo – Clay sonrió sin dejar de mirarnos– el que desea formar parte de mi familia, porque eso es lo que sentimos con vosotros, y así os consideramos a ti Aaron y a tu preciosa esposa Rebeca — nos dijo ClayCuando Clay nos dijo aquello, no pude reprimir que callera algunas lagrimas por mis mejillas, sabiendo que Aaron se dio cuenta enseg
Pasó casi una hora, cuando todos nos acercamos a la entrada de mi casa, estrechandole la mano a mi marido Clay para despedirse de él, acercándose hacia donde yo estaba dándome un fuerte abrazo y un beso en mi mejilla— Nos vemos mañana ¿vale? — le dijo Clay a AaronNos abrazamos la esposa y la hija de Clay antes de volverse las dos hacia mi marido— Esperamos mucho de ti Aaron — le dijo la esposa de Clay— No os decepcionare, os lo aseguro — contestó mi esposo, mientras ella le acariciaba la mejilla a Aaron— Se que lo harás, confio en ti — le dijo la esposa de Clay— Ahora tengo que esforzarme mucho más para compensar y te aseguro que me esforzare al máximo — dijo mi marido—- Vamos a hacer borron y cuenta nueva Aaron, cuando vayas mañana a la oficina empezaras de cero con Clay y conmigo —dijo sonriendo– Mi yerno en las votaciones, te voto para que siguieras trabajando con nosotros y todos los socios estuvieron de acuerdo con los votos — le comentó ella— No me cabe ninguna duda —son
— Tranquilo Aaron que estaré bien — le respondí— Por favor Rebeca –me insistió– solo te pido un poquito más de tiempo, quiero que te relajes ahora que todo está aclarado, lee, duerme, descansa todo lo que puedas hasta que nuestro hijo nazca, preparar tus comidas y tus increíbles cenas —me dijo sonriendo– Mirame Rebeca mi amor, te necesito cariño, os necesito a los dos y necesito saber que tu también me necesitas a mi — me dijo sin apartar su mirada de la míaAaron puso sus manos en mis mejillas, acariciandome con sus dedos— Te necesito y te amo Aaron — conteste— Cariño ¿lo harás por mi? –me suplico al mismo tiempo que pegaba su frente a la mia– solo te pido un poco de tiempo y que no me vuelvas a dejar — me respondió— De acuerdo Aaron, te lo daré y te prometo que nunca mas te dejare — respondí— Gracias cariño Aaron acercó sus labios a los míos, encontrándose y apoderándose mi esposo de mi boca, me pasó uno de sus brazos por debajo de mis rodillas poniéndose de pie conmigo en su
AARONA la mañana siguiente me presenté en la empresa de Clay muy nervioso, al entrar por la puerta de la empresa, al primero que vi fue a Clay que estaba esperándome de pie, me acerque a donde él se encontraba estrechando los dos la mano, haciendo después que lo acompañara a su despacho. Cuando entramos me invitó a sentarme en el sillón que había enfrente de su mesa, sentándose él en su gran sillón enfrente de mi. El tiempo que estuvimos en el despacho de Clay, me puso al día de todo lo que había sucedido durante mi ausencia, estabamos hablando cuando de pronto entraron en el despacho, el yerno de Clay y otro de los socios, me levante enseguida de mi sillón acercándome a ellos tendiendo mi mano a los dos hombres, que sin objeción ninguna, ellos tambien me saludaron estrechandonos los tres la mano, entrando pocos segundos después la hija de Clay, quedándose algo rezagada mirándome con cierta frialdad. aunque comprendí por un momento la causa de su enfado, ya que era muy amiga de mi es
