IsaacMe estaciono fuera de un bar de mala muerte que se encuentra en medio de la desolada carretera y con pasos desganados me encamino a su interior. El recinto no es muy grande, poca iluminación y un par de camioneros sentados junto a la barra y uno que otro sujeto sentado en mesas apartadas. Me encamino hasta el final, una mesa apartada y entre penumbras me espera, me acomodo y hago un ademán con la mano para llamar la atención de la mesera.—Hola precioso, ¿qué vas tomar? — Apoya sus manos sobre la mesa y se inclina hacia delante, dejando ver su pronunciado escote que lamentablemente no tenía nada para enseñar.—Quiero una botella de whisky y un poco de hielo—. Digo sin mirarla si quiera, no me interesa responder a sus provocaciones, definitivamente no es mi tipo, nadie que no tenga una semejanza a Vincent, me interesa.— ¡A la orden, precioso! —Se encamina hacia la barra moviendo exageradamente las caderas, llamando de ese modo la atención del resto de los presentes.Paciente esp
IsaacMe siento algo mareado aún, por lo que estaciono más allá y de la guantera extraigo mi infalible medicina para la resaca. Con manos temblorosas y una creciente ansiedad derramo el polvo blanco sobre la tapa de la guantera y con una de mis tarjetas de crédito organizo tres gruesas líneas. Relamo mis labios, para luego inclinar mi torso hacia delante y esnifar una de las líneas. Presiono mi tabique con mis dedos y aspiro reiteradas veces por la nariz. Realizo el mismo proceso con las otras dos líneas y espero un par de minutos para que haga efecto. Más despabilado y enérgico enciendo el motor y me encamino a la cabaña, deteniéndome solamente en la bencinera, para comprar comida y combustible para el generador. Luego de una hora de conducir sin detenerme, llego finalmente al único sitio que considero hogar. Estacionó a un lado de la cabaña, al bajar del auto lo primero que hago es llenar el tanque del generador y volver a encenderlo. Con eso listo, saco las bolsas de víveres de la
TobíasUn intenso aroma a café inunda mis fosas nasales, mi estómago gruñe en respuesta y me remuevo incómodo, sintiendo cada músculo agarrotado. Abro los ojos con pereza y me siento con dificultad, dejando escapar un lastimero quejido. Cada centímetro de mi cuerpo me duele, el solo respirar me resulta un gran desafío y lo único que deseo en este momento es cerrar mis ojos y no volver a abrirlos jamás. El sonido de tasas y ollas provenientes de la cocina logran sacarme del patético estado de autocompasión en el cual me estaba sumergiendo.Sin lugar a dudas, la actitud de Isaac, me desconcierta. Es un hombre extraño, su sola presencia impone y admito que le temo. No sé de qué sería capaz, cuando algo lo altera pierde totalmente la cordura, y eso, me hace sentir en exceso inseguro. Me levanto del duro sillón y me inclino ligeramente al sentir un punzante dolor en mis costillas, conteniendo el aliento me enderezo y contengo el dolor que siento. Después de todo, el dolor físico no se com
Tobías Ahora soy yo quién lo observa, se que no debo inmiscuirme, pero no puedo dejar de mirarlo. Isaac Bauer, definitivamente es un hombre extraño y si tuviese que clasificar su personalidad con solo una palabra, la que encabeza la lista es "loco", tengo más de una razón para creerlo. Algo incómodo me remuevo en el duro sillón, siento algunos resortes encajarse en mis costillas y maldigo por lo bajo. Lo escucho insultar entre dientes, acción que capta nuevamente mi atención. Él nota que lo observo y desafiante me sostiene la mirada, sus ojos irradian altanería y la postura de su cuerpo es amenazante. Sin apartar la mirada me dedica una macabra sonrisa, a la cual, correspondo con una difusa mueca.¡Está situación es jodidamente incómoda! Aparto bruscamente la mirada y me levanto del sillón. Mis movimientos son torpes e inseguros y con manos temblorosas hurgueteo dentro de mi equipaje. Él sigue observando cada uno de mis movimientos, mientras que yo, finjo no darme cuenta. Finalmente
