Capítulo 11

En la pensión

Nicolás saca cuentas para comprar lo que necesitaba. Tiene dinero suficiente para pasar un mes con su estilo de vida, pero no le alcanzaría para pagar el alquiler y comprar todo lo que necesita ¿dónde vender sus pertenencias a un precio justo? Sus amigos ricos no contestaron sus llamadas y los que lo hicieron simplemente le dieron la espalda con la frase de “Lo siento Nico, pero no podrías pagarme el préstamo”

—Intentaré algo o dormiré en el piso sucio por muchos días— se dice buscando entre sus pertenencias valiosas.

Todos tienen elevadísimos precios y nadie de ese lugar podría darle lo que pide. Hasta que llegó a esa peculiar cajita roja, el regalo que le daría a Helena por su cumpleaños en un par de meses. Era un hermoso collar
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