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Capitulo 4 Decisiones

-Te entiendo bien querida, cuando murió la abuela sentí eso mismo-Sheila le miró con sentimiento algo nostálgico, -la ceremonia en la iglesia estuvo hermosa, tu madre era querida por todos nosotros, la extrañaremos-

-Si fue muy lindo todo-

-Vi a la familia Olson, ¿Viste a Jake esta mañana? - pregunto Sheila.

-Si, estuvo aquí- No sabía que había regresado. Pensé que continuaba en Estados Unidos,

 -Tú y el tienen años de no verse- así que sería una sorpresa para ti-

-Bueno si bien es cierto que hace tres años lo vi, en el baile anual de las cosechas, luego una que otra vez que solía venir a ver a sus padres, aunque cruzamos palabras en ciertas ocasiones, tomamos un día café juntos, hace meses no le veía- Angelina abrió la caja, agradeció el gesto hermoso de Sheila-

-Nos vemos a menudo-dijo Sheila- Ya sabes, somos inseparables, desde la escuela, jajaja, buenos tiempos-

-Si, sé que es como un hermano para ti-

Angelina y Sheila habían tomado lugar en la cocina mientras tomaban un café, Angelina tomo el cuchillo y con cuidado partió dos buenas piezas de aquella torta.

- ¿Deseas otra taza de café para este delicioso pastel?

-Ni se pregunta- dijo Sheila – vi también que Jake se quedó prendado mirándote-dijo Sheila mientras tomaba su porción de torta, Angelina sirvió otras dos tazas más, colocando el pastel que quedaba en la nevera para mantenerlo.

-Bien querida, me evades - se quedó mirándole fijamente. ¿Sabías que le gustas a Jake? ok, sé que no es el día, pero me fijé algo en mi nato no tengo la culpa cariño -fue inevitable-

-No creo- tiene su compromiso- además nunca hemos cruzado mayor palabra, nos vemos de tanto en tanto, y sobre ese tema, jamás me ha dicho nada -alucinas de verdad -nunca le creería que le gusto, ¿Por qué diría eso ahora? ¿Cuál sería la razón? Él y yo somos dos mundos diferentes, su familia es una de las más prominentes de este lugar- sonrió. Eso separa las personas, bueno en realidad, no debería ser, pero así es querida -miró a Sheila desafiante.

-Jake es sencillo- asintió Sheila-No creo que eso le parezca algo importante, apellidos y esas tonterías- Deberías de dar el paso-. Además, esta para arrancar suspiros- Yo porque estoy en brazos del amor-dijo Sheila, riendo divertidamente.

-Oh, Sheila, sabes lo que me haría su familia, sencillamente me despedazarían-

-Linda muy dramático ese punto, sabemos que no falta la víbora al acecho, pero sería una bella historia de amor, serian una pareja hermosa - bien cariño –tengo que irme solo quería saber cómo te sentías, ahora ya comiste postre, ahora ve a cama, como niña buena que eres, eso sí un baño en la tina de tu casa, un té, o porque no una copa de vino, ve duerme y descansa, mañana te llamaré para saber cómo sigues, tomando su bolso Sheila le dijo que tenía mucho trabajo esperándola en casa, Así que se iba tranquila, estaba bien y eso era lo más importante. Hablaron de la ausencia de Alicia la maestra de danza y arte, lo que sabía Angelina era que había ido a visitar a sus padres, aunque quizás ya supiese del fallecimiento de su madre.

Angelina y Sheila se despidieron, ni modo ella también tenía mucho que hacer esos días, el auto se alejó por la carretera hasta perderlo de vista, cerró la puerta colocando los seguros apagando todas las luces, se dispuso a dormir, aunque el sueño esa noche se ausentaría por largos minutos que se harían horas, pero al final el cansancio la venció, había determinado que retomaría todo al día siguiente, volvería al trabajo con todas sus labores,

Así pasó toda la semana colocando al día la tienda, despachando pedidos, trabajando hasta altas horas de la noche elaborando nuevos postres, galletas, tartas, panes, pasó la semana tan veloz que no reparó el paso de los días y otra semana se sumó rápidamente. Dolores viajó a sus merecidas vacaciones, aunque le llamaba siempre, de tanto en tanto le enviaba algún paquete.

