Tobías Ahora soy yo quién lo observa, se que no debo inmiscuirme, pero no puedo dejar de mirarlo. Isaac Bauer, definitivamente es un hombre extraño y si tuviese que clasificar su personalidad con solo una palabra, la que encabeza la lista es "loco", tengo más de una razón para creerlo. Algo incómodo me remuevo en el duro sillón, siento algunos resortes encajarse en mis costillas y maldigo por lo bajo. Lo escucho insultar entre dientes, acción que capta nuevamente mi atención. Él nota que lo observo y desafiante me sostiene la mirada, sus ojos irradian altanería y la postura de su cuerpo es amenazante. Sin apartar la mirada me dedica una macabra sonrisa, a la cual, correspondo con una difusa mueca.¡Está situación es jodidamente incómoda! Aparto bruscamente la mirada y me levanto del sillón. Mis movimientos son torpes e inseguros y con manos temblorosas hurgueteo dentro de mi equipaje. Él sigue observando cada uno de mis movimientos, mientras que yo, finjo no darme cuenta. Finalmente
TobíasMe limito a guardar silencio, espero a que salga de la cocina y se pierda escaleras arriba. Una vez a solas me dejo caer sobre el duro sillón y me permito llorar hasta el cansancio. Fuí demasiado ingenuo al pensar que de ahora en más todo estaría bien, creí que el vivir con un familiar sería distinto, sin embargo, es mucho peor que convivir con extraños. Ladeo el rostro y observo los trozos de fotografías esparcidos por el piso, ver mis recuerdos destrozados provoca una gran opresión en el centro de mi pecho y aunque no quiera, las lágrimas vuelven a deslizarse por mis palidas mejillas.Era tan solo un niño cuando mi padre fue asesinado, y mi madre tomó la egoísta desición de quitarse la vida, sin importarle que atrás, dejaba a su pequeño hijo, solo y desamparado. A veces, creo que el amor que sentía por papá era mucho mayor que el amor que sentía por mí. Por eso, para ella no fue difícil tomar su desición. Vagamente recuerdo su rostro y el timbre de su voz a estas alturas me r
Tobías¿Qué tan diferente sería mi vida si mis padres vivieran? ¿Cómo sería vivir con un padre que te odia por ser un obstáculo y una madre que te trajo al mundo para utilizarte de comodín cada vez que su esposo homosexual busca dejarla? Al pensar en la respuesta mi inestable mundo se desmorona un poco más. Definitivamente, la vida tienes sus favoritos y el resto que se pudra en su miseria. Después de todo, el hedor a fatalidad me persigue donde quiera que vaya.El día se me hace interminable, la puerta está cerrada con llave y las ventanas fueron cubiertas con tablas. La cabaña se mantiene fría y humeda, todo dentro tiene una apariencia lúgubre y hasta la persona más estable del mundo se sentiría deprimida en un sitio como este. Si no salgo de este lugar terminaré volviéndome loco, más de lo que ya estoy. No he vuelto a ver a mi tío, desde que se encerró en su habitación no volvió a salir. Definitivamente ese hombre es extraño, a veces me cuestiono si realmente será humano.Finalment
TobíasEs innegable que este juego le excita demasiado, sus ojos brillan de una manera espeluznante y la sádica sonrisa que adorna su rostro es imborrable. Presa del pánico me levanto del piso con prisa, ignoro completamente el dolor que está acción provoca y me hecho a correr a duras penas. El sol se ocultó completamente y la oscuridad no fue de ayuda en lo absoluto. Dejo de correr comenzando a caminar, por más que fuerzo mis ojos no logro distinguir nada. Sin hacer ruido me escondo tras un árbol, con suerte y si me mantengo en silencio logre pasar desapercibido para él. Me tenso en mi sitio y cubro mi boca con ambas manos al sentir crujir algunas ramas secas, el sonido se intensifica y el sonido de cada pisada taladra mis oídos.De pronto, siento su respiración agitada tan cerca de mi espalda que me estremezco. Me quedo muy quieto en mi sitio y suplico mentalmente a quien sea que exista aya arriba que me ayude, pero como siempre, la suerte no está de mi lado. Grito aterrado cuando e
