Estefanía WolskyAdoptar nunca había sido una tarea sencilla. Yo más que nadie sabía eso porque mi trabajo durante los últimos cinco años había sido clasificar las solicitudes de los padres que querían adoptar.Muchos de ellos eran rechazados por el sistema y muchos de ellos sabía que tenían material para ser padres porque aplicaban en todo. Pero el procedimiento era tan largo que muchos de ellos se rendían antes de si quiera poder lograr obtener un pequeño al que cuidar.Por eso fue claramente una grata sorpresa tener los documentos de adopción firmados en mis manos.Podía adoptar a tres hermosos niños en el orfanato incluyendo a Natalie y los dos gemelos que había estado conociendo últimamente.Eran unos niños adorables e increíbles. Los veía sonreírse el uno al otro todo el tiempo y tenían una armoniosa relación.No dejaban entrar a nadie y diferente a lo que creí, ellos tenían seis años.Había sido difícil conectarme con ellos, porque guardaban silencio cuando me veían y se encogí
Kadet KravecMi vida había cambiado demasiado durante los últimos meses. Ahora tenía una mujer hermosa con la que podría compartir cualquier cosa, tenía mi empresa en su mayor apogeo gracias a la publicidad mundial que ella me daba y me sentía plenamente feliz.Se suponía que llegaría más temprano, pero había querido ir a visitar a mamá.Ella al igual que Fany estaba llena de cicatrices, solo que las de ella se veían reflejadas en su rostro y por eso la mayor parte del tiempo se quedaba en casa, oculta al mundo y aislada.Pero no estaba triste, lo sabía porque le gustaba estar así, sola en medio del bosque mientras escribía libros que publicaba bajo un seudónimo y ocupaba sus tardes leyendo. Las enorme biblioteca que tenía era prueba de su amor por la lectura.Pero en cuanto le dije que había adoptado hijos y que pronto me casaría, ella simplemente hizo una maleta y dijo que se pasaría unos días conmigo.Nunca había estado tan feliz como en ese momento. Mi madre lo había sido todo par
Estefanía WolskySu mamá, era su mamá la que estaba aquí frente a mí, solo a unos pasos sonriéndole a mis hijos mientras parte de su rostro estaba cubierto por un velo negro.Era ella la que les daba besos a mis hijos mientras se agachaba dejando marcas de besos rojos alrededor de las caras de mi bebé.Su voz era suave, cálida y llena de una alegría que nunca había escuchado en una mujer tan sofisticada como ella.Ella desprendía clase, educación y todas esas cosas que las mujeres ricas poseían, pero lo hacia de una manera tan sutil que se notaba que no había sido aprendido, ella había nacido con la clase en sus venas y tuve que removerme en mi lugar al saber que la conocería.Sabía que pasaría, Kadet había sido sincero al decir que la vería en la boda porque a ella no le gustaba salir de enorme mansión rustica en el bosque. Solo tenía personal que iba y venía cuando se necesitaba y yo, sabiendo que necesitaba conectarme con la mujer antes de conocerla había comprado todos sus libros
Kadet Kravec.—Tu madre es encantadora —susurró Fany contra mi pecho mientras acariciaba sus mechones de cabello y ella paseaba sus delgados dedos sobre la piel de mi pecho marcando los tatuajes que decoraban mis músculos.—Sí, ella ha sufrido mucho pero aun así encuentra la forma de sonreír y salir adelante. Por eso es que te admiro tanto, te admiro igual que como la admiro a ella y a tu hermana.Suspiré suavemente y sus caricias se detuvieron momentáneamente antes de reanudarse.—Sé como sufren cuando tienen miedo. Lo vi en sus ojos mientras crecía. Y saber que ella cortó el ciclo y salió de ahí me hace admirarla muchísimo. Pero también ella pudo simplemente dejarme en el orfanato y tratar de arreglar los pedazos de su vida para ella sola o dejarse caer en la miseria. Pero en vez de eso, sanó, se curó y fue a por mí, Fany. Me sacó de dónde estaba y prometió que nunca dejaría que alguien nos separara y eso no lo hace cualquier madre.—Lo sé —dijo suavemente —soy el claro ejemplo de q
