Carol esa noche estaba lista para hablar con su hijo, Tomás le había avisado que le gustaría sentarse con ella un rato para platicar algunas cosas con ella, se sintió contenta de que después de tantos años su hijo de su propia voluntad le pidiera sentarse un rato con él. Desde que había muerto el esposo de ella, Tomás no había tenido tiempo para hablar con nadie, todo lo que hacía era dar órdenes y había que obedecer, el precio que habían tenido que pagar todos por la ruina de las empresas había sido alto.La había llamado esa tarde, ella desde que Sara era independiente estaba siempre reuniéndose con sus amigas y muy poco estaba en casa, así se aislaba de los problemas, todavía le costaba un poco ver a su nieta convertida en toda una mujer. A pesar de que de niña era algo tímida, ni había sido fácil para ella, hacer amigos, se desenvolvió con mucha seguridad en el campo de los negocios, dominando sus emociones por encima de sus conveniencias. — Hola mamá, ¿cómo estás?— dijo To
Renzo llegó a medianoche a casa, estaba pensando en Sara, ¿qué pasaría si ella supiera de dónde venía ahora? De seguro ni le importara, se habían distanciado tanto a causa de los prejuicios. Haber estado con Amanda había sido un escape, sonrió al recordar al que le había pedido ser amantes, estaba cansado de fingir que no le importaba Sara, quería que ella fuera como antes con él, era tan fría y calculadora ahora. En unas semanas sería su esposa, un acuerdo de negocios, cuando se moría de amor por ella, y se acostaba con otra, ¿que locura era ésta en la se había convertido su vida? Se sintió algo incómodo por haber empezado una relación con Amanda, tenía a su novia, nuevamente, agotada por el cansancio y la vida sexual de ambos cada día más fría, Amanda estaba dispuesta a llenar esa parte que a él Sara no le estaba dando.Se sintió satisfecho, calmando con este razonamiento, su sensación de culpa se fue, sonrió al recordar el ardor del cuerpo de Amanda, al día siguiente la vería n
El fin de semana para Tomás y Julie también fue agotador, cada uno disfrutó del otro por razones diferentes.Ella desborda su amor y Pasión en el cuerpo de su amado, y él su rabia por amarla en vez de odiarla con su cuerpo.Tomás recordaba la conversación que tuvo con su madre acerca de su madre. —«Tu padre era un obseso con el trabajo, siempre quiso manejar mucho dinero, así que cuando pudo emprender el negocio de su vida, lo veía muy poco, siempre me sentí sola viviendo al lado de él, solo era una máquina para el trabajo, porque en la vida familiar todo me lo dejó a mi para resolver»— «Nunca te revelaste, un reclamo para ser atendida— preguntó Tomás a su madre»—«¿Para qué?— dijo ella— si alzaba mi voz se iba por días con sus amantes, así que me quedaba tranquila, ya no lo amaba hijo, solo era su esposa, así qué lo dejé tranquilo en sus deseos de ser millonario, lo logró, pero le duró poco, era muy botarata»— «¿Despilfarrador?— preguntó Tomás extrañado— ¿por qué dices eso? »— «
Sara salió un día muy temprano a sus clases en la universidad, después al salir ella se dirigió hasta su auto, cuando escuchó que uno de su compañero de grupo la llamaba. — Sara disculpa, necesito un favor— dijo el muchacho. — ¿Qué sucede Richard?— preguntó SaraLe explicó que tenía un problema con una materia y si ella podía darle asesoramiento para mejorar sus notas.—No hay problema, —dijo Sara—dime cuando y allí estaré.—¿Puedes ahora?—preguntó Richard— te invito a almorzar y allí organizamos el horario.Ella dudó un momento, pero después se decidió y dijo:—¡Vamos pues!Salieron hacia un restaurante cercano y una vez allí se sentaron a planear cuando era mejor reunirse para estudiar, después de almorzar, ella le explicó algunos puntos de la materia, pero quedaron en que iría hasta la casa de él, para mejor asesoramiento. Una vez a la semana estaría explicándole por dos horas, a él le pareció suficiente y conveniente, así empezó la rutina para Sara y Richard, terminaban en