Los días fueron pasando y poco a poco se hizo la normalidad, tanto en la empresa como con mi mujer Rebeca. Mis días estaban llenas de reuniones y sesiones para formar estrategias y bastante o demasiado trabajo, era como los días anteriores a lo que pasó, pero ahora deseaba llegar a mi casa, ya que sabía que me esperaba mi mujer y nuestro bebe, que ya faltaba muy poquito para que naciera.Cuando llegaba a mi casa, estaba seguro de que todos los días que Rebeca estaba esperándome con una preciosa sonrisa y un dulce beso de sus labios. Los dos disfrutamos de todas las noches que pasábamos juntos compartiendo nuestras charlas de lo que había sucedido en nuestro día a día. Deseaba besar sus labios y sentir junto los mios, igual de la forma en que nuestros cuerpos se fundían en uno solo cada noche que hacíamos el amor. Aunque no era solamente en nuestra cama, ya que nos gustaba y a veces nos apetecía hacer el amor en algunas de las superficies del apartamento, como el sofá, en la cocina y do
Me reí de Kristy al verla tan enfadada, iba a decir algo del comentario cuando de pronto escuche la melodía de mi móvil, mirando enseguida la pantalla muy nervioso, por si quien me llamaba era mi mujer. Atendí la llamada y seguí sonriendo al escuchar el gruñido que volvió a dar la hija de Clay, algo que me aclaró un poco que estaba algo enfadada.— De acuerdo Aaron tu ganas, yo ya vere que hago — me dijo la hija de Clay— Está bien, ¿tienes algún problema? te noto que te has puesto muy seria de pronto ¿te puedo ayudar? — le pregunté al ver cómo de pronto cambió el semblante de su cara, cuando termine la llamada— Mi marido no esta en la ciudad y necesito que me lleves a mi casa, aunque voy a preguntarle a mi padre si me puede llevar — me dijo—- Tu padre no está en estos momentos Kristy, tenía una importante reunión y se tuvo que marchar, pero no creo que vuelva a la empresa, ya que se le hará muy tarde cuando termine la reunión — le respondí– ¿te puedo llevar yo? — pregunte— ¿Estás
Rebeca me miró con unos brillantes y preciosos ojos, dándome a entender que si insistía un poco más en comprarla, al final terminaría cediendo a mi propuesta— Los niños necesitan un jardín donde jugar ¿verdad? espacio para correr y hacer sus travesuras — le dijeRebeca empezó a reírse, apoyando su cabeza en mi hombro— Bueno, también puede tener un pequeño perro, pero si, que tenga un jardín es una ventaja para un niño — le dije— Estoy convencido de que te gustara tanto como a mi me ha gustado ¿qué te parece, cariño? — le pregunté— Aaron estás seguro de que eso es lo que quieres? — me pregunto mi mujer— Rebeca mi amor, no te estoy diciendo que la compremos mañana o el mes que viene, pero te queda poco para dar a luz y creo que antes de que pase seria bueno que lo pensaramos, quiero formar una gran familia contigo Rebeca, pero no quiero que mis hijos crezcan en un bloque de apartamentos, dentro de un piso donde solo hay paredes de ladrillos, ya te he comentado que cuando era niño d
Mientras miraba absorta el paisaje que se veía desde aquella terraza, no me di cuenta de que Aaron se acercaba a mi, cuando de pronto sentí las suaves manos de mi marido sobre mis hombros, mientras me daba un tierno beso en mi cuello— ¿Qué? ¿te gusta? — me susurro al oído— Todo esto es precioso, transmite una gran paz Aaron, me gusta mucho — le dije— ¿Ves ese pequeño camino del fondo?, conduce hasta el término de esta propiedad y llega hasta el final de aquellos árboles, detrás de ellos, hay una impresionante vista del océano, parece que estemos en nuestra casita de alquiler de la playa, ¿no te parece?, todo tuyo cariño, tu precioso paraíso, solo para nosotros y nuestro bebe — me dijo mi marido— Me encanta Aaron, de verdad — le comente— Quería que tuvieras algo que te gustara y poder así recompensarte de alguna manera todo lo que te he hecho pasar desde que nos conocemos — me respondióMe puse enfrente de mi esposo mirándolo con amor, cogí su rostro entre mis manos, acercando ha