Renata— ¿Cómo estás, Renata? Veo que no has traído la almohada hoy. Agacho la cabeza y sonrío ligeramente, ya han pasado quizás dos semanas desde que Stefan descubrió lo de mi embarazo, desde ese entonces ha estado tan atento como ausente en partes iguales, ha respetado lo que le pedí, tiempo y espacio, y en todo ese tiempo me he dado cuenta de que lo que me pasó no son del tipo de cosas que se olvidan, si no se aprende a vivir con ello, permanezco con la mirada baja en lo que le respondo a la doctora Susana. — Bien, cada día un poco más fuerte... y a la almohada, decidí darle el día libre hoy. Cuando levanto el rostro me doy cuenta de que la doctora me sonríe con dulzura y asiente orgullosa, yo también me siento orgullosa en cierto sentido de mi misma, no es fácil abrirse camino entre la oscuridad.˜˜˜˜˜˜˜˜˜˜˜˜˜˜˜Después de semanas de estar en esta casa por fin salgo al exterior, estoy parada frente al jardín, y había hablado innumerables veces con la doctora sobre el miedo irra
Llegó la noche, Alessandro y yo cenamos juntos, Stefan estaba con su amigo Alexis atendiendo unos asuntos importantes a lo que me dijo así que cuando él se tuvo que marchar me fui directo a mi habitación para tomar una ducha caliente antes de dormir. Cierro los ojos dejando que el agua corra con libertad en mi cuerpo llevándose con él los restos de espuma, me paso las manos por el cuerpo para que no me queden rastros de jabón en la piel, cuando mis manos llegan a la zona del abdomen mis trazos son más lentos, en las yemas de mis dedos siento las irregularidades en mi piel, sin abrir los ojos las recorro con los dedos, la marca que Isa dejó en mi piel ya ha cicatrizado, la marca tiene un color rosa muy fuerte en comparación con el resto de mi tono de piel, con cremas posiblemente desaparezca la marca, pero no tengo el valor para pedirle eso a Stefan... la doctora le dijo que mis heridas ya habían sanado casi en su totalidad se daría cuenta de que he mentido. No quiero que descubra
Stefan Despierto sintiéndome algo incómodo y dolorido del cuerpo, las cacerías de estos días han sido agotadoras, pero sin duda he disfrutado todas y cada una, la sensación de librar al mundo de esos animales me deja una agradable sensación, eso sin mencionar el cobrar venganza por lo que le hicieron a Renata, la venganza no es buena, cierto, pero quien diga que no te sabe a gloria, miente totalmente.Trato de girarme al otro lado hasta que noto que me es imposible mover el brazo, siento los músculos como plomo y me cuesta moverlo, pero curiosamente solo uno, de mala gana abro los ojos solo para encontrarme con una maraña de cabello rojizo a escasos centímetros de mi cara. Abro mucho los ojos poniéndome en alerta al instante y recorriendo el entorno con la mirada, lo primero que percibo es el sonido de voces susurrantes, enfoco la mirada y me doy cuenta de que frente a nosotros se encuentra el televisor encendido, justo en este momento me llegan recuerdos de anoche, Renata recibié
Renata. No pensé que fuera posible volver a sentirme de esta manera, por lo menos no tan pronto. En cuanto Stefan se quitó la camisa se me aceleró el corazón y comencé a sentir un aumento repentino en mi temperatura corporal, tenía bastante calor. Él no era consciente de la manera en que lo miraba, estaba jugueteando con Alessandro presumiendo el fantástico físico que tiene, no es la primera vez que lo veo sin camisa, pero sus músculos son más notorios en tanto a tamaño y definición que antes o por lo menos a lo que recuerdo.De pronto llegó Alexis, quién también se quitó la camisa, hay tres hombres en la sala sin camisa frente a mí, presumiendo sus cuerpos dignos de un modelo, pero mi atención total solo está en Stefan, recorro con la mirada cada línea de músculo de su ancha espalda, ladeo un poco la cabeza, la voz de Alessandro llama mi atención, ocasionando que de un pequeño brinco y busque su mirada. — Ey Renata, deja de comerte el trasero de Stefan con la mirada.- santo ciel
