Al día siguiente me desperté y no vi a Valentino junto a mi, sali de la cabaña y me encontré con Lucrecia; ella se notaba ida.—Hola, madre —mencioné con sentimientos encontrados. Ella me alejó de todo mi destino para protegerme.–Hija, buenos días. El clima esta caluroso ¿cómo te sientes al descubrir lo que eres? Sé que tienes muchas preguntas y te las responderé todas.—Está bien. Por ahora sé que todo lo que hiciste fue por mi bien, y quizás más adelante, cuando acabe todo, podamos hablar.La miré y solté un suspiro. A lo lejos, vi a una chica que me miraba con recelo. Luego, observé a Emilio conversando con Laria. Pero Valentino no estaba.—¡Nos atacan! —gritó un hombre de la manada, y rápidamente me levanté del suelo.—¿Dónde está el señor Valentino? —gritó Emilio, y eso mismo quería saber yo.—Está luchando contra la manada de la muerte y los camaleones, está solo. Mandó a pedir refuerzos.No, Valentino está solo. De repente, siento una horrible sensación. Se escucha un aullido
ValentinoMiré la luna fijamente. El cielo estaba despejado, y todo estaba en silencio, sin embargo, mi mente estaba llena de dudas. ¿Cuál es exactamente el plan de Igor para querer tener a Maya para él? En aquella batalla de hace unos días, me habló telepáticamente y me dijo que Maya sería mi perdición, y que no se quedaría sin ella porque Maya era la clave.¿Qué quiso decir con que Maya es la clave? Dejé mis cavilaciones al verla dormir plácidamente. Toqué su mejilla, trazando líneas. De repente, empezó a balbucear entre sueños.—No quiero, déjame. Eso duele.—Maya, cariño, despierta. ¿Qué sucede? —Moví su cuerpo tratando de despertarla.Me acerqué más y acerqué su cabeza a mí, pero me quedé mirando su muñeca nuevamente. Varias raíces de color rosado aparecían. ¿Qué estaba pasando?—Valentino, me duele mucho.—Cariño, ¿qué te duele? Abre los ojos.Maya abrió los ojos y se agarró la cabeza, quejándose mientras se retorcía.—Valentino, siento como si mis muñecas se abrieran como si var
Era increíble sentir la brisa cálida del campo mientras corríamos en nuestra forma lobuna. Valentino era increíble; su pelaje blanco resplandecía más puro con el brillo del sol. Llegamos a un hermoso lago, un oasis escondido en el corazón de Mystralón. Alrededor, una sinfonía de colores nos envolvía: flores silvestres de todos los tonos y árboles majestuosos que se alzaban hacia el cielo, creando un dosel verde que filtraba la luz en suaves rayos dorados.Nos acercamos a la orilla, el agua cristalina reflejando el cielo despejado. Con un susurro de magia, nos transformamos en humanos, sintiendo la transición como un delicado despertar. Nuestros pies tocaban el suelo suave, y el agua fresca acariciaba nuestra piel, envolviéndonos en una sensación de pureza y renovación.Valentino me miró, sus ojos azules brillando con una intensidad que me dejó sin aliento. Sus manos se encontraron con las mías, y juntos nos sumergimos en el lago. El agua era increíblemente clara, permitiéndonos ver ha
Valentino.Había pasado una semana desde que regresamos al mundo moderno. La empresa me tenía ocupado y necesitaba ponerme al día con firmas de compras y pagarés. Por otro lado, Emilio no vio ningún movimiento raro en la mansión de ese tipo, aunque la mitad estaba destruida por el poder de Maya. Se que Igor no se dará por vencido, hará todo para querer atrapar a mi mujer, lo que el no sabe es que estaré más que preparado para cuando desee regresar.Emilio deja varios Folders sobre mi escritorio para luego agregar.—Señor, ¿cree usted que ese tipo regrese? —Asiento sin dudarlo. Su obsesión por Maya aún no finaliza.—Debemos contratar más personal. Igor seguramente no dejará de hostigar a Maya; él no se dará por vencido.—Tiene mucha razón en cuanto a eso. Su luna es una mujer muy poderosa y, sobre todo, misteriosa.Realmente así es, y eso que aún hay más secretos con la otra identidad. Joseph me ha ayudado a bloquearlo, pero no sé cuánto tiempo dure.—Sí, ella es poderosa, aún no puede
