Después de pasar el día en la biblioteca nacional, hizo un par de llamadas para ir a casa de Rita, la rubia estuvo de acuerdo así que decidieron encontrarse allá. Manejó animadamente, después de pasar nuevamente el día bajo las órdenes de Liliana, se merecía un poco de tiempo para descansar... al llegar, llamó al timbre, quién le recibió fue Liam, con una enorme sonrisa. —Hola Gil, que enorme gusto poder verte, adelante. —Hola, Liam— le dió un beso en la mejilla— también me alegra verte. — juntos se encaminaron a la habitación, dónde estaban reunidos, después de los respectivos saludos y de que Gilliam tomara en brazos a Leila, la niña se durmió en la comodidad del pecho de su tía afectiva. —Yo me llevaré a dormir a ésta princesa— intervino Hugh, tomando a su pequeña hija en brazos—Y Liam vendrá conmigo, así podrán hablar tranquilamente — el trío de amigas sonrieron para luego verlos marcharse.—¿Está todo bien, rubia?— preguntó Gilliam con preocupación. —Iba a hacer la misma pre
Después de pasar mucho tiempo con las chicas y esforzarse sin mucho resultado, por animar a la rubia, Gilliam había regresado a casa, justo a tiempo para lavarse las manos y cenar con la familia. El ambiente era tranquilo y relajado, y Diego se mostraba bastante feliz. Gilliam no podía dejar de agradecer internamente la nueva oportunidad de vida que tenía su hermano. —Gil, mamá ha dicho que éste año si podré ir a la escuela— dijo feliz el infante. —Te lo dije—sonrió la pelirroja— serás el niño más inteligente y aplicado de tu clase...— le acarició el cabello y así siguió la comida, hasta que Gisella dijo;—¿Sigue John de viaje?, se le extraña mucho por aquí. —Si, sigue fuera de la ciudad — sintió la mirada de su padre sobre ella— afortunadamente su hermano ya está mejor. —Qué buena noticia, espero regrese pronto, debes extrañarlo mucho y...—No la abrumes, querida—intervino su padre al rescate, Gilliam le sonrió agradecida, pronto debía tener una conversación con su madre y expli
El evento estaba resultando un completo éxito, Liliana estaba feliz, todos los inversores en la feria se sentían satisfechos, los nuevos autores cumplían con sus respectivas presentaciones y firma de libros, así como con las entrevistas o ronda de preguntas. Sebàstian se mostraba satisfecho ante el buen trabajo realizado, y si lamentaba algo, era el hecho de que se había acabado si tiempo junto a Gilliam, pero no estaba dispuesto a renunciar al placer que conseguía alcanzar junto a la pelirroja. —¡Me alegra ver qué nuestro evento es todo un éxito!— exclamó una satisfecho Liliana. —Así es, la señorita Warren, merece el día libre mañana, ha hecho una gran labor. —La señorita Warren, no es la única que se ha esforzado para que esto saliera bien. — controló su mal humor. —En ese caso— sonrió de manera sombría— asegúrese que todos puedan disfrutar de un merecido día libre mañana. —Eso no es posible —dijo con amargura— después de ésto tendremos que recoger, organizar y...—No sucederá
Lauren se tensó, al escuchar el imponente grito de su hijo, se giró hacia él, con los ojos muy abiertos, una increíble mezcla de emociones y sentimientos se apoderó de ella...Amor... dolor... culpa... tristeza...Su hijo...Allí, frente a ella, después de tantos años, estaba su hijo, su único hijo...—¿Es que no piensas responder?— Sebàstian la miró de forma amenazante—¡Dilo de una vez!, ¿Qué haces aquí?— ambos progenitores se pusieron en pie, completamente tensos y con la preocupación reflejada en sus rostros, y Gilliam sintió tanta tensión en el ambiente, que se le revolvió el estómago. —Puedo explicarlo, hijo mío.— el padre intentó avanzar, pero se detuvo ante la furiosa mirada del hijo, que lo miró fijamente con ojos llenos de rabia, una rabia contenida. —No creo que esto tenga explicación alguna, ¡no puedo creerlo, padre!. Te dije que no quería verla, ¡NO QUIERO SABER NADA DE ÉSTA MUJER!, ¿y tú qué haces?, ¡la traes a este hogar!, ¡¿cómo te sientas a la mesa con quién arruinó
