Hay mujeres de todas las edades en Wallast, pero todas tienen mucho en común. Una de ellas viene a beber después de un largo día de trabajo y te pregunta sobre tu vida amorosa. "¿Ya has pensado en alguien?" "¿O te gustan las chicas?" "Hay muchos chicos esperándote".
Te encoges de hombros. Al principio te molestó. No eres ajena al contacto humano, pero la dinámica era diferente en tu vida anterior, por lo que luego te adaptas al cambio. Tampoco les das una respuesta.Constantemente te hacen esas preguntas y te das cuenta de que siempre están hablando de los chicos que son "buenos" para ti.Nunca te ha importado la edad de las personas con las que te relacionas, en realidad no. En el REFUGIO SEGURO, eso nunca importó. Tuviste que crecer por dentro más rápido que por fuera, por lo que tu percepción de la edad no es exactamente la que esta comunidad considera correcta."Podríamos… no lo sé. Hacer un recorrido por los establos. Te ayudaría a acercarte a los caballos. ¿Qué te parece?" Te dice Carlos, el cuidador del establo, apoyado en la barra. Él te sonríe y trata de llamar tu atención.Estás muy ocupada limpiando un vaso de cristal."No te preocupes. Sé cómo acercarme a esas bestias", respondes y ni siquiera lo miras.Carlos insiste un poco más, antes de que Julia y otras mujeres lleguen al bar y se acerquen a ti. Obviamente, te vieron hablando con Carlos."¡Ese chico está loco por ti! Es tan lindo", comenta una morena dos años mayor que tú. Laura. Ella trabaja en el restaurante y te consigue pasteles de naranja."Eso dije el otro día", dice Julia con altivez.Resoplas y les sirves las bebidas."¿Carlos? Es sólo un niño."No te importa mucho el silencio general provocado por tu comentario desinteresado. Sin embargo, las chicas se miran entre sí y eso te incomoda un poco. Especialmente cuando todas voltean a mirarte al mismo tiempo."Cariño", susurra Julia con ese toque maternal que no te gusta en absoluto, te hace sentir diminuta, te hace sentir como una hija. Y tú no eres su hija. Ustedes apenas son amigas. "Ese chico tiene tu edad."Te quedas mirando a Julia por un minuto. Luego miras a Carlos, sentado en una mesa con sus amigos, bromeando. Te encoges de hombros."Sí, bueno. No me refiero a su edad".Deberías haber notado la cara de Julia. Te habrías preparado para la visita de Ingrid al día siguiente."¿Podemos hablar? No tomará mucho tiempo", te pregunta, después de que la dejas entrar a tu pequeña sala de estar.Agitas una mano y resoplas."Ya estás aquí, ¿no?"Ingrid te mira seriamente y no pierde el tiempo, claro."Necesito saber si fuiste víctima de abuso".Te quedas quieta. Ya te sentaste junto a ella en el sofá, así que inclinas la cabeza y procesas sus intenciones."¿Qué quieres decir, Ingrid?""Me pregunto si alguien...""Sé de lo que estás hablando. Lo que quiero saber es por qué viniste a preguntarme eso".Ingrid suspira."Christian me contó sobre tu pasado. Sabemos que eras huérfana en un REFUGIO SEGURO y creciste rodeada de gente muy mala. No quería involucrarme, pero Julia vino a verme anoche y me dijo que está un poco preocupada por tu... comportamiento."Seguro. Dejaste escapar una breve risa. Julia y su instinto maternal. Ella tiene que ponerte bajo su dedo."Mira, si Julia está preocupada por mi vida amorosa, creo que es hora de que empiece a pensar en la suya y no en la de los demás"."Ella simplemente piensa que no está bien que veas como niños a los chicos de tu edad”."Se lo dije", murmuras con escepticismo. "No estaba hablando de su edad"."Sigue siendo preocupante", afirma Ingrid con actitud de líder y de madre. Y es enloquecedor. "Eres joven, ¿sabes? El amor no puede ser un concepto extraño para una joven como tú".Te muerdes la lengua y miras a la pared de enfrente, dejando hablar a Ingrid."Sé que es muy peligroso ser una niña y crecer con hombres adultos"."Gente adulta", la corriges, levantando una ceja. "Nunca le dije a Christian que todos eran hombres. ¿De dónde sacas esa conclusión?"Ingrid frunce el ceño al darse cuenta de su error."Tienes razón. No debería haber asumido que lo eran." Ella se aclara la garganta. "Pero eso no elimina el peligro al que estuviste expuesta"."Si lo que quieres saber es si fui violada... No, Ingrid. Nadie me violó", cortas bruscamente mirándola.Ingrid se tensa y levanta la barbilla al ver que te estás poniendo a la defensiva.Estás cansada de esas miradas de compasión, de lástima, y no vas a tolerar que vengan a tratarte como a una ignorante. El hecho de que hayas tenido un pasado de m****a no les da derecho a decidir por ti."