IsaacYa no puedo seguir escuchando tanta mierda. ¿Cómo se atreve a compararme con nuestro padre? ¡Por años me toco recibir golpes por ambos, siempre fuí yo quién enfrentó de manera estoica el castigo de ambos! Es verdad que le he dado una bofetada a Samuel, sin embargo se lo merecía. Con solo diecisiete años hace lo que le viene en gana, consume pastillas y alcohol, me cuesta creer como es posible que mi hermano lo apañe.Tomo la caja de terciopelo que dentro guarda el costoso reloj y sin mencionar una sola palabra la estrello contra el piso para luego mirar despectivamente a ambos. Que se pudra él, su despreciable hijo y el maldito regalo de cumpleaños. Nada de lo que haga por él es suficiente para llamar su maldita atención. Siempre hay alguien más importante que yo en su asquerosa vida.Salgo con prisa de su casa, necesito dejar todo esto atrás y recuperar un poco de mi autoestima, la cual Vincent, se encarga de machacar cada vez que nos vemos. Tobías me espera, no puedo llegar co
IsaacEl verlo suplicar por un poco de información me genera una serie de sentimientos encontrados, una insana mezcla de satisfacción y tristeza. Está ansioso y sus ojos brillan, la ansiedad se refleja en su pálido rostro mientras frota sus manos en señal de su caótico estado emocional. De pronto recuerdo la fatídica noche donde Tobías encontró las estúpidas cartas de Sebastián.Meses antesAl parecer Vincent, está dispuesto a contarle toda la verdad y noto como disfruta mi propio sufrimiento. De pronto siento un pesado nudo en la boca del estómago, una inmensa desesperación, necesito pensar en algo urgentemente. No puedo permitir que descubra la verdad, no ahora cuando he logrado crear un lazo afectivo con él. Es tal el alboroto que arma que logra llamar la atención de algunos vecinos ociosos, quienes espían la escena a través de las rendijas de sus ventanas y los más descarados se asoman por la puerta. Lo peor de este asunto es que Samuel, el hijo de mi hermano ha presenciado tan d
TobíasPor tanto tiempo busque la verdad, sin embargo al descubrir todo no me siento como imaginé, solo un inmenso vacío se aloja en el centro de mi pecho. A veces desearía volver el tiempo atrás, ser nuevamente un niño pequeño, dónde ves todo con inocencia y la crueldad de la realidad no logra lastimarte. Cuando eres pequeño todo es mucho más sencillo, menos cruel y doloroso.Sin embargo, junto a Isaac, esta carga se torna más liviana, ya no duele tanto, porque sé que no estoy solo. En este nuevo camino que comienzo a emprender para ser un hombre todo será más sencillo, él lo recorrerá junto a mí sosteniendo mi mano. Tengo la esperanza de que no me abandonará, será mi Pilar de apoyo, del mismo modo que yo seré la roca donde él podrá descansar.Jamás pensé experimentar un sentimiento de tal magnitud a mis cortos diecinueve años, pero en contra de todo pronóstico, este sentimiento es tan inmenso e intenso que logran consumirme completamente, considerando que es más de lo que puedo sopo
TobíasEn temas sexuales soy todo un amateur, mi experiencia es prácticamente nula. Antes de él no hubo nadie, solo una felación a la apuradas que me dió una chica dos años mayor que yo. Fuera de eso, nada más pasó. Durante mi adolescencia y despertar sexual solo experimenté el masturbarme junto a compañeros del orfanato mientras veíamos a escondidas revistas pornográficas.Los besos y caricias que Isaac reparte por mi cuerpo me provocan leves temblores. Entre sus brazos solo soy una masa que emite ruidosos jadeos y tiembla como animal asustado, aunque la realidad es muy distante de aquello. Me siento tan excitado, deseando que él me use a su jodido antojo. —Estas como roca— su voz ronca y excitada me estremece, fijo mi mirada en él y me sonrojo ante el escrutinio en mi cuerpo—. Ahora viene lo mejor, cariño— se masturba un poco dejando una vez más ese trozo de carne y nervios completamente erguido, listo para arremeter en la siguiente batalla.—Isaac...—las palabras no salen, mi cabe
