Tengo entendido que entre los dioses capaces de entrar y salir ilesos del inframundo son los mismo reyes y Hermes, ya que, por obvias razones es el dios mensajero. Puede ir y venir a su antojo. Pero sería muy sospechoso pedirle un favor así. Sobre todo cuando está en un punto medio con mi juicio.La única a quien puedo contactar en estos momentos es Perséfone. Tiene gran poder emocional en la mitología. ¿Cómo no? Su gran popularidad se debe a una historia que romantizaron de dos formas; una doncella inocente, el dolor de una madre por el rapto y el regreso de su hija o el rapto de una hermosa mujer para convertirse contra su voluntad en reina del inframundo, centrándose en el dolor de perder la libertad para ella.Aunque también es citada como un paradigma que explica el cambio de estación con el descenso y el regreso de la diosa. Valoran el hecho, entre dioses, que Hades y Perséfone constituyeron uno de los matrimonios más estables y felices dentro del Panteón griego. Dándose a conoce
Tengo entendido que los dioses sobrevaloran muy poco la opinión de otras razas o sus mismos familiares. Zeus es un claro ejemplo de todo esto. Permitió que secuestraran a su hija, gracias a sus calenturas su esposa castigaba a sus amantes ya que no podía tocarle el pelo, la crianza con sus hijos y el favoritismo crearon guerras y disputas.Este Olimpo y sus líderes son una familia disfuncional perfecta con la que puedes comprar.¿Y a qué viene todo esto? La respuesta es simple.Desde temprano en la mañana no se me permitió elegir la vestimenta, escolta o siguiera las cosas que podría traer. Vine prácticamente al descubierto. Ares -mi escolta- puede asesinarme en cualquier momento y nadie lo sabría. ¿Por qué lo digo? El dios de la guerra va tras mía con su mirada lanzando lanzas de fuego a mi nuca. Hestia va al frente guiándonos por los pasillos y escaleras de Palacio en el ala sur. Temo por mi trasero en estos momentos.—Crei que iríamos a las catacumbas. Comenté observando el pasill
La noche había caído con una tormenta, las ventanas de la cámara se encontraban cerradas. La chimenea que debía darle calor a la diosa estaba siendo encendida por una ninfa. Por la puerta entró alguien, cuya presencia era permitida entrar. El único que podía hacerlo sin sufrir la ira de la diosa.El invitado sonrió de lado y habló a espaldas de la diosa.-Para ser una diosa con el poder de controlar el fuego, me sorprende que tengas que poner a alguien más para encenderlo.Hestia respondió. -¿Para que están los sirvientes entonces?Por el rabillo del ojo noto como el mensajero tomaba asiento a su lado, se le veía contento y bastante abrigado, el frio viento debió calar hasta sus huesos.-Tu mentalidad es distinta a lo que dicen de ti.-Lo mismo diré de ti.Solto una risa. -Mantén las apariencias.-Es lo que siempre he hecho -Ésta vez giró su cabeza, viéndole tranquilamente-. ¿A que debo el honor de tu visita querido?-Los dioses están preocupados Tia. Has llevado el juicio demasiado bi
-Se continúa el juicio contra Moon mitad diosa mitad Lýkos, hija de Selene la Diosa de la Luna e hija de Phatic Ioannidou.La situación era misma que otras veces. Con la diferencia que la Diosa Hera no se encontraba, tampoco el dios Apolo. Zeus se encontraba más tenso de lo normal, el silencio en la sala se sentía asfixiante. Incluso Hestia a mi lado respiraba con dificultad. Por lo visto nadie quería estar aquí el día de hoy.-¿Hablamos? Susurre a Hestia. Su mano se deslizó y me pellizco la pierna.-Ni un solo ruido Moon. Mantén la boca cerrada, no es el momento.-Nunca es el momento.Tengo entendido que apenas ayer por la noche hubo un disturbio en el ala de Zeus creo saber quien pudo ser, pero no me gusta andar de lengua larga.-Testigos del incidente contra Moon Ioannidou -Dijo la mano derecha de este caso-. Informaron haber escuchado a la semidiosa y la Diosa Selene conspirando contra el Olimpo.-Que pasen los testigos. Ordenó Zeus.-Entra a la sala sus celestias Pandia, Ersa y