¿Sabes por qué, Ingrid? Te diré por qué. Primero, era demasiada flaca, rápida y sucia para ser carne fresca. Cuando fui lo suficientemente alta para parecer una adolescente, y el primer hijo de puta lo intentó, descubrí que sus penes no solo están hechos para lastimarte, sino que también sirven para lastimarlos a ellos.”Alzas las cejas, asegurándote de que Ingrid te esté oyendo.“Y cuando mis tetas crecieron, ya tenía una pistola y un cuchillo en mi cinturón, así que nadie se acercó a mí. ¿Lo ves, Ingrid? Soy una suertuda".Haces una pausa para respirar y te clavas las uñas en los muslos cubiertos de vaqueros. No temblarás. Ahora no. Necesitas demostrar tu punto.Ingrid se queda callada, pero crees que está avergonzada."Lo siento", te pide disculpas. "Sólo quiero asegurarme de que estás bien. Mi prioridad es cuidar de las personas que confían en nuestro sistema"."Y no quieres que arruine todo tu sistema".Ingrid levanta una mano.“No me malinterpretes”, dice, y no le crees, sabes que eso es exactamente lo que teme que hagas. "Entiendo tu situación y tus experiencias. Realmente lo entiendo. No he venido a juzgarte por nada. He venido a ayudarte".Quieres poner los ojos en blanco, pero hacerlo será contraproducente. La gente como Ingrid viene de un sistema social (sí, has recibido algo de educación básica). Los valores, las reglas que para ti no son nada, lo son todo para personas como Ingrid y sus seguidores."Puedes confiar en mí. Puedes decirme cualquier cosa".Bueno, estuviste un poco enamorada de su marido. Eso crees. No se lo dices."¿Entonces estás aquí para asegurarte de que no me meta con un tipo de cincuenta años?"Ingrid abre la boca, pero la cierra inmediatamente. Ja. La atrapaste."Esa es una forma poco elegante de decirlo"."¿Por qué vas a ser elegante? ¿Y de qué sirve adornar las palabras? Ya me he dado cuenta de lo que está pasando aquí. No soy una niña. Si te molesta que no me interesen otros jóvenes, simplemente dime."Ingrid asiente y suspira."Tienes razón. No eres una niña. Mi error... simplemente creo que esto es lo correcto para ti".Te acomodas en la silla, escuchándola. Ingrid continúa hablando, explicándote algo que choca con lo que has vivido."La mayoría de nosotros venimos de un mundo diferente. Un mundo que, lamentablemente, los jóvenes como tú no tuvieron la oportunidad de conocer. La sociedad que conocimos... Wallast está precisamente para eso. Para ellos, para ti".Ella te señala y sonríe esperanzada. De repente te sientes incómoda. Te sientes como una intrusa."Quiero que este lugar sea un verdadero hogar, con reglas y principios", dice Ingrid con voz firme. "Por eso hay que mantener las cosas como deben ser. Entiendo que las circunstancias han distorsionado tu manera de percibir las cosas, pero puedo ayudarte."¿Ayudarte a corregir tu gusto inadecuado por los hombres? Eso es lo que ella te ofrece, ¿verdad?Ingrid luego añade: "Quiero que todos hagan una vida, siempre y cuando sea una vida adecuada que..."No amenace su sistema. Sí. Tarareas. Has leído sus intenciones desde el principio. Ese es el objetivo de Ingrid. No vas a argumentar en contra de eso.De todos modos, nadie te interesa en esta comunidad. ¿Por qué vas a discutir con Ingrid por un hombre viejo que ni siquiera existe?"Ingrid, lo tengo, está bien". Te ríes de lo absurdo de la conversación. "Para tu tranquilidad, no estoy interesada en nadie. Puedes ir y revisar tu sistema. No te preocupes. No soy una amenaza para tu hogar".No soy un parásito en tu paraíso, es lo que piensas. Sin embargo, estás lo suficientemente agradecida como para guardar silencio y no desafiar las leyes de Ingrid. No es que tengas motivos para desafiarla.Entonces estás jodida.Cuando ves a ese hombre entrar al bar con Christian, te quedas helada y sabes muy bien que te vas a meter en problemas con Ingrid. "Hola, Cherry, ¿cómo te va?" Christian te saluda cuando los dos se acercan a la barra.Jamás tuviste un nombre, no hasta que llegaste a Wallast y decidiste llamarte como una cereza. Ahora que ves a este hombre frente a ti, no sabes si fue una buena idea o una tontería.