Capítulo 4.-Isaac.Después de largas horas de caminata llegamos finalmente a la cabaña, la puerta continúa abierta tal cual la dejé horas antes. Para ser honesto, dudo que alguien encuentre este lugar. El día en que mi padre decidió construir "su base de tortura infantil", pensó en todos los detalles y lo más importante, hacer la construcción alejada de la civilización. Vincent y yo, somos las únicas personas con vida que saben llegar a este sitio, después de todo, nos tocó vivir demasiados años encerrados en este infierno.Me adentro en la sala y dejo el cuerpo inerte de Tobías sobre el sillón, ahora con mis manos desocupadas procuro colgar el rifle y cerrar la puerta con llave y seguro. Debo admitir que resistió mucho más de lo que esperaba. Al menos tiene más agallas que el cretino de su padre, ha de ser porque no tuvo la oportunidad de ser educado por él. Si este niño supiera la verdad, debería agradecer de rodillas por haber acabado con la vida de Sebastián. Tomo un poco de leña
IsaacDe pronto, noto la mirada de Tobías fija en mí rostro, algo desconcertado por su repentina actitud decido enfrentarlo. Analítico, lo observo y noto como sus brillantes ojos negros recorren mi anatomía con curiosidad, es como si deseara escudriñar mi alma y descubrir hasta mi más recóndito secreto. Necesito que deje de hacerlo, la situación comienza a incomodar y me frustra inmensamente, simplemente, detesto no tener el control de la situación. Esbozo una sonrisa encantadora con la necesidad de acaparar su total atención e inmediatamente lo capta, ingenuamente corresponde a mi sonrisa y su cuerpo se relaja bajando completamente la guardia.— ¿Qué tal el baño? ¿Te sentó bien?— Rompo el contacto visual entre ambos y me encamino al baño en busca del botiquín.—El agua estaba demasiado fría y fue una tarea bastante compleja mantenerme en pie—. Se le nota nervioso, es tan fácil comprender sus acciones, es como un libro abierto.—Un poco de agua fría no mata a nadie—, me siento a su la
IsaacNuevamente la nostalgia me ataca, y está vez, con mayor fiereza. El recuerdo de Vincent se instala en mi mente, acaparando todo mi ser. Desde que tengo uso de razón, mi padre inculcó con devoción un amor insano por mi hermano menor. Al punto que decidió aislarnos de la sociedad después de la muerte de nuestra madre. Nos encerró en esta cabaña durante años como muestra de que sólo nos teníamos el uno al otro. No sé exactamente en qué etapa de mi vida comencé a desear a Vincent, lo que si recuerdo claramente fue el día en que cruzamos la línea imaginaria de nuestra hermandad.Doy reiteradas vueltas en la cama, ya es de madrugada y no logro conciliar el sueño. El insoportable ardor en mi espalda no me permite dormir en una postura que me resulte cómoda y el dolor es lo suficientemente intenso para mantenerme despierto durante toda la noche. Entre cierro los ojos e intento recrear la imagen de mamá en mi mente, lamentablemente, la mente humana es frágil y su recuerdo se torna dema
Isaac.Recordar aquellos años genera una asfixiante ansiedad en mi sistema, sin mencionar la profunda tristeza que me embarga en este momento. Fueron los años más felices de mi vida, las caricias de Vincent, se encargaban de borrar todo rastro de dolor. A su lado, no me importaba absolutamente nada, ni siquiera los golpes y torturas de papá pudieron empañar la felicidad que él me proporcionaba. Me levanto de la cama y camino a oscuras por la habitación adentrándome en el balcón. El viento frío golpea de lleno en mi rostro, pero en vez de molestarme, me agrada. De algún modo consigue relajarme.Me acomodo en la vieja hamaca, la cual rechina en respuesta y rápidamente enciendo un cigarrillo. Recordar aquella época provoca en mí un torbellino de emociones. Emociones que se contradicen entre sí y no sé como reaccionar. En aquella época, era un adolescente ingenuo, quien vivió casi toda su vida encerrado, ignorante del mundo y la crueldad de las personas. En aquel entonces, no podía si qui