TobíasDe pronto ese suave contacto se transforma en uno mucho más rudo, demandante. Sus manos se adhieren a mi cintura, mientras su lengua arrasa con la mía, en una batalla por dominar al contrario. Lamentablemente, necesitamos separarnos por falta de oxígeno, con desesperación busco su mirada, necesito su aprobación. Se separa de mí, busca mantener cierta distancia, no me mira a los ojos, esta incertidumbre comienza a consumirme de una manera lenta y tortuosa.—Tobías—, con voz calma rompe la tormentosa espera— sabes que esto no está para nada bien...— posa su mano sobre mi cabeza—. Yo estoy completamente enamorado de Vincent. No es justo, no deseo que salgas lastimado. Es curioso, unas simples palabras pueden llegar a herir tan profundamente. ¿Qué esperaba? ¿Un te amo de su parte? O ¡Intentémoslo Tobías! ¿Cuándo empezó todo esto? ¿Realmente lo amo? Estoy tan confundido, por más que analizo la situación no logro hallar una respuesta satisfactoria. Realmente no sé qué es lo que sien
TobíasQuerido Sebastián:Llevamos una semana sin poder vernos, mi hermano ha estado más malhumorado que de costumbre, comprenderás que en ese caso me es imposible verte. Sin mencionar que la fastidiosa de tú esposa no te deja solo ni a sol ni a sombras. Sé que debo ser paciente, es un tema que hemos hablado cientos de veces, sin embargo, te extraño. Extraño tus besos, tus caricias, la forma en que me haces el amor. ¡Te necesito! Cuando estamos separados siento que me ahogo, es como si solo una mitad de mí funcionara y la otra mitad de mi ser se va junto a ti.Anhelo con ansias tener la mayoría de edad, ese será el día más feliz de mi vida, será el día en que nos vayamos a vivir juntos, donde tú y yo iniciaremos una nueva vida, una vida apartada del dolor, del odio. Simplemente debemos ser pacientes, nuestro amor es invencible, no existe nada en el cielo, la tierra o el infierno que lo pueda derrotar.Se que a veces puedo ser demasiado impaciente y no me pongo en tu lugar, me disculpo
TobíasJamás nadie me contó la forma en que murieron mis padres, era tan pequeño que no sentía la curiosidad de saber, lo único que comprendía en ese momento es que papá y mamá estaban en el cielo, rodeados de ángeles junto a Dios. Cuando fui creciendo tuve dudas, pero ya no había nadie que pudiese responderlas...Ha llegado Isaac, puedo oír el motor de su automóvil. Rápidamente meto todo en la bolsa y bajo con esta en mano, necesito que me lleve con Vincent en este mismo instante, tengo que enfrentarlo, me debe una explicación, una disculpa, necesito aunque sea una maldita mentira... Al entrar me mira sorprendido, no esperaba verme despierto a esta hora, mucho menos ver mi rostro empapado por las lágrimas y mis manos manchadas de sangre. Su semblante luce asustado, ha de ser por el estado en que me encuentro. Noto como se debate entre acercarse o mantenerse en esa postura rígida que ahora mantiene. — ¿Tobías, que te pasa?— Finalmente decide por acerse y acaricia mi mejilla logrando
IsaacSiempre estuve en desacuerdo con las mentiras, por eso nunca pude perdonar las mentiras de Vincent. Siempre me he caracterizado por ser sincero, jamás he tenido miedo de decir lo que pienso o asumir mis actos. Sin embargo, ahora todo es diferente. Por primera vez me veo envuelto en una maraña de mentiras y me aterra la idea de ser descubierto.Mamá solía decir cuando era pequeño, que mentir era sumamente malo, por qué una mentira conducía directamente a otra mentira y cuando te dabas cuenta eras atrapado en una telaraña de la cual no había escapatoria. Siempre decía que nadie podía ser feliz viviendo atrapado en un mundo de mentiras, por qué tarde o temprano serías descubierto y lo que construiste a base de engaños se esfumaría.Cuanta razón tenía, aunque a la edad de ocho años no lograba tomar el peso de sus palabras. Pero hoy, siendo un hombre adulto, me siento asfixiado por el peso de mis mentiras, temeroso de que esta falsa felicidad se evapore. Tobías, ingenuamente cree en