Aunque Sheila la llamaba en las noches, habían pasado varias semanas desde la despedida de las dos amigas, aquella charla sobre Jake se había quedado prendada, vaya, vaya, quien lo diría, había estado pasando por su tienda, a veces solo, a veces con sus hija y Natalia. Los días pasaban veloces, todo iba tornando a la normalidad. Una tarde Sheila le dijo que estaría fuera por unos días, para unos reportajes, pero estaría pendiente, ella y Horacio le estarían llamando. Angelina le deseo lo mejor, y le recordó traerle fotos de cosas nuevas en la capital, en esos días pasaba largas horas en los cafetales, la tienda, los establos y algunas visitas a la casita de Carmena, ella le hacía tortillas y allí distraía su mente. Más de una ocasión se encontró frente a frente a Jake, ¿la seguía o era simple coincidencia?

En casa de la familia Olson Natalia hermana menor de Jake y William tocaba el piano, sus padres la escuchaban maravillados, estaba terminando sus estudios, pero la música era su pasión,

-Querido estos días han pasado tan rápido que aún no olvido que hace semanas, estuvimos despidiendo a nuestra querida Ruth-

-Así es mi amor-

- ¿Quién será ahora nuestro medico? - Es una verdadera tristeza que Angelina no estudió medicina. Es una profesión muy importante-.

-Querida ya miraremos eso más adelante-.

-Es una lástima que Angelina no tomara la misma profesión de su madre.

-Bueno ella eligió lo que le gusta mujer, además que ha demostrado tener conocimiento sobre tierras, cultivos, cosechas y esas faenas de campo le apasionan verdaderamente –En fin, Eloísa, es lo que le gusta-.

-Si, lo sé bien, aunque hubiese sido muy bueno para ella tener una profesión como esa, su madre tuvo una carrera brillante-.

-Querida ven aquí- dijo besándola- se me apetece ese vino para irnos a descansar-.

-Debemos preparar todo para la fiesta de las cosechas, esta fiesta es una de mis favoritas- así que mañana le encargaré los postres y por supuesto la torta-.

-Estoy seguro de que serás la mejor anfitriona-. Y la más bella, sin duda alguna-.

-Te amo querido mío-. Le beso- tomándose de las manos avanzaron por la amplia escalera que conducía a su dormitorio.

-Donde estará Jake? - Quiero saber que ha pensado de mi propuesta de unirse a la empresa totalmente, quiero que tome las riendas de todo.

-Sabes que ama profundamente los viñedos, el acabará asumiendo las empresas, estoy segura querido, se ha estado preparando todos estos años, Jake conoce mejor que nadie el manejo de todo será tu sucesor y lo hará magníficamente, no solo en cuestión de la empresa, manejará todo muy bien, es un excelente experto en Comercio Internacional- y administrador de empresas, aparte se tomó muy en serio eso de la publicidad, nada más mira el lanzamiento de la nueva producción-

-Lo se querida, sé que él tiene la madera para este cargo-.

-Mañana hablaras con el-. Ahora me debes un estupendo masaje y muchos besos-.

-Todos tuyos-.

Entrando en la habitación cerraron la puerta tras de sí. Porque los besos acaparaban todo, un vino, masaje y dejar volar la imaginación.