MayaLas miradas penetrantes de estas personas me hacían sentir nerviosa. No entendía de qué se trataba y tampoco sabía que Valentino tenía más familia. Aquel rubio con ojos tenebrosos decía que eran primos, mientras que el otro señor, más maduro, sonreía al verme. La chica rubia parecía molesta, como si mi presencia no le agradara.Valentino se acercó a ellos, sorprendido. —No sabía que tenía un primo.—Hola, sobrino, soy tu tío Collins y ellos son tus primos.—Collins Grave —mencionó Valentino, asombrado.—Así es. Qué rápido te has olvidado de la familia, Valentino. Soy tu tío, el hermano mayor de tu padre.—Lo siento, tío, han pasado tantos años y quizá la falta de comunicación... —Respondió Valentino, sonriendo.—No importa, sobrino. Te presento a mis hijos.Valentino saludó a los dos rubios que parecían gemelos.—Bienvenidos sean.—Mucho gusto, primo —saludó la rubia, acercándose a Valentino para dejar un beso en su mejilla. Me miró y sonrió. Qué descaro. Valentino se alejó y vin
Valentino.Escuchaba atento la información que me narraba mi tío, su explicación era suficiente para entender porque razón vino al mundo moderno. Era increíble, jamás se escuchaba que los vampiros pura sangre cruzaban a este mundo, al parecer alguien cruzo la línea que estaba prohibido. O quizás sin darnos cuentas ya existían en este mundo silenciosamente.─Cuénteme que sucedió.─Tu padre y yo implementamos una tregua.─Una tregua con los Vampiros. – mi tío asiente sonriendo de lado, luego me mira fijamente para luego narrar.─En una época de gran conflicto, los lobos, con su astucia y fuerza, lograron imponer una tregua a los vampiros. En esa época se implemento una reunión con los lideres de ambas especies, el cual firmaron un acuerdo solemne, los vampiros pura sangre y convertidos se comprometieron a no entrar jamás en el reino de Mystralón ni a cruzar a los otros reinos– Mi tío collís se detuvo para tomar un sorbo del vino que nos había traído el mayordomo. ─Sobrino, ese pacto tra
Maya.La luz de la luna se filtraba por las cortinas de nuestra habitación, creando sombras suaves en las paredes. El silencio en nuestro entorno era absoluto, solo interrumpido por el suave crujir de nuestras respiración y el susurro del viento contra las ventanas. Sentía mi corazón latir con fuerza mientras miraba a Valentino.Él me miraba con una intensidad que me hacía temblar. Sus ojos, brillantes como las estrellas, reflejaban una mezcla de deseo y algo más profundo, algo que siempre me había hecho sentir segura y adorada. Cada vez que nuestros ojos se encontraban, el mundo exterior desaparecía, dejándonos solo a nosotros dos en nuestro universo privado.—Valentino,—susurré, mi voz apenas audible en la vasta quietud de la habitación. Él no respondió con palabras, pero el modo en que sus ojos se oscurecieron con pasión fue suficiente.Sentí el calor de su cuerpo mientras sus manos me tocaban. Siento una corriente eléctrica recorrier mi piel. Sus dedos se posaron suavemente en mi
MayaCuando bajé al salón, me encontré a Josean, quien rondaba observando lo que había en la mansión de Valentino.—Buenos días —saludé sin muchas ganas, pero con educación.—Ah, buenos días, cuñadita. Vaya, son más de las nueve y hasta ahora despiertas.La miré negando con una sonrisa en los labios.—Querida, puedo levantarme a la hora que yo desee; soy la prometida del dueño de esta mansión —declaré acercándome a ella. Sus ojos azules me miraban fijamente.—Uhm, pero me imagino que eso no te da derecho a sentirte dueña —Solté una risa que evidentemente la molestó—. ¿Qué te resulta tan gracioso?—Tu molestia. ¿No será que te gusta tu primo, o sea, mi hombre? Te recuerdo que él es mi compañero destinado.—Estás loca. ¿De qué hablas?—De lo que yo veo. ¿Estás celosa o es envidia?—No es eso. Jamás pensamos que un Alfa estuviera con cualquier mujer —rió sarcástica por su comentario.—¿Qué tipo de mujer crees que soy? —gruñí molesta, encarando a Josean.La rubia se alejó nerviosa, segura