Se metió de lleno en la habitación y cerró la puerta. Quedó impactada con el sitio. Había una enorme cama en el centro vestida con sábanas blancas, muchas almohadas junto a la cabecera acolchada, también una mesita de noche a la par con una extraña lámpara. El suelo era de madera noble y avistó una puerta que supuso llevaba al baño. Adicional a eso, halló en su campo de visión un juego de sofás y una pequeña estantería llena de libros, como una pequeña biblioteca.El color claro de las paredes alegraba el ambiente, era cálido al mismo tiempo que acogedor y lujoso.Bostezó un par de veces y finalmente se acercó a la cama. Era la primera vez, incluso en un lugar desconocido, que sentía conseguir un sueño de verdad, reparador y animador. Era un milagro que estuviera encontrando lentamente la estabilidad.No despertó con la luz del alba, o con algún zarandeo adrede, sino con la voz cálida de un sujeto que había sido el samaritano, sin ella verlo venir. Era Alo
—Si lo quieres realmente no lo dejes ir, sin embargo si sientes que necesitas un tiempo para pensarlo, hazlo. A veces nos urge rebobinar, fijarnos en que podemos mejorar para lograr dar un avance seguro. —Es complicado. —Todo tiene solución, salvo la muerte —le recordó animándola.—Es que en serio no es tan fácil, nada en realidad —dejó escapar un bufido —. Ni siquiera sé lo que siento exactamente por él, este viaje surgió justo para pasarlo juntos y conseguir encontrar el significado de lo que tenemos. —Bueno, haz lo que te dicta el corazón. —Que tantas veces se equivoca, ¿no? —expresó mostrando el lado opuesto de la cosas. Los contras luego de pros.La señora le sonrió. —Pero la mayoría de las veces tiene la razón, joven Ariadna. Después de la charla que la dejó con más dudas que nunca, esperó en el comedor la llegada de Tiziano. No podía creerlo. En su lugar, creyó que estaría é
Volver a escucharlo luego de semanas eternas, era como un aliciente para su sistema. Se tragó los nervios, el nudo en su garganta y se olvidó por completo de que a su lado estaba Riccardo. —“Ariadna estaba muy preocupado por ti, asumo toda la culpa. Hice todo lo que estuvo en mis manos para buscarte, y no logré nada, pero saber que estás bien me da gusto”—Tiziano, ¿por qué no has venido por mí? Es bastante desalentador que no vinieras, eh —emitió bajito, sintiendo que algo dentro de sí se desgarraba, ya sabía que había sido por Riccardo, pero de todas formas quería escucharlo de su boca. —“Riccardo tiene razón, no estás segura conmigo, debí pensarlo mejor antes de este viaje, lo siento”—¿Estás terminando esto que ni siquiera tuvo un inicio real? —cuestionó turbada con sus palabras, no encontraba un atisbo de vacilación en ello. ¿Es que no la quería? De ser así no se estaría rindiendo, y él estaba tirando la toalla sin dar l
Cuando el avión aterrizó en suelo americano, ya la noche lo había cubierto todo. Un manto de oscuridad se cernía, adornado por un infinito de luces. Habían regresado a la gran ciudad con el amor de su vida, ya no tenía dudas. Se sentía cansada, exhausta ya anhelaba una cómoda cama y tomarse un descanso profundo. Al salir del aeropuerto tomaron un taxi. Pero Tiziano le indicó al conductor la dirección de un lujoso y seguro hotel. El New York EDITION había sido su elección, ubicado en el edificio Metropolitan Life Clock Tower, en Madison Avenue. De modo que se alojaron en el hotel de más de 273 habitaciones y suites preciosas. Todas las habitaciones contaban con ventanales para poder disfrutar de unas buenas vistas a la ciudad. Ni hablar de los baños cuentan con todas las comodidades y amenities personalizados de la marca Le Labo.Entre sus habitaciones, puedes elegir entre la habitación doble superior, la habitación doble deluxe, la su