Renzo se despidió de inmediato de Amanda y ella se quedó mirando y preguntó:—¿A dónde vas?—¡Necesito hablar con mi Sara, Amanda!— dijo Renzo— ella es el amor de mi vida. — Entiendo cariño, ve con ella, debe estar viviendo un infierno —dijo Amanda comprensiva.Él salió de allí dispuesto a conquistar nuevamente a su novia, al llegar a la casa de ella preguntó por Sara, la empleada dijo que estaba dormida. — ¡Vaya y vea por favor!— dijo Renzo a la empleada doméstica. — No señor, me dio instrucciones específicas contra usted, no desea que la moleste si venía y preguntaba por ella— dijo la mujer. — ¡Oh por Dios!—exclamó Renzo.Se sintió desesperado, había decepcionado a su novia, se sentía miserable, necesitaba que todo ésta pesadilla pasara pronto, Sara nunca debió ver cómo disfrutaba de su romance a escondidas, él la amaba a ella, a su Sara, Amanda solo era una maldita distracción. No podía perder al amor de su vida, de ésta manera, ella tenía que escuchar lo que él tenía que d
— La verdad no creo que pueda descansar, mi mente es un caos— dijo Renzo. — Lo primero que debes hacer es calmarte y ordenar tus emociones— dijo Julie— ya dia te el primer paso, ir y explicar, ahora asume a Sara como un negocio. —¡Que horrible se oye eso! — dijo Renzo. — Se que no es tan fácil— dijo ella— así que como para tí es un proceso triste aceptarlo, también para mi es triste mver a Tomás cómo un proceso de negocios, cuando lo amo al igual que tú a Sara. — ¡Si Sara no me perdona, me volveré loco!— exclamó Renzo muy afectado. —¡Estás bastante alterado!—dijo Julie— respira profundo y controlate.— ¡Tengo tanto miedo de perderla Julie!—dijo él. — No vas a perderla, te lo prometo— dijo ella solidariaAl otro día, Sara estaba encerrada en su habitación, no salía para nada, llevaba varios días sin hablar con nadie más, solo su padre y su abuela, entraban y le invitaban a consumir los alimentos que probaba muy poco.Carol le decía que debía comer, que necesitaba volver a re
Julie necesitaba aclarar esto para Tomás, por eso hizo la cita con este hombre y así de una vez culminar o cerrar éste capítulo, esa tarde llamó a Tomás y le pidió que la acompañara a visitar a alguien. Llegaron a la casa del hombre, una empleada les atendió y preguntaron por él y la mujer los condujo hasta un gran salón donde él los esperaba. —Buenas tardes Julie— saludó— es un placer recibirte en casa junto a tú amigo. — Hola John, él es mi prometido Tomás Williams— dijo Julie al hombre. Tomás Williams se acercó y extendió sus manos estrechando la del tal Jonh. — ¿Cómo está?— dijo. — Entonces, es usted él que recuperó las empresas Williams— dijo el hombre. — Ese soy— dijo Tomás. — Conocí a su padre— dijo el hombre— gran amigo, pero muy mujeriego y jugador. — ¿Usted lo conoció personalmente?— preguntó Tomás— hábleme de él como empresario, ¿por qué se arruinó? — Tomás, tú papá alcanzó la cima del éxito con su negocio él y Davies era una llave perfecta de hacer dinero, pero
— ¿Por qué deseas quedarte acá? — dijo Renzo lleno de emoción.— Quiero que me hagas el amor Renzo— dijo ella. —¿Por qué?—preguntó Renzo — ¿Qué deseas demostrar?— Qué soy tan mujer como Amanda—dijo Sara con amargura.— ¿Crees que eso está bien ?—preguntó él. — ¿No te gustó Renzo?— preguntó ella. — ¡Mucho, pero no deseo que te compares con nadie— dijo él—¡Oh no!— dijo ella — solo deseo demostrar que también tengo atributos para hacerte feliz. — No te preocupes, sé que los tienes—dijo Renzo— ¿Deseas seguir con ese plan? — ¡Si Renzo, amame por favor!— dijo Sara. Él no se hizo de rogar, la atrajo hacia sí y la besó con pasión, ella se dejó llevar, amaba a éste hombre con pasión, ser su mujer era el placer más exquisito que podía sentir, tenerlo para ella en ese momento era tan gratificante para su autoestima. Cuando se decidió a ir a la casa de Renzo, tenía temor de que no estuviera allí, o estuviera Amanda con él, pero recordó que él le dijo que había terminado con esa mujeres,