Isaac.Recordar aquellos años genera una asfixiante ansiedad en mi sistema, sin mencionar la profunda tristeza que me embarga en este momento. Fueron los años más felices de mi vida, las caricias de Vincent, se encargaban de borrar todo rastro de dolor. A su lado, no me importaba absolutamente nada, ni siquiera los golpes y torturas de papá pudieron empañar la felicidad que él me proporcionaba. Me levanto de la cama y camino a oscuras por la habitación adentrándome en el balcón. El viento frío golpea de lleno en mi rostro, pero en vez de molestarme, me agrada. De algún modo consigue relajarme.Me acomodo en la vieja hamaca, la cual rechina en respuesta y rápidamente enciendo un cigarrillo. Recordar aquella época provoca en mí un torbellino de emociones. Emociones que se contradicen entre sí y no sé como reaccionar. En aquella época, era un adolescente ingenuo, quien vivió casi toda su vida encerrado, ignorante del mundo y la crueldad de las personas. En aquel entonces, no podía si qui
IsaacSus palabras logran calar demasiado profundo. Me ha herido, aunque jamás le daré en el gusto de demostrar cuanto peso han tenido sus palabras en mí. Una vez más la ira de apodera de mí, ha tocado una fibra demasiado sensible como para dejar esto en nada. Sin pensarlo, alzo mi mano y con fuerza estampó mi palma contra su mejilla. Él se tambalea por el impacto, lentamente palpa su rostro con la punta de sus temblorosos dedos. Quiere llorar, lo noto al ver ese brillo deprimente en sus ojos negros y por un instante, me veo a mi mismo reflejado en él.Sin importarme su apariencia desvalida, le propino un puñetazo en su otra mejilla, él pierde el equilibrio cayendo junto a la cama. Espero que reaccione a mis provocaciones, que diga o haga algo, que me de un solo motivo para desfigurar su bonita cara a golpes. Pero no dice nada, se queda quieto mientras cubre su rostro con ambas manos, su cuerpo convulsiona suavemente y sus quejidos lastimeros penetran en mis oídos. Una vez más me veo r
IsaacNo puedo creer lo que escucho. ¿En qué demonios está pensando? ¿Realmente desea que nos conozcamos más a fondo? No entiendo su forma de actuar, pero en lo personal, no me apetece compartir absolutamente nada con él. No confío en las personas, tampoco deseo entablar lazos afectivos con nadie. Lo observo fijamente por unos segundos, pensando en que responder. No deseo ser demasiado brusco, no después de todo lo acontecido por la mañana...Además yo no busco empatizar con este crío, es un potencial enemigo, hijo del hombre que odié con toda mí alma. Tampoco puedo comprender la estúpida personalidad de Tobías, ¿tan hipócrita e imbécil es? Hace unas horas me grito verdades que hirieron mí orguo y lo único que co siguió es que terminara gilpeándolo. ¿Acaso es masoquista? De solo pensar en esa posibilidad un resoplido molesto escapa de mis labios. En conclusión este chico está compuesto por un conjunto de cosas que aborrezco. —En otro momento, ahora saldré y regresaré dentro de unos d
Tobías El primer día a solas en este lugar fue una jodida bendición. Pude descansar el día completo, mientras comía bocadillos ligeros y dibujaba en uno de los cuadernos que Isaac compró para mí. Fue una velada tranquila y el descanso extremo ayudó a que mis adoloridos músculos se relajaran y el dolor al día siguiente fue mucho menor. Los días posteriores no fueron para nada diferentes, aproveche de descansar y terminar de reponerme. Transcurrieron tres días y me sentía muchísimo mejor, las costillas solo dolían si hacía fuerza o algún movimiento brusco. El hematoma de mi rostro seguía ahí, mucho más verdoso que antes, pero al menos, el pómulo se había desinchado. Los días siguientes empezaron a afectarme, la falta de aire fresco y luz solar comenzó a ser asfixiante y la soledad hizo mella en mí. ¡Ha transcurrido más de una semana! He perdido la cuenta de los días transcurridos, solo sé que hace dos días se acabó el suministro de luz, el
