Los ojos de la mujer se oscurecieron y una extraña expresión se dibujó en su rostro, Gilliam sintió como el Sebàstian relajado de esfumaba y tenía de nuevo junto a ella, a un Sebàstian lleno de tensión. Gilliam observó a la elegante mujer; rubio cabello, largo, a media espalda, unos vibrantes ojos azules, una preciosa nariz, labios gruesos, su vestido gritaba "demasiado caro", llevaba joyas, era... realmente impresionante. Una mujer, preciosa, en toda la expresión de la palabra. —Eso no fue muy agradable de tu parte— le dijo con voz tensa. —No he recibido mucha amabilidad o cosas agradables de tu parte, Lucinda Thompson— respondió con tono aspero— si me disculpas— tomó la mano de Gilliam e hizo ademán de iniciar el camino, pero la voz de ella le detuvo. —¿Es tu esposa?, no he escuchado que te hubieses casado—Gilliam la miró a los ojos, los fríos ojos azules le miraron con... ¿celos?, ? resentimiento?—¿no piensas presentarnos?, no puedes ser tan mal educado, Sebàstian. —Hazme un
Aquella advertencia le había roto el corazón, sabía que ya no había nada que hacer, estaba enamorada de ese hombre; en apariencia frío, oscuro, misterioso, pero en el fondo un niño herido, un hombre abandonado. Gilliam no sabia si podría ser capaz de lidiar con eso, y no por falta de deseos, sino porque el mismo Sebàstian se negaba a reconocer que necesitaba sanar esas áreas. Caída la tarde intentó irse a casa, sus ánimos habían decaído y su espíritu estaba abatido, sin embargo, él le pidió que se quedara, tras aquellos dos encuentros el mismo día, necesitaba algo de apoyo. Apoyo que Gilliam, no le negaría...**************Gilliam llegó muy puntual a la biblioteca, se había acabado el trabajo junto a Sebàstian, se había acabado el evento y todo volvía a la rutina... ahora todo le parecía más tranquilo de lo que recordaba. Liliana no estaba, lo cual era bastante extraño, guardó su carta de solicitud de vacaciones y días libres en su cartera y se dedicó a ponerse al día con sus com
Gilliam se quedó preocupada por las amenazas que recibió de Nathalie, sin embargo se dijo que nada podía impedir su reunión con las chicas, se fue a casa, compartió un par de horas con su familia, se encargó de consentir a sus hermanos y disfrutar con Diego, quien cada día se veía mejor. Luego, ya caída la noche, comió un poco, para evitar embriagarse a causa d eun estómago carente de alimentos y se fue a alistar. Un lindo vestido blanco, sencillo pero con un lindo corte en forma de corazón, como maquillaje solo un poco de pestañina y brillo labial, tomó su bolso y se dirigió al bar donde se encontraría con las chicas. Al llegar, la rubia ya esperaba con un trago en las manos, se levantó para recibirla estrechándola en un fuerte abrazo. —¡ME ALEGRA QUE ESTÉS AQUI, PELIRROJA!—A mi también me alegra verte rubia, nos sabes cuánto te he extrañado— tomaron asiento y Gil pidió un cóctel sin alcohol. —No arruinarás mi noche, pelirroja, vinimos a beber.—Lo sé, pero lo haré con precaución
—Lo amo—dijo decidida— lo sé, lo siento. Sé que podrían pensar que solo se debe al buen sexo que compartimos, o al hecho de que me muestra una faceta desconocida para mí, que despierta un deseo que nunca antes había experimentado pero, no se trata solo de eso, también quiero cuidarlo, quiero protegerlo, quiero que sane, que esté bien, me siento increíble a su lado, disfruto cada cosa nueva que me hace conocer a su lado, amo esos preciosos ojos azules, me encanta su sonrisa, todo de él y ...—Está jodidamente enamorada—suspiró Connie— no hay duda de ello. —Si, lo está —sonrió preocupada la morena— quiero verlas bien, y no saben en amargo sabor de boca que me da ser tan feliz junto a Hugh, tenemos a Leslie, nos tenemos a nosotros ,un amor grande, profundo, y estoy tan feliz de despertar junto a él, es lo que quiero para ustedes— rubia y pelirroja hicieron un gesto de dolor— me siento culpable de ser feliz mientras ustedes sufren. —No digas pendejadas, Rita— exclamó Connie. —Si— secun