Estefania WolskyEl vestido que llevaba era muy, muy largo. Tenía una cola que se arrastraba por el suelo hasta llegar un metro detrás de mí y el velo era igual de largo arrastrándose por el lugar en el que caminaba.Mis manos sostenían un hermoso ramo de rosas blancas y mis uñas estaban pintadas de un suave tono nude con diamantes que las decoraban.A mis espaldas estaban mis hijos sosteniendo mi cola y frente a mí estaba Natalie lanzando flores para que caminara sobre ellas.Y junto a mí, sosteniendo mi brazo y llevándome al altar estaba el mismismo presidente de los estados unidos que había hecho espacio en su agenda para asistir a mi boca como el hombre que me entregaría en el altar.No tenía idea de quien lo haría y cuando el hombre entró en la habitación una vez estuve lista y me cuestionó si estaba lista para casarme, casi me puse a chillar de la emoción.Su esposa, la primera dama de los estados unidos estaba sentada junto a la madre de Kadet mientras miraban mi entrada con es
Kadet KravecLo único que quería hacer era tomar a Fany, arrojarla sobre mi hombro y salir de la dichosa fiesta de una vez por todas.Estaba jodidamente cansado de estar esperando a que la fiesta acabara para poder llevarme a mí mujer, a mí esposa a un lugar tranquilo donde pudiera levantar su vestido y follarla con esos bonitos tacones blancos que llevaba puesto.Pero me había dicho una y otra vez que me esperara por que mis casi mil invitados verían muy mal el que me fuera así como así de mi boda.Pero esas eran patrañas, todos los hombres entenderían que querría llevarme a Fanny a algún lugar donde podría follarla mientras hacía que me llamara su esposo.—¿Puedes quitar ese ceño fruncido? —cuestionó rodando los ojos.Era obvio que no podía.—No, lo que quiero es irme.—Dios, pero que irritante te vuelves, pareces un niño cuando le quitan el juguete.—Te quiero follar y no me dejas, es obvio que estoy irritado.—Cariño, podrás follarme toda la noche de las formas en las que quieras,
Estefanía WolskyHarmony House, el orfanato que adquirí por haber ganado el juego que había jugado con Kadet ahora era un sueño hecho realidad.Estaba de pie frente al lugar con las manos en los bolsillos de mi gabardina mientras mi estómago estaba redondo y ya grande.Las remodelaciones habían concluido y era hora de inaugurarlo, sin mencionar que este sería el día en el que lanzaría a los medio de comunicación que me elegiría para senadora de la ciudad en la que vivían.Tanto el presidente como Kadet tenían mucha fe en mí y aunque yo sabía que podía lograrlo si me lo proponía era inevitable no estar nerviosa.El lugar estaba vacío y desprovisto de niños, porque ellos llegarían en una semana después de haber pasado por la etapa de sanidad para ellos.Había vaciado dos de los tres orfanatos que quedaban en la ciudad y ellos también serían reconstruidos para habilitarlos y poder traer a niños de otras ciudades con orfanatos precarios.Con pasos nerviosos me moví por el lugar admirando
Kadet KravecFany descansaba sobre el sofá en dónde había estado leyendo un libro. Últimamente se cansaba mucho porque el bebé se llevaba todas sus energías. Ya tenía ocho meses cumplidos y aunque le decía que descansara, ella me decía que había mucho que aprender y hacer. Que claramente tenía que seguir moviendo su campaña y haciendo entrevistas, así como apariciones en eventos y en barrios bajos de la ciudad.Según las últimas encuestas ella se llevaba todas las de ganar. La gente la clamaba y la amaba con vehemencia. Por lo que sabía que estaría en una silla del senado más temprano que tarde.Con suavidad la tomé en brazos y la moví hasta llevarla hacia la cama.Una vez ahí le quité la ropa y la acomodé notando que ni por asomo se despertaba.Así me acerqué a la alarma y la puse dos horas mas tarde para que pudiera descansar más, luego me acosté a su lado y la abracé para quedarme dormido contra ella.***Me había levantado a las seis de la mañana y había bañado y vestido a los niñ