Tobías Ha comenzado a llover, lo sé por que las gotas golpean el tejado con insistencia. En un comienzo es una lluvia suave, la cual poco a poco se transforma en una feroz. El viento no se queda atrás, sopla con tal violencia que las ramas de los árboles azotan la fachada exterior de la cabaña. De pronto, el rechinar de las tablas provoca un escalofrío en mi columna vertebral y la mezcla de sonidos torna el ambiente mucho más tétrico. Admito que soy un cobarde, me aterra pensar en sucesos paranormales en momentos como este. Observo los alrededores de la habitación, las extrañas siluetas que se forman con la sombra que emiten los árboles y mi hiperactiva imaginación aprovecha el momento para hacer de las suyas. Este escenario es digno de una a película de terror y yo parezco uno de esos malos actores que en vez de transmitir miedo, solo logran arrancar burlesca carcajadas de sus espectadores.Me acomodo en la cama y me abrazo a la mullida almohada, que a pesar de los días transcurrido
—Yo...— las palabras se atoran en mi garganta y solo logro emitir balbuceos sin sentido. Isaac ríe entre dientes abre mi reacción y siento rebotar su varonil risa en mi oído. El aroma de su perfume logra penetrar en mis fosas nasales y todo se siente mucho más intenso de lo que es—. Estuve pensando en todo, he recapacito... —, cierro mis ojos y trago saliva para luego tomar distancia. Mis movimientos fueron algo bruscos, pero no me importa.Ya de pie frente a él noto que su estado de ánimo no es bueno, se le ve cansado y triste. Verlo de ese modo tan vulnerable provoca un vuelco en mi vientre y me invade la tremenda necesidad de abrazarlo, de hacerle sentir que no está solo, pedirle que comencemos de nuevo y nos llevamos bien. Se que anhelar este tipo de cercanía con él no está bien, él es mi tío y aparte de ser un pensamiento inmoral es como traicionar la memoria de mis padres.—Explica un poco más tu postura—, su voz ronca me estremece.—Pondré de mi parte, obedeceré sin cuestionar,
Tobías —Ahórrate el discurso Tobías—, Isaac aparta sus dedos de mis labios y suspiro con desilusión contenida—. No imaginas cuanto detesto el maldito sermón de "puedes contar conmigo, te apoyaré en lo que necesites". La gente es hipócrita y esas frases son típicas de gente falsa—, una risa seca escapa de sus labios—. Si necesitara de tu apoyo te lo pediría, pero un crío como tú no puede ser apoyo para nadie, ni siquiera puedes lidiar con tus propios demonios.Guardo silencio ante sus palabras, de todas maneras no hay nada que pueda opinar al respecto. El tiene una clara imagen respecto a mí, nada de lo que diga o haga va a cambiar su manera de pensar. Para Isaac solo soy una pesada carga con la cual debe lidiar día tras día y creo que jamas entenderéel motivo por el cual decidió hacerse cargo de mi. Un silencio incómodo reina entre ambos, de pronto comienzo a sentirme fuera de lugar y solo puedo pensar en irme. Deseo tener el valor para levantarme de la cama y salir de esta habitació
Tobías Me giro entre sus brazos quedando frente a su rostro, alzo mi mano acariciándole sus mejillas con el dorso de la misma. De pronto un pensamiento algo iluso se ancla en mi mente. ¿Realmente piensa en el tal Vincent, o solo es una excusa para no asumir que le gusto? Sonrío ante tal suposición, sé que no debo hacerme ilusiones con Isaac, pero es una posibilidad y el pensar en dicha opción me reconforta, haciéndome sentir un poco menos miserable. A veces tenemos la verdad frente a nuestros ojos, pero preferimos engañarnos. En ocasiones la verdad lastima y es mejor mentirnos a nosotros mismos. Imaginar que Isaac tiene sentimientos por mí me resulta agradable y en cierto punto me enternece pensar que inventó toda esta treta para estar conmigo. Esta realidad que forme en mi mente es mucho mejor que asumir que fuí usado para reemplazar a su hermano menor, quién al parecer no corresponde sus retorcidos sentimientos.Ya es tarde, la lluvia se ha detenido completamente y una que otra go