En la mansión Mulder
Nicolás observa con nostalgia cada rincón de ese hermoso lugar que lo vio nacer y dar sus primeros pasos, ahora quedaría atrás ¿En qué momento se quedó dormido, que aún no puede despertar? ¿Por qué sus amigos ahora no le contestaban el teléfono, qué había pasado con esa fama de ídolo juvenil que tenía, por qué ahora nadie se atrevía a sujetar su mano? Tenía tantas preguntas rondando su cabeza, estaba solo, completamente solo, el dinero solo había comprado compañías temporales, lo respetaban y amaban cuando estaba bañado en oro, ahora que era un simple chico mortal, no era nadie.
Y la noticia pública sobre las cláusulas le cerraba las puertas a ese mundo perfecto que tanto adoraba. Sus redes sociales tenían miles de mensajes de odio,Después de almorzar en el restaurante de siempre,Thiagolleva a Elena a la playa. Y mientras ellos caminan por la arena con los pies descalzos disfrutando del sol sin el temor de que alguien los observara. Nicolássufríasu horrendo presente.— ¿Te llamó Nicolás? —preguntaThiago.— ¿Por qué me lo preguntas? Siya sabes cuál es la respuesta.— ¿Y tu padre que piensa de todo esto?—Sigue con sus proyectos, este traspié no altera sus planes ambiciosos, lo sabes.— ¿Y los tuyos?—Mis planes son los mismos. —Se pone frente a él —No creas que tus tentativos labios pueden ponerle fin a lo que ambiciono. —Sus ojos brillan mientras sus delicados dedos, se posan en sus labios para acariciarlos. Luego baja por su barbilla hasta su to
En la pensiónNicolás saca cuentas para comprar lo que necesitaba. Tiene dinero suficiente para pasar un mes con su estilo de vida, pero no le alcanzaría para pagar el alquiler y comprar todo lo que necesita ¿dónde vender sus pertenencias a un precio justo? Sus amigos ricos no contestaron sus llamadas y los que lo hicieron simplemente le dieron la espalda con la frase de “Lo siento Nico, pero no podrías pagarme el préstamo”—Intentaré algo o dormiré en el piso sucio por muchos días— se dice buscando entre sus pertenencias valiosas.Todos tienen elevadísimos precios y nadie de ese lugar podría darle lo que pide. Hasta que llegó a esa peculiar cajita roja, el regalo que le daría a Helena por su cumpleaños en un par de meses. Era un hermoso collar
En el supermercado, Mario y sus amigos tratan de que Adela olvide el incidente con Felipe. Haciendo ese paseo algo inolvidable; entraron al cine a ver su película favorita y a pesar de que sé todo fue perfecto y ella sonreía, sus ojos mostraban mucha tristeza. No había que rendirse y el más atento para lograr ese cometido fue Mario que en unas horas se convirtió en el mejor de todos los príncipes de cuentos. Más, para Adela solo era su “Gran amigo”— ¿No puedo creer que aún no se haya dado cuenta de que la amo? —se desahoga con sus amigos, mientras la dulce Adela está recorriendo los pasillos de ropa.—Díselo de una vez entonces y déjate de comportarte tan extraño frente a todos, el resto nos damos cuenta de que te mueres por ella, pero también notamos el muro que te pone en frente para que no cruces a p
Las horas avanzaban y algunos no podían dormir. Ha sido undíaagitado para todos, Adela sufriendo deinsomniopor lo de Felipe y la presión de Mario en un romance.Thiagopor lascircunstanciascon que se han dado las soluciones a losproblemasempresariales y Nicolás; por el dolor de no volver a ver a sus padres y el tener que aprender a sobrellevar una vida tan difícil como esa.Ver a su alrededor le aterra ¿Qué haría mañana al despertar? ¿Quién le garantizaba que no moriría en alguna esquina, en manos de algún delincuente o bajo las garras de algún sujeto vengativo como Mario?Entonces llora, deja salir todo el dolor que tiene atrapado en su corazón desde que llegó a ese lugar. Se encontraba solo, sin amigos, sin familia, ¿Quién era? Solo un perdedor que ahora debe cubrir su cara por sus ex