Míster Olson como le llamaban todos en la región era un hombre alto, acuerpado, elegante, cabellos negros, algunos pequeños visos de unas cañas tímidas que medio se dejaban ver, tenía cincuenta y cinco años, la misma edad que su esposa, se había conocido muy jóvenes, a los dieciocho había tomado la mano de Eloísa en matrimonio. De esta unión nacieron William, Jake, y Natalia la menor de sus hijos, durante los primeros años habían estado construyendo la hacienda, fortaleciendo su empresa, tenían una firma propia de Joyas, Robert Olson era un diseñador de hermosas piezas, en la ciudad poseían una joyería, Natalia su hija menor estudiaba Orfebrería, y se encontraba a punto de graduarse en Administración Y Finanzas, ella estaba al frente de las joyerías, tenían dos puntos en la ciudad, un punto más en Texas, Jake había tomado el control de las empresas, William había estudiado Abogacía, aunque servía al ministerio pastoral, tenía una librería, era su pasión, le había respetado, al final de cuentas, no le gustaba el tema de los viñedos, solo tomarse una copa en familia, elaboraban vinos, comercializando a nivel nacional, Casablanca, era conocida en muchas regiones.

Jake había heredado el arte del vino de sus abuelos. Su abuelo había sido uno de los pioneros en el inicio del viñedo en Santa Bárbara, habían llegado muy lejos, todo lo que sabía se lo debía a sus abuelos, y esa pasión por el cultivo, solían pasar noches enteras escuchándoles sobre la historia de su amor, era encantadora, su padre si bien había estado al frente con muy buenos resultados para la compañía, lo suyo era las joyas, había pasado años perfeccionándose, y así abrió la primera joyería Olson, con el paso del tiempo se fue fortaleciendo, era un lugar lleno de belleza, habían hecho joyas exclusivas para artistas de talla internacional, y eso le llevo a seguir firme, Natalia había diseñado algunas piezas, fue un éxito, ahora se había dedicado a las joyerías junto a su padre. Su madre le gustaba la decoración, solía hacer varias cosas para las tiendas, de hecho, varias piezas de la casa habían sido restauradas por ella.

Era una familia muy influyente en la zona, Robert y Eloísa se habían casado jóvenes, ya contaban con treinta y siete años de casados y pensaban festejarlo pronto, en una velada familiar, junto a los amigos más íntimos, se amaban, no había duda de eso. Y estarían así muchos años más. Esa noche tomaron un vino en el balcón de su habitación, escuchando sus canciones de antaño, aquellas que tanto los acercaron forjando lazos fuertes entre ellos, ahora estaban en un ambiente romántico, Eloísa, fue hacia la sala de baño, dejando a Robert intrigado, cuando salió, la hermosa bata roja, deslumbró los ojos de su marido, el la abrazó con ternura le susurró que la amaba, siempre la amaría, ella le beso, él tomó los tirantes de su bata, deslizándoselos quedo con su bata suelta, desató la cinta de su cintura, la beso apasionadamente, las luces bajas ayudaron, estaban en el lecho, entregándose amor, dándose uno al otro, era siempre placentero, Eloísa, dio un giro quedando de espaldas a él, sus manos la acariciaban, sus gemidos eran susurrantes, luego rodaron en las sabanas, era una noche hermosa, era su noche de amor, los latidos del corazón eran acelerados, como también sus cuerpos se amoldaban a el ritmo galopante de frenesí. Después de algunas horas, Eloísa pasaba sus manos sobre la cabeza de su esposo, el sonrío, ella siempre seria su gran amor, se quedó pensativo.

-Amor, algo ronda tu cabeza- lo sé-

-Si, quisiera que nuestros hijos fueran felices- en especial Jake, creo que es bueno para el tener su familia-

-Cariño- creo que pronto anunciará que se casará con Claudia, - será hermoso que conforme también su hogar, no creo que debemos preocuparnos por eso-

-Pues me gustaría que se casara por amor- no solo por llevarnos la cuerda- si eso le hace infeliz, entonces creo que deberá elegir a una compañera que le ame de verdad- porque…

-Claudia le ama- de lo contrario ya se hubiera marchado. ¿no crees?

-No quiero presionarlo, a que tome decisiones solo para hacernos felices a nosotros- no sería justo, pienso-

-Si en eso tienes toda la razón- creo que sería bueno que hables con él, pero sin que eso le genere sentirse obligado a tomar decisiones rápidas- Eloísa suspiró.

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