Tobías¿Qué significa esto? ¿Acaso no logra ver el daño que sus acciones y palabras ocasionan en mí? Totalmente derrotado me siento un momento en la cama, necesito procesar, digerir y posteriormente comprender sus palabras. ¡Debo entender de una maldita vez que no me ama! ¿Por qué carajos a mi estúpido corazón le cuesta tanto comprender eso? ¡Es tan simple! Ama a Vincent sin importar el daño que este le hizo en el pasado. Siempre seré el desahogo a sus problemas, mi mente tiene claro eso, sin embargo, mi corazón duele. Supongo que es más fácil sobre llevar el dolor creyendo que algún día corresponderá a mis sentimientos con la misma intensidad.Arreglo mi cama, cambio las colchas y sin importar el frío me meto bajo la ducha. El agua sale tan helada que traspasa mis huesos, aunque honestamente no me importa, con un poco de suerte el agua congele algo más que mi cuerpo. Cuando no logro soportar más el frío y el ardor que el agua provoca en mi piel decido abandonar la ducha, al secar mi
TobíasLa mirada de todos los presentes se centra en mi persona, completamente nervioso dejo la bandeja sobre la mesita de centro. Puedo percibir la mirada de Isaac sobre mí, taladra mi nuca con ella, no debería de enfadarse conmigo, no tiene derecho a hacerlo. ¿Se da cuenta acaso que muero de celos? Debería darse cuenta, ayer me expuse emocionalmente ante él, no puede simplemente ignorarlo.A continuación todo transcurre demasiado rápido. Vincent, comienza a gritar mientras corre escaleras arriba, Samuel, algo confundido va tras su padre y ante los gritos de este en el segundo piso el rostro del chico cambia a uno notoriamente preocupado. Me es inevitable contener un instante más la risa, estallo en una sonora carcajada y poco me importa lo demás. Es tal la intensidad de esta que debo agarrarme el estómago. ¡Simplemente no puedo parar! ¡No quiero parar! Necesito saborear está infantil victoria Poco dura mi alegría, se esfuma con el potente impacto de su mano contra mi rostro, mi cuer
SamuelHa transcurrido un poco más de un mes desde que llegué aquí, tiempo que por cierto me resulta eterno. cada día en este maldito infierno es una asfixiante agonía, este sitio es deprimente, no hay nada en los alrededores y dentro de estas cuatro paredes todo es tan tosco y sin vida. Ya no puedo más, necesito consumir algo, de lo contrario quien terminará consumiéndose soy yo. Si tan solo pudiera obtener un par de pastillas este caótico mundo se tornaría un poco mejor.Isaac ha salido, lleva horas fuera de esta mugrosa cabaña. Tobías está en la cocina intentando que sus putas neuronas funcionen, como si fuese una ciencia preparar unos huevos y ensaladas. Sin dudas, mi querido primo es un maldito primate retrasado, no puede llegar a imaginar cuánto lo aborrezco, cuánto me enerva ver su titubeante sonrisa cada vez que le mira a los ojos.Silenciosamente me cuelo en la habitación de mi tío, necesito descubrir dónde demonios guarda la droga. Reviso cada maldito rincón de la habitación
Samuel Sin nada más que decir salgo de su habitación, doy una última ojeada a la sala para luego marcharme. ¡No pienso volver a pisar esta casa! ¡Tampoco pretendo volver a ver su cara en lo que me queda de vida! Me dirijo con prisa al lugar del encuentro, me preocupa el haber dejado tanto rato solo a Alex, pese a que peleamos la mayor parte del tiempo, lo quiero, lo considero mi amigo, es casi como un hermano. Sé que en algunas ocasiones hemos cruzado el límite, más se lo he dejado muy en claro, es por simple curiosidad, no trate de hallar amor donde no lo hay. Al menos no de mi parte.—Aquí están los papeles— Saco el documento de mi bolsillo desdoblando este cuidadosamente y extendiendo mi temblorosa mano para que puedan ver que no es un engaño.— ¡Samuel! ¡Hasta que llegaste!— La alegría en el rostro de mi amigo es similar a la de un perro cuando ve regresar a su amo, solo falta que mueva la inexistente cola.—Todo en orden, solo te advierto que si tú padre viene a hacer problemas