Una semana despuésPara Nicolás no es nada fácil aceptar esa nueva vida, subir cada escalón de aquella casa maloliente es aterrador, un año en medio de esa miseria sería imposible de soportar. Cuando echó un vistazo a su nuevo hogar por primera vez, poco y grita de dolor, más tuvo que buscar muy en su interior el valor para caminar y mantener la calma. Todos le han dado la espalda, incluso su abuelo, el único pariente que creyó lo apoyaría y jamás lo dejaría solo.Ahora en medio de esa soledad entendía que siempre fue comoThiagolo pintaba. Un viejo avaro insensible, que solo le importaba mantener el apellido y su vida social intacta. No le importó humillarlo frente a todos los socios de la empresa, no le importó mandar su ubicación a la prensa para que sigan sus pasos, para hacer que se esconda como un bicho.Jamás
Días después El abuelo Eugenio ha esperado algunos días la llamada de su nieto y en soledadhatratado de lidiar con sus demonios. La presión deThiagoy sus malos socios están poniéndolo tras las cuerdas, al igual que la de Geraldine por la inconformidad de cómo está manejando la situación. Todoestácomplicándose y está a punto de volverse loco. Llama al licenciado Mendoza para que se encargue de algunos a asuntos, que puedan ayudar a equilibrar la balanza. —¡No entiendo que les pasa a esos periodistas, son unos ineptos! —golpea el escritorio. —Les doy todo en las manos y parecen hacer un circo.—Es lo que suelen hacer por Ranking, señor —habla el licenciado Mendoza, bebiendowhisky.—Espero que sea solo eso. ¡La presión está matándome! —Enciende un puro. —¿Qué sabes de los detectives que envié para revisar el caso?—Aún no se han comunicado, señor. Pero ya están analizando las
Cuando Nicolás despierta por la mañana, la alegría embarga su corazón, deja la cama y se dirige al baño sonriendo, como si hubiese ganado el premio mayordela lotería. La puerta estaba cerrada y el ruido del lavamanos indicaba que alguna de las chicas estaba aseándose.Espero junto a la puerta con sus útiles de aseo en la mano hasta que esta se abre y ve aparecer a Adela con una toalla envuelta en la cabeza. Se miran sonrientes unos segundos y se saludan. —Nos vemos en la noche. —le recuerda Nicolás al entrar al baño. Ella solo le sonríe y medio que se sonroja. ¡Ay! Que linda se veía con esos hoyitos en sus mejillas coloradas. Se siente tan feliz que hasta se anima a tararear bajo el chorro de agua fría, sin imaginar que tras la puerta unos ojos curiosos lo observan mordiéndose los labios.¿Quién era? Nada menos que la atrevida Claudia, que no se movió de la puerta hasta que Adela la arrastrara hasta la cocina. —¿Q
No es raro el que los socios deThiagoahora hayan puesto la mira enNicolás, pues si él desaparece, el hijo ilegítimo heredaría todo conforme a la ley. Para su cometido, le dieron una sencilla tarea al hermanito mayor. “Vigilar al menor de losMulderpor unas semanas y ver los lugares adecuados para un pequeño atentado”—No te preocupes, será solo un susto pequeñito, no queremos que tu corazón de algodón de azúcar se derrita. —Se burló uno de sus socios, muerto de risa.—No quiero que la policía empiece a sospechar. —se excusaThiago.—¡Tranquilo! Ellugar es más que perfecto para atacar sin levantar sospechas. Tú sabes que cuando una familia cae en desgracia, pueden pasar muchas cosas inesperadas producto del mismo destino. ¿O te tiembla la mano para terminar con