Los ojos de la mujer se oscurecieron y una extraña expresión se dibujó en su rostro, Gilliam sintió como el Sebàstian relajado de esfumaba y tenía de nuevo junto a ella, a un Sebàstian lleno de tensión. Gilliam observó a la elegante mujer; rubio cabello, largo, a media espalda, unos vibrantes ojos azules, una preciosa nariz, labios gruesos, su vestido gritaba "demasiado caro", llevaba joyas, era... realmente impresionante. Una mujer, preciosa, en toda la expresión de la palabra. —Eso no fue muy agradable de tu parte— le dijo con voz tensa. —No he recibido mucha amabilidad o cosas agradables de tu parte, Lucinda Thompson— respondió con tono aspero— si me disculpas— tomó la mano de Gilliam e hizo ademán de iniciar el camino, pero la voz de ella le detuvo. —¿Es tu esposa?, no he escuchado que te hubieses casado—Gilliam la miró a los ojos, los fríos ojos azules le miraron con... ¿celos?, ? resentimiento?—¿no piensas presentarnos?, no puedes ser tan mal educado, Sebàstian. —Hazme un
Aquella advertencia le había roto el corazón, sabía que ya no había nada que hacer, estaba enamorada de ese hombre; en apariencia frío, oscuro, misterioso, pero en el fondo un niño herido, un hombre abandonado. Gilliam no sabia si podría ser capaz de lidiar con eso, y no por falta de deseos, sino porque el mismo Sebàstian se negaba a reconocer que necesitaba sanar esas áreas. Caída la tarde intentó irse a casa, sus ánimos habían decaído y su espíritu estaba abatido, sin embargo, él le pidió que se quedara, tras aquellos dos encuentros el mismo día, necesitaba algo de apoyo. Apoyo que Gilliam, no le negaría...**************Gilliam llegó muy puntual a la biblioteca, se había acabado el trabajo junto a Sebàstian, se había acabado el evento y todo volvía a la rutina... ahora todo le parecía más tranquilo de lo que recordaba. Liliana no estaba, lo cual era bastante extraño, guardó su carta de solicitud de vacaciones y días libres en su cartera y se dedicó a ponerse al día con sus com
Gilliam se quedó preocupada por las amenazas que recibió de Nathalie, sin embargo se dijo que nada podía impedir su reunión con las chicas, se fue a casa, compartió un par de horas con su familia, se encargó de consentir a sus hermanos y disfrutar con Diego, quien cada día se veía mejor. Luego, ya caída la noche, comió un poco, para evitar embriagarse a causa d eun estómago carente de alimentos y se fue a alistar. Un lindo vestido blanco, sencillo pero con un lindo corte en forma de corazón, como maquillaje solo un poco de pestañina y brillo labial, tomó su bolso y se dirigió al bar donde se encontraría con las chicas. Al llegar, la rubia ya esperaba con un trago en las manos, se levantó para recibirla estrechándola en un fuerte abrazo. —¡ME ALEGRA QUE ESTÉS AQUI, PELIRROJA!—A mi también me alegra verte rubia, nos sabes cuánto te he extrañado— tomaron asiento y Gil pidió un cóctel sin alcohol. —No arruinarás mi noche, pelirroja, vinimos a beber.—Lo sé, pero lo haré con precaución
—Lo amo—dijo decidida— lo sé, lo siento. Sé que podrían pensar que solo se debe al buen sexo que compartimos, o al hecho de que me muestra una faceta desconocida para mí, que despierta un deseo que nunca antes había experimentado pero, no se trata solo de eso, también quiero cuidarlo, quiero protegerlo, quiero que sane, que esté bien, me siento increíble a su lado, disfruto cada cosa nueva que me hace conocer a su lado, amo esos preciosos ojos azules, me encanta su sonrisa, todo de él y ...—Está jodidamente enamorada—suspiró Connie— no hay duda de ello. —Si, lo está —sonrió preocupada la morena— quiero verlas bien, y no saben en amargo sabor de boca que me da ser tan feliz junto a Hugh, tenemos a Leslie, nos tenemos a nosotros ,un amor grande, profundo, y estoy tan feliz de despertar junto a él, es lo que quiero para ustedes— rubia y pelirroja hicieron un gesto de dolor— me siento culpable de ser feliz mientras ustedes sufren. —No digas pendejadas, Rita— exclamó Connie. —Si— secun