Tiziano despertó enterado de la muerte de Vico. La venganza de Alonzo luego de que este lo intentara matar, resultó en su ultimátum. Había muerto un asesino, el hombre que le hizo daño a la mujer que amaba, pero también su hermano. Por otro lado ya no tendría que andar con mil ojos, así que volvieron al siguiente día al piso. Ariadna al corriente de lo sucedido, de todos modos no había querido tocar el tema. Sentía que era complicado hablarlo cuando el caído era familia de Tiziano. Pero quería averiguar cómo se sentía, él parecía querer permanecer impenetrable, y así de hermético no hallaba la manera de llegar a él. Así que se dedicó a arreglar unas cosas en su habitación, de seguro ya no dormiría allí, sino con Tiziano, eso tendría que comentarlo a él antes de decidir llevar sus pertenencias a esa habitación. —¿Qué haces? —preguntó cuando sacaba de una caja spaghetti para hacer el almuerzo. —Intento hacer la comida, ¿no tienes hambr
Ariadna se sintió orgullosa cuando su esposo caminó al estrado a dónde hace poco tiempo lo habían llamado. Estaba ocupando una de esas importantes mesas al igual que muchos invitados de prestigio. Pero a pesar de que era la esposa de parravicini se sentía un poco fuera de lugar ante tanta elegancia cosa a la que ella siempre había estado acostumbrada, solo que ahora en este presente le pareció un poco incómodo. Pero nada se comparaba con ver a su marido así al frente mientras se desenvolvía sin ningún problema ante un montón de personas; hablaba como todo un profesional de la medicina y estaba orgullosa de todo lo que había logrado antes de que ella llegara a su vida, ya él era un cirujano importante pero ahora había ganado más fama y se consideraba el mejor de los mejores que habían en el país, mucho más que antes. Ella siempre lo había tenido en cuenta, y sabía que cada uno de sus objetivos alcanzados era gracias a que tenía al lado a la mujer más importante de su vida y
Los ojos del hombre se abrieron de par en par, no podía creer lo que le estaba diciendo un bebé, era algo maravilloso se había imaginado un hijo de ellos dos pero por cuestiones de metas en cuanto a la joven que debía estudiar y todo lo demás había puesto en primer lugar lo que ella necesitaba, él aunque quería un hijo, podía esperar. Pero ahora que le comentaba que podía estar embarazada no había cosa más emocionante en el mundo que saberlo. Le agradaba la idea de que ella estuvieron esperando un hijo suyo. Un bebé era maravilloso regalo de Dios y mucho más si era de ellos dos. Si quería hijos era con esa mujer tan hermosa tan dulce y tan cálida. —Amor, sí de verdad estás embarazada voy a hacer más feliz de lo que ya soy. Sabes que yo quiero un hijo contigo, pero también quiero que tengas ese deseo y no que te sientas forzada a vivirlo solo porque yo así lo quiero. —Sé lo que me has dicho, que ponga en primer lugar mis estudios, sin embargo estoy
Una vez llegaron a la clínica, la atendieron de emergencia, un amigo de Tiziano se la acercó y le comentó cuánto lo sentía, cuando el cirujano quiso saber cuáles pudieron haber sido las causas de aquel aborto espontáneo, se lo llevó al consultorio para platicar no solo de doctor a doctor sino de compañero a compañero. Esas cosas pasaban y a veces simplemente se escapaba de las manos y no se podía hacer absolutamente nada. Pero viendo el lado bueno podría intentarlo de nuevo, lo sucedido no tenía por qué definir su futuro, mucho menos con el deseo que tenían de convertirse en padres. Sea como sea, él le recordó que podrían intentarlo nuevamente y ver qué sucedía. Por ahora le comentó que debía estar cerca de su esposa y darle su apoyo, quién debía estar abrumada con la situación y triste como toda mujer que pasaba por aquella circunstancia. Debía estar para ella, como dijo el doctor. Se levantó de la silla y le agradeció por todo. Luego se dirigió a la salida para encaminar