Gilliam se quedó preocupada por las amenazas que recibió de Nathalie, sin embargo se dijo que nada podía impedir su reunión con las chicas, se fue a casa, compartió un par de horas con su familia, se encargó de consentir a sus hermanos y disfrutar con Diego, quien cada día se veía mejor. Luego, ya caída la noche, comió un poco, para evitar embriagarse a causa d eun estómago carente de alimentos y se fue a alistar. Un lindo vestido blanco, sencillo pero con un lindo corte en forma de corazón, como maquillaje solo un poco de pestañina y brillo labial, tomó su bolso y se dirigió al bar donde se encontraría con las chicas. Al llegar, la rubia ya esperaba con un trago en las manos, se levantó para recibirla estrechándola en un fuerte abrazo. —¡ME ALEGRA QUE ESTÉS AQUI, PELIRROJA!—A mi también me alegra verte rubia, nos sabes cuánto te he extrañado— tomaron asiento y Gil pidió un cóctel sin alcohol. —No arruinarás mi noche, pelirroja, vinimos a beber.—Lo sé, pero lo haré con precaución
—Lo amo—dijo decidida— lo sé, lo siento. Sé que podrían pensar que solo se debe al buen sexo que compartimos, o al hecho de que me muestra una faceta desconocida para mí, que despierta un deseo que nunca antes había experimentado pero, no se trata solo de eso, también quiero cuidarlo, quiero protegerlo, quiero que sane, que esté bien, me siento increíble a su lado, disfruto cada cosa nueva que me hace conocer a su lado, amo esos preciosos ojos azules, me encanta su sonrisa, todo de él y ...—Está jodidamente enamorada—suspiró Connie— no hay duda de ello. —Si, lo está —sonrió preocupada la morena— quiero verlas bien, y no saben en amargo sabor de boca que me da ser tan feliz junto a Hugh, tenemos a Leslie, nos tenemos a nosotros ,un amor grande, profundo, y estoy tan feliz de despertar junto a él, es lo que quiero para ustedes— rubia y pelirroja hicieron un gesto de dolor— me siento culpable de ser feliz mientras ustedes sufren. —No digas pendejadas, Rita— exclamó Connie. —Si— secun
—¡Buen día, Familia!— exclamó Gilliam entrando a su casa, y observando como su familia estaba reunida desayunando. —¡Buenos días!—escuchó a coro.—Tesoro—su madre la miró con una tierna sonrisa— comenzaba a preocuparme, se te hará tarde para ir al trabajo. —Gilliam sonrió feliz, le alegraba enormemente el gran cambio que su madre había mostrado, botarla relajada y sin estar a la defensiva era demasiado dulce. —Oficialmente estoy de vacaciones —respondió sentándose a la mesa, después de dejar un beso en cada uno de los integrantes de su familia— aún no, pero se están procesando, y mientras se hacen efectiva Liliana me paga mis días de descanso pendientes. —Que bien merecido lo tienes, trabajas sin descanso, princesa mía —le dijo su padre, con una enorme sonrisa. —Si—sonrió— mis hombres como están hoy. ¿Cómo te sientes Diego?—Bien, el médico dice que me recupero bastante bien. Ya puedo llevar una rutina bastante normal, estoy muy emocionado del próximo año escolar, me hace sentir mu
Rita se aseguró de dejar a Leslie dormida, se despidió de la niñera, mientras salía con Hugh directamente a la oficina, aún no era tiempo de reintegrarse, pero la conversación con Adam no podía esperar más.Debía ser ese mismo día, ni un día después. Al llegar saludó educadamente a todos, dejó a Hugh en su área de trabajo luego de despedirse con un amoroso beso y se dirigió a presidencia. La secretaria de Adam la anunció y medio minuto después se encontraba ingresando a la oficina de su jefe y mejor amigo. —Buen día Rita, que sorpresa tenerte por aquí. Aún no es tiempo de reintegrarse.— la saludó cariñosamente. —Vaya, no sé si deba halagarme el hecho de que no me quieras de regreso. — bromeó, mientras le regalaba una enorme sonrisa. —No te confundas, solo lo hago por tu bienestar, El tuyo y el de Leslie.— compartieron un beso en la mejilla y Rita tomó asiento frente a él. —Si, lo entiendo. ¿Qué tal la noche de testosterona?, pensé que no estarías aquí, según supe has estado bebien
