— Tranquilo Aaron que estaré bien — le respondí— Por favor Rebeca –me insistió– solo te pido un poquito más de tiempo, quiero que te relajes ahora que todo está aclarado, lee, duerme, descansa todo lo que puedas hasta que nuestro hijo nazca, preparar tus comidas y tus increíbles cenas —me dijo sonriendo– Mirame Rebeca mi amor, te necesito cariño, os necesito a los dos y necesito saber que tu también me necesitas a mi — me dijo sin apartar su mirada de la míaAaron puso sus manos en mis mejillas, acariciandome con sus dedos— Te necesito y te amo Aaron — conteste— Cariño ¿lo harás por mi? –me suplico al mismo tiempo que pegaba su frente a la mia– solo te pido un poco de tiempo y que no me vuelvas a dejar — me respondió— De acuerdo Aaron, te lo daré y te prometo que nunca mas te dejare — respondí— Gracias cariño Aaron acercó sus labios a los míos, encontrándose y apoderándose mi esposo de mi boca, me pasó uno de sus brazos por debajo de mis rodillas poniéndose de pie conmigo en su
AARONA la mañana siguiente me presenté en la empresa de Clay muy nervioso, al entrar por la puerta de la empresa, al primero que vi fue a Clay que estaba esperándome de pie, me acerque a donde él se encontraba estrechando los dos la mano, haciendo después que lo acompañara a su despacho. Cuando entramos me invitó a sentarme en el sillón que había enfrente de su mesa, sentándose él en su gran sillón enfrente de mi. El tiempo que estuvimos en el despacho de Clay, me puso al día de todo lo que había sucedido durante mi ausencia, estabamos hablando cuando de pronto entraron en el despacho, el yerno de Clay y otro de los socios, me levante enseguida de mi sillón acercándome a ellos tendiendo mi mano a los dos hombres, que sin objeción ninguna, ellos tambien me saludaron estrechandonos los tres la mano, entrando pocos segundos después la hija de Clay, quedándose algo rezagada mirándome con cierta frialdad. aunque comprendí por un momento la causa de su enfado, ya que era muy amiga de mi es
Los días fueron pasando y poco a poco se hizo la normalidad, tanto en la empresa como con mi mujer Rebeca. Mis días estaban llenas de reuniones y sesiones para formar estrategias y bastante o demasiado trabajo, era como los días anteriores a lo que pasó, pero ahora deseaba llegar a mi casa, ya que sabía que me esperaba mi mujer y nuestro bebe, que ya faltaba muy poquito para que naciera.Cuando llegaba a mi casa, estaba seguro de que todos los días que Rebeca estaba esperándome con una preciosa sonrisa y un dulce beso de sus labios. Los dos disfrutamos de todas las noches que pasábamos juntos compartiendo nuestras charlas de lo que había sucedido en nuestro día a día. Deseaba besar sus labios y sentir junto los mios, igual de la forma en que nuestros cuerpos se fundían en uno solo cada noche que hacíamos el amor. Aunque no era solamente en nuestra cama, ya que nos gustaba y a veces nos apetecía hacer el amor en algunas de las superficies del apartamento, como el sofá, en la cocina y do
Me reí de Kristy al verla tan enfadada, iba a decir algo del comentario cuando de pronto escuche la melodía de mi móvil, mirando enseguida la pantalla muy nervioso, por si quien me llamaba era mi mujer. Atendí la llamada y seguí sonriendo al escuchar el gruñido que volvió a dar la hija de Clay, algo que me aclaró un poco que estaba algo enfadada.— De acuerdo Aaron tu ganas, yo ya vere que hago — me dijo la hija de Clay— Está bien, ¿tienes algún problema? te noto que te has puesto muy seria de pronto ¿te puedo ayudar? — le pregunté al ver cómo de pronto cambió el semblante de su cara, cuando termine la llamada— Mi marido no esta en la ciudad y necesito que me lleves a mi casa, aunque voy a preguntarle a mi padre si me puede llevar — me dijo—- Tu padre no está en estos momentos Kristy, tenía una importante reunión y se tuvo que marchar, pero no creo que vuelva a la empresa, ya que se le hará muy tarde cuando termine la reunión — le respondí– ¿te puedo llevar yo? — pregunte— ¿Estás