“Me va bien,” susurras nerviosa.Christian le da una palmada en la espalda al hombre que está a su lado."Oye, ¿te acuerdas de mi hermano? Este es John".Estás completamente jodida.Él es grande. Dios, no estás exagerando, porque miras a los otros hombres en la barra y no hay ninguno que sea tan grande y ancho como este tipo. Y está de mal humor, se nota en su cara, cuando te frunce el ceño y literalmente solo gruñe a modo de saludo. "Sí." Christian se burla, rascándose la nuca. "Verás, cariño, mi hermano es todo un amor".John Walsh gruñe de nuevo y golpea la barra c
John Walsh es un verdadero asesino, es un superviviente de grandes manos y hombros anchos, y sigues soñando con estar llena de sus bebés.Has estado viendo a John, aquí y allá. Lo has visto lo suficiente como para calcular su edad (no preguntarás). Es mucho, mucho mayor que tú. Tiene cincuenta años, tal vez más.Jesús, tiene el doble de tu edad, tal vez más. Y en lugar de darte asco, te deja increíblemente apretada y empapada. ¿Cuál es tu maldito problema?Eso no es todo. No es un buen hombre. Es un hombre peligroso. John ha hecho cosas muy malas, ya has oído los rumores. Era un contrabandista. Y es lógico que haya matado para seguir con vida. La gente se llena de miedo cuando lo ve, y no es sólo por su mal genio y su presencia intimidante. Pero esas mismas personas no pueden dejar de mirarlo y susurrar que “está bastante bueno”. No eres mejor que ellos, por supuesto.Eres peor.Te volviste loca. Nunca lo has querido. Nunca. Lo que deseas ahora te tiene revolcándote en la cama, fru
Cuando ves a John montar y domar el mismo caballo que te derribó al suelo más de dos veces y te rompió el tobillo, casi se te salen los ojos de las órbitas. “¿Cómo diablos...?" escupes con resentimiento, pero cachonda al mismo tiempo, porque John está montando el caballo y sus grandes manos tienen a la bestia completamente bajo control con solo un movimiento y una orden. "Vaya, ese es un verdadero vaquero, niña".Te vuelves hacia Laura y ella hace un sonido de azote mientras sacude la mano. Tú quieres gritar. "Cállate. No es gran cosa", refunfuñas y te cruzas de brazos.Ojalá no fuera gran cosa. No puedes negar que la vista te ha dejado sin aliento, además de celosa y enojada. Llevas meses intentando montar ese caballo y John Walsh lo ha conseguido en menos de tres horas. "¡Así es, hombre! ¡Ya lo tienes! Sabía que no tendrías ningún problema con este amigo". Christian está cerca de John y observa felizmente a su hermano mayor. Te das cuenta de que John le responde a su hermano y
“Alguien finalmente hizo un milagro con este amigo”, comentas tan casualmente como puedes, pero tus celos son salvajes, como el resto de ti. Aunque es difícil definir de quién tienes celos. Christian empuja su hombro contra el tuyo. "Está bien, lo intentaste, cariño"."Mmm." Te cruzas de brazos y haces una mueca."Además, ni tú ni nadie consiguió domar a Rocky."Eso te sacude."¿Rocky?" preguntas confundida.Christian se rasca la nuca y se encoge de hombros. “Sí… ya tiene un nombre. ¿Cómo suena eso?""Suena ridículo."John le da unas palmaditas en el lomo al caballo y, después de un segundo, te sorprende con una larga respuesta verbal. Casi tiemblas cuando sus ojos marrones se fijan en ti."Si lo hubieras montado primero, niñita, podrías haber elegido el maldito nombre, ¿verdad?" murmura con voz ronca y es jodidamente condescendiente, pero tus muslos se vuelven gelatina cuando lo escuchas. Tienes miedo de respirar, porque ese vacío en tu útero arde. Tienes demasiado miedo para salta
