Pistas

Júpiter se marchó aparentemente sin un solo resentimiento por abandonar a Rosario a su suerte dentro de la piscina con las esposas en sus muñecas hacia atrás, lo que complicaba aún más la situación de Rosario sin nadie que la apoyara podría ahogarse al intentar sobrevivir a esa situación.

La servidumbre observo a Júpiter marcharse de la residencia por la puerta principal y tras abordar uno de los autos del garaje sin preocupación alguna, sabiendo que esos autos podrían localizarlos, se llevó el deportivo que en su momento pertenecía a su padre, sin embargo, lo dejo abandonado en un estacionamiento de un centro comercial cercano a la mansión que pertenecía a lo Ríos en sus buenos tiempos.

Aunque en el camino y conduciendo el auto, Júpiter derramo una sola lagrima, misma que al momento que rodo por su mejilla, sus labios se abrieron para pronunciar. — ¿Cómo es que aún no te has dado cuenta que me importas? Eres una perra.

Ciertamente las palabras de Rosario causaron un fuerte impacto en
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