Rebeca me miró con unos brillantes y preciosos ojos, dándome a entender que si insistía un poco más en comprarla, al final terminaría cediendo a mi propuesta— Los niños necesitan un jardín donde jugar ¿verdad? espacio para correr y hacer sus travesuras — le dijeRebeca empezó a reírse, apoyando su cabeza en mi hombro— Bueno, también puede tener un pequeño perro, pero si, que tenga un jardín es una ventaja para un niño — le dije— Estoy convencido de que te gustara tanto como a mi me ha gustado ¿qué te parece, cariño? — le pregunté— Aaron estás seguro de que eso es lo que quieres? — me pregunto mi mujer— Rebeca mi amor, no te estoy diciendo que la compremos mañana o el mes que viene, pero te queda poco para dar a luz y creo que antes de que pase seria bueno que lo pensaramos, quiero formar una gran familia contigo Rebeca, pero no quiero que mis hijos crezcan en un bloque de apartamentos, dentro de un piso donde solo hay paredes de ladrillos, ya te he comentado que cuando era niño d
Mientras miraba absorta el paisaje que se veía desde aquella terraza, no me di cuenta de que Aaron se acercaba a mi, cuando de pronto sentí las suaves manos de mi marido sobre mis hombros, mientras me daba un tierno beso en mi cuello— ¿Qué? ¿te gusta? — me susurro al oído— Todo esto es precioso, transmite una gran paz Aaron, me gusta mucho — le dije— ¿Ves ese pequeño camino del fondo?, conduce hasta el término de esta propiedad y llega hasta el final de aquellos árboles, detrás de ellos, hay una impresionante vista del océano, parece que estemos en nuestra casita de alquiler de la playa, ¿no te parece?, todo tuyo cariño, tu precioso paraíso, solo para nosotros y nuestro bebe — me dijo mi marido— Me encanta Aaron, de verdad — le comente— Quería que tuvieras algo que te gustara y poder así recompensarte de alguna manera todo lo que te he hecho pasar desde que nos conocemos — me respondióMe puse enfrente de mi esposo mirándolo con amor, cogí su rostro entre mis manos, acercando ha
Estaba en mi despacho cuando empecé a escuchar pisadas que provenían del pasillo acercándose hasta mi despacho. De pronto la puerta se abrió de golpe viendo entrar en el a mi esposa, acercándose ella a la mesa de mi despacho que era donde yo estaba mientras me sonreía y aunque casi no podía abrir los ojos por el dolor, si que escuche la voz suave de Rebeca, sintiendo sus cálidas manos en mi rostro— Hola mi amor, ¿cómo te encuentras? — me pregunto— Ahora que estás aquí conmigo me encuentro mucho mejor — le pude responderMe trague las pastillas que tenía encima de mi mesa con un poco de agua de una botella que me dio mi secretaria, cogiendo después las manos cálidas de mi mujer.— Por cierto Rebeca ¿que haces aquí?, no tenías que venir hoy a la empresa — le dije—- Tu secretaria me llamó para decirme que te encontrabas muy mal, supongo que estarás incubando uno de tus ya existentes dolores de cabeza, así que he venido para irnos juntos a nuestra casa, aunque me he encontrado a tu sec
Pude darme cuenta de que Clay estaba apoyado en una de las paredes de mi despacho con una expresión de burla en su rostro mientras me miraba, ya que él sabía lo mucho que odiaba que se quedaran mirándome fijamente. El enfado con todos los que habían dentro de mi despacho, se puede decir que casi se me pasó de inmediato, al darme enseguida cuenta de que la gente que había allí dentro lo hacían por un solo motivo, y es que todos estaban preocupados por mi salud y sobre todo por mi– No os preocupéis por mí, no hace falta que nos llevéis a nuestra casa, cuando se me pase un poco, podré conducir mi coche –dije al mismo tiempo que volvía a apoyar mi cabeza en el cálido vientre de mi esposa– Rebeca y yo cogeremos un taxi para volver a casa — les comente—- Asegurate primero Aaron, de que estas mejor, no me gustaría enterarme después que has vomitado dentro del coche — me dijo Kristy con voz burlona, haciendonos reir a todos—- Ves, ese es un buen consejo — le dije sonriendo— Llámanos si ne