IsaacAños atrás...Un estruendoso golpe en la puerta de entrada nos indica que papá ha regresado, mi hermano comienza a temblar ligeramente, está asustado por que ha reprobado el examen de matemáticas. Intento calmarlo tomando sus temblorosas manos entre las mías, ladea ligeramente el rostro y me mira, esboza una nerviosa sonrisa para luego clavar su mirada en la figura de nuestro padre. Ahí está él, su semblante luce inmutable, nos mira fijamente, su mirada es tan aterradora que quema. Ambos nos removemos nerviosos, aunque me esfuerzo por transmitirle seguridad en todo momento. Necesito que entienda que estoy a su lado y mientras yo esté no permitiré que nadie le haga daño.— ¡Vincent!— El timbre de voz de mi padre desborda rudeza y sus ojos tienen un destello de maldad que logra estremecernos—. Me han notificado de la escuela que has reprobado el examen de matemáticas, ¡eres tan jodidamente inepto!— Mueve insistentemente su pies izquierdo golpeando esté contra el piso, siendo el s
IsaacAquella suave caricia en mi mejilla me devuelve a la realidad, esbozo una nostálgica sonrisa conmocionado por aquellos recuerdos. Pese a todo el sufrimiento y maltrato por el cual atravesamos en ese entonces, pese a todo el sufrimiento, pese a todo lo malo, extraño esos momentos. Momentos donde ambos éramos uno solo, dónde juraba que estaría por siempre a mi lado y yo era lo que más amaba sobre la tierra, dónde para mí solo existía él y mi mente no era un maldito laberinto como lo es ahora. —Entremos Isaac, hace bastante frío aquí afuera—, sostiene mi mano adentrándonos en la casa, inmediatamente el calor del interior me envuelve provocando una sensación agradable.— ¿Y tú hijo? Me gustaría conocerlo—. Observo a mí alrededor no viendo al adolescente en ningún lado. Si mis cálculos no fallan debe de tener una edad cercana a la de Tobías.—Aún duerme— responde con sequedad queriendo dar el tema por zanjado. Se adentra en la cocina—. Anoche llegó demasiado tarde, salió con sus ami
IsaacYa no puedo seguir escuchando tanta mierda. ¿Cómo se atreve a compararme con nuestro padre? ¡Por años me toco recibir golpes por ambos, siempre fuí yo quién enfrentó de manera estoica el castigo de ambos! Es verdad que le he dado una bofetada a Samuel, sin embargo se lo merecía. Con solo diecisiete años hace lo que le viene en gana, consume pastillas y alcohol, me cuesta creer como es posible que mi hermano lo apañe.Tomo la caja de terciopelo que dentro guarda el costoso reloj y sin mencionar una sola palabra la estrello contra el piso para luego mirar despectivamente a ambos. Que se pudra él, su despreciable hijo y el maldito regalo de cumpleaños. Nada de lo que haga por él es suficiente para llamar su maldita atención. Siempre hay alguien más importante que yo en su asquerosa vida.Salgo con prisa de su casa, necesito dejar todo esto atrás y recuperar un poco de mi autoestima, la cual Vincent, se encarga de machacar cada vez que nos vemos. Tobías me espera, no puedo llegar co
IsaacEl verlo suplicar por un poco de información me genera una serie de sentimientos encontrados, una insana mezcla de satisfacción y tristeza. Está ansioso y sus ojos brillan, la ansiedad se refleja en su pálido rostro mientras frota sus manos en señal de su caótico estado emocional. De pronto recuerdo la fatídica noche donde Tobías encontró las estúpidas cartas de Sebastián.Meses antesAl parecer Vincent, está dispuesto a contarle toda la verdad y noto como disfruta mi propio sufrimiento. De pronto siento un pesado nudo en la boca del estómago, una inmensa desesperación, necesito pensar en algo urgentemente. No puedo permitir que descubra la verdad, no ahora cuando he logrado crear un lazo afectivo con él. Es tal el alboroto que arma que logra llamar la atención de algunos vecinos ociosos, quienes espían la escena a través de las rendijas de sus ventanas y los más descarados se asoman por la puerta. Lo peor de este asunto es que Samuel, el hijo de mi hermano ha presenciado tan d