TobíasMe limito a guardar silencio, espero a que salga de la cocina y se pierda escaleras arriba. Una vez a solas me dejo caer sobre el duro sillón y me permito llorar hasta el cansancio. Fuí demasiado ingenuo al pensar que de ahora en más todo estaría bien, creí que el vivir con un familiar sería distinto, sin embargo, es mucho peor que convivir con extraños. Ladeo el rostro y observo los trozos de fotografías esparcidos por el piso, ver mis recuerdos destrozados provoca una gran opresión en el centro de mi pecho y aunque no quiera, las lágrimas vuelven a deslizarse por mis palidas mejillas.Era tan solo un niño cuando mi padre fue asesinado, y mi madre tomó la egoísta desición de quitarse la vida, sin importarle que atrás, dejaba a su pequeño hijo, solo y desamparado. A veces, creo que el amor que sentía por papá era mucho mayor que el amor que sentía por mí. Por eso, para ella no fue difícil tomar su desición. Vagamente recuerdo su rostro y el timbre de su voz a estas alturas me r
Tobías¿Qué tan diferente sería mi vida si mis padres vivieran? ¿Cómo sería vivir con un padre que te odia por ser un obstáculo y una madre que te trajo al mundo para utilizarte de comodín cada vez que su esposo homosexual busca dejarla? Al pensar en la respuesta mi inestable mundo se desmorona un poco más. Definitivamente, la vida tienes sus favoritos y el resto que se pudra en su miseria. Después de todo, el hedor a fatalidad me persigue donde quiera que vaya.El día se me hace interminable, la puerta está cerrada con llave y las ventanas fueron cubiertas con tablas. La cabaña se mantiene fría y humeda, todo dentro tiene una apariencia lúgubre y hasta la persona más estable del mundo se sentiría deprimida en un sitio como este. Si no salgo de este lugar terminaré volviéndome loco, más de lo que ya estoy. No he vuelto a ver a mi tío, desde que se encerró en su habitación no volvió a salir. Definitivamente ese hombre es extraño, a veces me cuestiono si realmente será humano.Finalment
TobíasEs innegable que este juego le excita demasiado, sus ojos brillan de una manera espeluznante y la sádica sonrisa que adorna su rostro es imborrable. Presa del pánico me levanto del piso con prisa, ignoro completamente el dolor que está acción provoca y me hecho a correr a duras penas. El sol se ocultó completamente y la oscuridad no fue de ayuda en lo absoluto. Dejo de correr comenzando a caminar, por más que fuerzo mis ojos no logro distinguir nada. Sin hacer ruido me escondo tras un árbol, con suerte y si me mantengo en silencio logre pasar desapercibido para él. Me tenso en mi sitio y cubro mi boca con ambas manos al sentir crujir algunas ramas secas, el sonido se intensifica y el sonido de cada pisada taladra mis oídos.De pronto, siento su respiración agitada tan cerca de mi espalda que me estremezco. Me quedo muy quieto en mi sitio y suplico mentalmente a quien sea que exista aya arriba que me ayude, pero como siempre, la suerte no está de mi lado. Grito aterrado cuando e
Capítulo 4.-Isaac.Después de largas horas de caminata llegamos finalmente a la cabaña, la puerta continúa abierta tal cual la dejé horas antes. Para ser honesto, dudo que alguien encuentre este lugar. El día en que mi padre decidió construir "su base de tortura infantil", pensó en todos los detalles y lo más importante, hacer la construcción alejada de la civilización. Vincent y yo, somos las únicas personas con vida que saben llegar a este sitio, después de todo, nos tocó vivir demasiados años encerrados en este infierno.Me adentro en la sala y dejo el cuerpo inerte de Tobías sobre el sillón, ahora con mis manos desocupadas procuro colgar el rifle y cerrar la puerta con llave y seguro. Debo admitir que resistió mucho más de lo que esperaba. Al menos tiene más agallas que el cretino de su padre, ha de ser porque no tuvo la oportunidad de ser educado por él. Si este niño supiera la verdad, debería agradecer de rodillas por haber acabado con la vida de Sebastián. Tomo un poco de leña