—¡Buen día, Familia!— exclamó Gilliam entrando a su casa, y observando como su familia estaba reunida desayunando. —¡Buenos días!—escuchó a coro.—Tesoro—su madre la miró con una tierna sonrisa— comenzaba a preocuparme, se te hará tarde para ir al trabajo. —Gilliam sonrió feliz, le alegraba enormemente el gran cambio que su madre había mostrado, botarla relajada y sin estar a la defensiva era demasiado dulce. —Oficialmente estoy de vacaciones —respondió sentándose a la mesa, después de dejar un beso en cada uno de los integrantes de su familia— aún no, pero se están procesando, y mientras se hacen efectiva Liliana me paga mis días de descanso pendientes. —Que bien merecido lo tienes, trabajas sin descanso, princesa mía —le dijo su padre, con una enorme sonrisa. —Si—sonrió— mis hombres como están hoy. ¿Cómo te sientes Diego?—Bien, el médico dice que me recupero bastante bien. Ya puedo llevar una rutina bastante normal, estoy muy emocionado del próximo año escolar, me hace sentir mu
Rita se aseguró de dejar a Leslie dormida, se despidió de la niñera, mientras salía con Hugh directamente a la oficina, aún no era tiempo de reintegrarse, pero la conversación con Adam no podía esperar más.Debía ser ese mismo día, ni un día después. Al llegar saludó educadamente a todos, dejó a Hugh en su área de trabajo luego de despedirse con un amoroso beso y se dirigió a presidencia. La secretaria de Adam la anunció y medio minuto después se encontraba ingresando a la oficina de su jefe y mejor amigo. —Buen día Rita, que sorpresa tenerte por aquí. Aún no es tiempo de reintegrarse.— la saludó cariñosamente. —Vaya, no sé si deba halagarme el hecho de que no me quieras de regreso. — bromeó, mientras le regalaba una enorme sonrisa. —No te confundas, solo lo hago por tu bienestar, El tuyo y el de Leslie.— compartieron un beso en la mejilla y Rita tomó asiento frente a él. —Si, lo entiendo. ¿Qué tal la noche de testosterona?, pensé que no estarías aquí, según supe has estado bebien
—¿Está todo bien, Gil?— la pregunta de John estuvo cargada de profunda preocupación, rompió el abrazo y se alejó para poder apreciar los hermosos ojos verdes de la mujer que amaba. —Si... todo esta bien. — dijo intentando sonar segura, aunque la expresión de su rostro, estaba en desacuerdo con sus palabras. —Que bueno saberlo— respondió sin retirar su mirada de ella—¡por Dios que ganas de besarte, Gil. Te he extrañado demasiado!— le dijo con ternura, mientras su mirada iba directo a sus labios, ella sonrió sintiéndose un poco incómoda, y mirándo luego a su familia. —¿Cómo está tu hermano?—Bastante recuperado, mi madre está con él y su novia ha estado allí cada día tambien, mis vacaciones están por terminar y queria tener unos días para nosotros— Gilliam sonrió. —Estabamos esperando que llegaras para poder comer todos juntos— su padre, como siempre salió a su rescate. —Claro, pasemos a la mesa. —Le contaba a John que lo hemos extrañado mucho — dijo Alex. —Y yo le he contado que
La mañana siguiente llegó y Gilliam poco o nada había dormido, se sentía terriblemente triste, y su ánimo había decaído cada vez más. Intentó llamar a John en un par de ocasiones, pero el había rechazado la llamada, enviándola directamente al buzón de mensaje. Después del desayuno, los chicos se habían marcado al colegio, su padre al trabajo, Diego estaba pintando un dibujo, mientras su madre entró a la habitación de su triste hija. —¿Puedo pasar, tesoro?—Claro, madre—respondió, sentándose en la cama y abrazando a una almohada. Gisella, entró y se sentó frente a ella, regalándole una tierna sonrisa. —Por lo que veo no te sientes nada bien hoy. Pareces bastante triste, Gilliam. —No te equivocas, madre —respondió suspirando. —Las madre tenemos un séptimo sentido, cuando de nuestros hijos se trata. ¿Has peleado con John?—No ha sido tanto como una pelea, pero me odio por haberlo lastimado—sus ojos se llenaron de lágrimas— nunca he querido hacerlo, madre, pero no podía ocultar le lo