Cuando entras a la casa de Julia, con un vestido muy corto, los ojos oscuros de John te atrapan y le sonríes dulcemente. John niega con la cabeza y te da la espalda, hablando con Christian. No importa. Tienes su atención. Eso es una victoria para ti. Al principio dudaste de tu elección de ropa. La falda del vestido llega hasta la mitad del muslo y se eleva peligrosamente cada vez que te mueves. Pero es blanco, resalta tus curvas y crees que luces un poco inocente, aunque seas todo lo contrario. “Si Ingrid descubre lo que intentas hacer…” Es lo primero que te dice Laura cuando te ve tan arreglada."Ingrid ni lo sospecha".Tocas tu barriga plana, vacía sin un bebé dentro, y tu corazón se acelera. Tienes razón en algo. Ingrid ni siquiera sospecha lo que estás buscando. ¿Cómo se supone que va a creer que una chica como tú quiere quedar embarazada de John Walsh? Laura tampoco detecta tus intenciones. Después de todo, nunca quisiste ser la novia de nadie y ahora vas a ser la madre del beb
¡Ni siquiera te diste cuenta cuándo llegó! Es silencioso y es muy grande. ¿Cómo diablos lo hace? "Oh, sí. Sé que me extrañas, viejo". Sabrina ni siquiera se sorprende por la llegada silenciosa de John. Entonces sabes que él es así por naturaleza. Silencioso. "Mira, Cherry es increíble. Vive en una casa rodante y le gustan las cosas viejas . Creo que tú le gustarás mucho".Oh, Sabrina no tiene idea.John te mira y tú, medio borracha y frustrada, pones los ojos en blanco."Tu papá quisiera ser algo que me gustara", dices con resentimiento.Sabrina levanta las cejas. "Eso significa que ya lo conoces. Clásico. Seguro que sabe cómo hacer amigos. ¿Verdad, John?"Quieres seguir el chiste de Sabrina, pero John está serio y te está mirando. Tragas y frunces el ceño."Qué bueno que hayas venido, viejo. ¿Acompañas a Cherry un rato? Tengo que orinar. Este ponche me va a reventar la vejiga", le dice Sabrina a su padre. John chasquea la lengua y le arrebata el vaso de plástico a Sabrina."Se acab
La gente se queda susurrando dentro de la casa. No puedes responder porque John cierra la puerta detrás de ti y te empuja hacia la calle oscura y solitaria. Hace frío, es lo primero que notas. Tu vestido es demasiado corto, por lo que no te protege de la brisa nocturna. "¿Qué te pasa? ¡Te dije que me soltaras!" Ahora estás peleando con él, agitada, enojada y muy, muy celosa.Puedes ver la ira saliendo de John en oleadas cuando se acerca a ti. Se quita la chaqueta de cuero marrón y casi te muestra los dientes cuando te responde. "No lo hago por ti. Lo hago por Sabrina". Casi te caes cuando él se pone delante de ti, pero extiende la chaqueta detrás de ti y rápidamente metes los brazos en las enormes mangas, obedeciendo sus instrucciones. "A ella le gustas, así que hazme un favor, cierra la boca y deja de buscar problemas". Frunces el ceño y te pones la chaqueta. Huele a él. Tu nariz capta el aroma masculino y te llena de placer. Es una mezcla de pólvora, cuero y jabón. Te gusta mucho
Te tocas tu vientre plano y sonríes mirándote en el espejo de tu pequeña habitación en la casa rodante. Llevas la chaqueta de John. Sólo su chaqueta... y tu cuerpo desnudo está en llamas. Volviste a soñar con él y tuviste que masturbarte dos veces antes de levantarte de la cama y desayunar. Te duchaste y cuando te ibas a vestir, viste su chaqueta sobre una silla. No pudiste resistir la tentación. Dejaste caer la toalla y seguiste tu deseo salvaje. Ya no tiene su calor, pero tiene su olor, y quieres envolverte en él por el resto de tu vida. Pólvora. Cuero. Él.Tus muslos tiemblan. Te estás empapando otra vez. El hambre vuelve y tus manos se aprietan contra tu vientre vacío.La vista te emociona. Te ves diminuto con su ropa (casi te traga entera) y él es muy grande. Crees que su tamaño debería ser proporcional. Miras la revista vieja que está en la mesa de al lado y tarareas. El artículo sobre embarazo, ovulación y ciclos de fertilidad te hace un guiño desde la página. Has leído sobr