—¿Está todo bien, Gil?— la pregunta de John estuvo cargada de profunda preocupación, rompió el abrazo y se alejó para poder apreciar los hermosos ojos verdes de la mujer que amaba. —Si... todo esta bien. — dijo intentando sonar segura, aunque la expresión de su rostro, estaba en desacuerdo con sus palabras. —Que bueno saberlo— respondió sin retirar su mirada de ella—¡por Dios que ganas de besarte, Gil. Te he extrañado demasiado!— le dijo con ternura, mientras su mirada iba directo a sus labios, ella sonrió sintiéndose un poco incómoda, y mirándo luego a su familia. —¿Cómo está tu hermano?—Bastante recuperado, mi madre está con él y su novia ha estado allí cada día tambien, mis vacaciones están por terminar y queria tener unos días para nosotros— Gilliam sonrió. —Estabamos esperando que llegaras para poder comer todos juntos— su padre, como siempre salió a su rescate. —Claro, pasemos a la mesa. —Le contaba a John que lo hemos extrañado mucho — dijo Alex. —Y yo le he contado que
La mañana siguiente llegó y Gilliam poco o nada había dormido, se sentía terriblemente triste, y su ánimo había decaído cada vez más. Intentó llamar a John en un par de ocasiones, pero el había rechazado la llamada, enviándola directamente al buzón de mensaje. Después del desayuno, los chicos se habían marcado al colegio, su padre al trabajo, Diego estaba pintando un dibujo, mientras su madre entró a la habitación de su triste hija. —¿Puedo pasar, tesoro?—Claro, madre—respondió, sentándose en la cama y abrazando a una almohada. Gisella, entró y se sentó frente a ella, regalándole una tierna sonrisa. —Por lo que veo no te sientes nada bien hoy. Pareces bastante triste, Gilliam. —No te equivocas, madre —respondió suspirando. —Las madre tenemos un séptimo sentido, cuando de nuestros hijos se trata. ¿Has peleado con John?—No ha sido tanto como una pelea, pero me odio por haberlo lastimado—sus ojos se llenaron de lágrimas— nunca he querido hacerlo, madre, pero no podía ocultar le lo
Sebàstian se tensó, su cuerpo entero se puso rígido, salto de la cama en un brusco movimiento y se colocó rápidamente su pantalón de pijama.No, no podía ser, Gilliam no podía haberse atrevido a pronunciar aquellas palabras... —Sebàstian... detente, por favor...—sin siquiera prestar atención a las palabras de la pelirroja, se dirigió a la puerta corrediza que separaba la habitación del pequeño porche que daba acceso a la piscina. Respiraba aceleradamente y sentía frustración, demasiada frustración...Gilliam saltó también de la cama y se envolvió en su bata de seda, pasó las temblorosas manos por su revuelto cabello, y se dirigió a la piscina, en busca de Sebàstian. Lo encontró cerca de la piscina, mirando a lo lejos, dónde el sol se había ocultado ya y solo reinaba la oscuridad, el mismo lugar que unas horas antes estaba dando un espectáculo a la vista del espectador con la puesta de sol, pero la pareja estaba muy lejos de querer apreciar su entorno. —Te lo advertí, Gilliam— dijo c
Dos días habían transcurrido desde su regreso de Santorini, dos días en los que se sentía cada vez más miserable, había llamado a Sebàstian una vez, pero al notar que él no respondía, se obligó a desistir, no valía la pena intentar llamarlo, era obvio que él no respondería y se obligaba a sí misma a no someterse a ese daño. Aquél día ocurrió lo que no esperaba, su celular timbró... era John. Hubiese esperado que él no deseara hablar más con ella y de ser así, no podría haberlo culpado jamás. —Hola, John...—Hola... ¿Cómo estás?—Bien, bien—mintió, incapaz de explicarle lo que sucedía, por dos grandes motivos; el primero, no era justo con John hablarle sobre Sebàstian, y segundo, no creía capaz de hablarlo sin llorar. —¿Y tú?—Bien... yo... estaba llamando porque me gustaría hablar contigo, Gilliam, pero quisiera hacerlo en persona.— "Gilliam", era obvio que John se estaba esforzando por mantener la distancia emocional. —De acuerdo... ¿Vienes a casa, o voy a la tuya?—Hoy no me es