Abro mis ojos y lo primero que veo es ese techo tan alto, los vuelvo a cerrar. Quiero estar en otro lugar menos en esta m*****a habitación. Cuento los días y las semanas, cada día se siente eterno. Llevo casi tres meses, mismos en los que mi rutina diaria empieza con...—Ama, su café y desayuno está servido.—Gracias —Me siento en la cama, veo la mesa cerca del balcón, Ocírroe abrió las puertas para que entrará la brisa de la mañana—. Déjame sola.—Cómo ordene.El valor para pararme de esta cama fue lo más duro que tuve en mente. Inicia a ser un esfuerzo el solo ponerme de pie. Hay más en este mundo que me obliga hacer ese enorme sacrificio.Me siento en esa silla frente a la mesa. Incluso comer es difícil para mí. Veo el exterior y sólo pienso en caer por ese balcón preguntándome si ahora que soy inmortal podré sobrevivir a esa caída. Pero dejo eso de lado e inicio a comer. Bocado por bocado. Esperando... tal vez una respuesta a todo este embrollo mío.Todo lo que he tenido que perder
Caminaba de un extremo al otro de la habitación. No recuerdo hace cuanto llegue, solo que lo único que he hecho ha sido quejarme de mis problemas como si la mujer frente a mi fuera mi psicóloga personal.—Todo se pone cada vez mas difícil, primero Hera, luego Ares, casi se mete Afrodita pero resulta ser Eros. ¿Tienes idea del dolor de cabeza por el que estoy pasando? ¿Hestia me estas escuchando?La mujer bebía su copa de vino con total tranquilidad mientras me ignoraba o se hacia la sorda. Desde que entre queja y queja no me ha mirado ni un segundo. Tengo este problema pisándome los talones y ella parece no darle mayor relevancia. Me deje caer en el sofá frente al suyo, aunque solo le veía el perfecto perfil.—Calla —Alzo su mano en mi dirección, seguía sin notar algo mas que ambigüedad en sus acciones—. Tus quejas solo empeoran todo. Admito que me sorprendió la manera en la que lidiaste con Hera, como ignoraste a Ares y no te dejaste de Afrodita —Jadeo frustrada—. Pero vienes a mi con
Esto fue mas de lo que pude soportar. Mis piernas habían perdido fuerza, seguían dobladas en el suelo, mis puños contra el mismo, sin saber que mas hacer con la impotencia y, su mirada... esa mirada se repite en mi memoria, parece que la sigo viendo. No quería, sus ojos me siguen atormentando la mente.—Isabella Miller, hija de Stive y Elizabeth Miller —La voz de Zeus, era lo menos que deseaba escuchar—. Por los cargos de Traición, Insulto a los dioses, declarar una guerra y huir de la justicia por siglos —No hacia falta mas pruebas, estaba todo claro, mi madre, mi loba, todos fueron cómplices de mi mundo, fui un títere, es seguro que yo también seré castigada por todo esto—. Se te declara inocente de cargos. Has demostrado ser hija digna de un dios. Se te da el titulo de Diosa e Hija de la Tierra. Se levanta la sesión.¿Que? ¿Yo he sido... inocente? Me coloque de pie aun en trance, la mirada al suelo, escuche claramente sonidos de sillas, un trueno, voces y murmullos de enojo. Claro,
—Imposible —Mis labios hicieron una mueca de enojo, tome por el cuello a ese ser y lo golpee contra el suelo—... ¡Di la verdad! ¡Habla!—Es la verdad —Su voz sonada ronca por el golpe y mi apretón—. Todos fueron mandatos de la diosa Selene. Su mensajero lo aseguro.—¿Mensajero? ¿¡Quien es ese!? ¡Contesta!—Es... Su cuerpo se descomponia con mayor ímpetu.—No, no —Ni siquiera pudo pronunciar una letra del maldito nombre, se hizo polvo en el momento que lo solté—... ¡NO! ¡MALDITA SEAS!Esto no podía ser cierto, mi madre sería incapaz de organizar tal revolución. No tenia como contactar el mundo exterior, para ella tener noticias desde el exterior es imposible. Las únicas veces que recibió visita fue por mi y al momento de ser encerrada. El sello de la puerta solo Zeus y yo podemos romperlo.No entiendo de donde sacan esto. Mi madre sería incapaz.—Lo sabia.La voz tras mi espalda me asustó, mi cuerpo giro en reacción. —Afrodita...En el momento en que note su presencia, ella salió corri