— No me cabe duda que el amor no solo es ciego... también te crea mal gusto a lo que veo...Todos en la mesa comienzan a reír, pero Stefan al final le clava una mirada inquietante a Alessandro, mi desayuno sinceramente no esta tan mal, desde que miré a Stefan que no sabía prender la estufa no me hice altas expectativas, pero no está mal, me hizo un pan francés con helado y frutas. — Pero que dices... no está mal.- le respondo a Alessandro quién hace una mueca al verme tomar otro bocado de mi comida. — ¿No está mal? Ese pan está todo quemado de abajo, por favor Renata, no se trata de mentir para convivir.— Porque no te callas Alessandro, y te tragas tu cereal.- Stefan se queja molesto a Alessandro quién se encoge de hombros y se pone a comer lo suyo. — Con gusto, por lo menos esto no está quemado. Alexis aprieta los labios para no reír, hoy Stefan le dio el día a todo el personal así que les tocó preparar el desayuno a todos con sus manitas. Un celular comienza a soltar un pitido,
Stefan.Las palabras de Renata crean un eco en mi cabeza, estoy en blanco... no sé ni que pensar o responder al respecto, solo estoy con el impacto de que esa mujer esté presente en ambas tragedias relacionadas con mis parejas y me hace preguntarme que tanta culpa tiene en la muerte de mi exmujer. — ¿Cómo que era amiga de Marisa? ¿Cómo sabes eso?.- Renata se deja caer en la silla y mira al frente, pero su mirada esta más allá de la pared en la que están fijos sus ojos.— Ella me lo dijo... — ¿Llegaste a conversar mucho con ella?.- pregunto extrañado, de pronto tengo tanta curiosidad de saber como fue la convencía con esa mujer, que fue lo que le dijo. — Dudo que se le considere una conversación cuando solo una de las partes habla, y por todos los cielos esa mujer como hablaba, pero digamos que me contó sobre su vida, me dijo que estuvo casada, pero que su marido la aburría o algo así, y por eso lo dejó para irse con Armando...— Si, pero de Marisa... ¿Qué te dijo de Marisa?Traté d
— ¿Crees que exageré con mi actitud? Permanezco con la cabeza agachada en lo que Alessandro me cepilla el cabello, el tinte oscuro que ocultaba mi cabello es tan pálido porque no lo he retocado y buena parte de mi raíz ya deja el descubierto mi verdadero color. Me sentí muy mal al ver a Stefan tan preocupado por Marisa, sí, sé que es su exesposa y que el averiguar que pasó con ella en realidad le causa, ¿inquietud?, pero se mostró tan desesperado por saber qué fue lo que Isa me dijo de su exmujer que él ignoraba el hecho de que cuándo Isa terminó de contarme su historia me hirió tanto... pensaba contarle eso... contarle de las marcas en mi cuerpo, pero me arrepentí, me sentí desplazada, como que en ese momento lo que me pasó a mí y lo que viví dejo de tener relevancia y ahora se trataba de... Marisa.— Naa... para nada, para mí también sería incómodo estar con una mujer que no supera la ruptura con su ex.— No es lo mismo una ruptura a una perdida como la de Stefan. - arrugo la fre
Stefan. — Isa... es... es IsaRenata está temblando tanto, los ojos se le llenan de lágrimas y no puede dejar de ver la imagen que tengo entre mis manos, bajo la mirada a la fotografía de la mujer radiante que me sonríe, el peso de sus palabras me golpea con tanta fuerza que me es imposible pensar con claridad, ninguna parte de mi cuerpo me responde, ambos permanecemos mirando la fotografía, perdidos en la imagen, observando a la mujer que es el símbolo personificado de nuestros obstáculos, su miedo... mi culpa. "¿¡Marisa está viva?!", es lo primero que hace eco en mi mente, una parte de mí se mantiene incrédula, la otra está en estado de shock total.— ¿Qué pasó? Escuché algo romperse y... La voz de Alessandro nos obliga tanto a Renata como a mí a levantar la cabeza y mirar en su dirección, Alessandro mueve la cabeza de un lado a otro tratando de comprender la situación mientras su ceño se va frunciendo cada vez más; la primera que se mueve es Renata, camina para escapar del luga