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Capitulo 5 Miradas

-Lo hare corazón- ven aquí, y lléname de esos besos dulces, me vuelven loco, Eloísa, te amo profundamente-

Eloísa se soltó su camisón, su piel era suave, delicada, sus besos le dejaban sin fuerzas, era tan maravilloso que después de tantos años juntos, el amor crecía más, su pasión también, por eso siempre que podían se daban esos tiempos a solas, para amarse, darse, acariciarse era fascinante, la tomó en sus brazos, la envolvió en caricias que le elevaban al cielo, ella le besaba con amor infinito, sus cuerpos se fundieron, se hacían uno, al par de horas, se quedaron dormidos, abrazados, de tanto en tanto, un beso, un toque en sus pieles, y se daban amor, se prodigaban todo el cariño.

La noche transcurrió en una suave música de fondo, al cabo de unas horas bajaron a la cocina, por algo para picar, trataban de no hacer ruido alguno, a no ser por una cucharilla que rodó, soltaron una pequeña carcajada, ella sigilosamente, tomó la bandeja con dos porciones de postre y Robert le siguió con dos tazas de café, en ese momento Natalia les cruzo en las escaleras, ellos reían y jugaban, sus padres eran un par de personajes.

-Que par de pilluelos vosotros, pero me encanta verlos tan felices, ha de ser que están de luna de miel-

-Tu madre y yo siempre estamos de luna de miel-

-Oh sí, siempre, -buenas noches, Natalia- trata de no hacer mucho ruido-

-De acuerdo- os prometo que no lo haré-

-Natalia, creo que ese acento se te quedará-

-Pues madre la verdad me sienta de maravillas-

-Jajaja-hija pues entonces ni modo, seguirás con él. Subieron a su habitación, y puertas cerradas, disfrutaron su postre. Un día nuevo los esperaba, con buenas noticias.

El día nuevo llegó, todo el día Jake estuvo tan atareado, en sus miles de cosas, Claudia lo había invitado a un café con la niña, mientras tomaban su café, pensó en Angelina, le había visto pocas veces, la verdad parecía que lo evitaba o esa era la sensación que le daba, en fin no quería parecer preocupado por tal cosa, Sheila le había dicho que tenía que tomar las cosas en serio, si de verdad quería algo con ella, le gustaba, ella también parecía que lo hacía adrede ignorarlo, lo había dejado en varias ocasiones hablando solo, solía pasar por la tienda de ella, le gustaba verla, eso le animaba, le hacía sentirse ligero, le hacía elevarse del suelo, se sentía cruzando las nubes sobre toda la extensión de su propia vida, el buscaba amor, pero ¿Angelina que buscaba?, ¿lo mismo que el?, una pura esencia, un amor que lo hiciera soñar con su libertad, dejó de pensar tanto, jugó con el helado de su hija, terminando su café, las llevo al centro comercial, comprarían unas telas para el vestido de Estefany, la fiesta de las cosechas se venía a pasos agigantados, así que todo el mundo hablaba del mismo tema, fue a su oficina, dejó varias cosas listas, tenía una junta con todo el personal al siguiente día su padre le había comunicado que se reunirían todos, anunciaría algo muy importante, sonaron las campanas dando las seis de la tarde, se iría a casa, tenía cosas pendientes , dejo el auto para irse en su moto, hace días la  había traído con la intención de irse por la carretera en solitario, ver el paisaje le daba una nueva sensación, el trayecto a casa fue algo que disfrutó, el paisaje era hermoso, tomando otra ruta de entrada a su casa, por un camino que lo desviaba evitó pasar por la casona, así le decían y era conocida la casa de los Olson,  nadie sabría a ciencia cierta la hora de llegada. En especial Claudia que siempre trataba de saber todo, era un fastidio a veces abrumador, pero no permitiría que eso le robara su paz. La paz era algo demasiado vital.

En su habitación  Jake revisaba los últimos reportes de las sucursales, el administrador le había enviado toda la información detallada que ahora revisaba minuciosamente, quedó satisfecho, las tiendas de Casablanca Olson habían ido creciendo de forma equilibrada, había diseñado unos nuevos armarios para la nueva tienda del norte, tenían tres tiendas grandes de vinos y licores, tenía un café en la terraza de la tienda, se podía de igual forma comer algo de paso, le gustó en gran manera los nuevos armarios y la decoración se veía exquisita, Jake era un hombre detallista, su gran error, a veces le molestaban las hipocresías, las mentiras, la paciencia aunque era algo notorio en él, era perfeccionista, eso le causaba auto exigirse en demasía, también era cierto que tenía carácter, no le gustaban algunas cosas, y por ende no las aceptaba, sus profundos ojos verdes, miraron al horizonte, le gustaba broncearse a menudo, hacia deporte todos los días, media metro setenta y siete, piernas torneadas, torso amplio, era sexy, elegante, solía pasar horas en su sala de entrenamiento, le gustaban los deportes extremos que junto a Horacio su amigo, practicaban.

De tanto en tanto dejaba unos días de afeitarse. lo que le hacía lucir mucho más atractivo, su hermana era el vivo retrato de su madre, blanca, cabellos rubios ondulados, ojos grises, esbelta, alta, refinada, pero una chica sencilla, William era muy parecido al abuelo, alto, cabellos negros, ojos azules, y dada las faenas del campo que le gustaban tenía un torso fuerte. Eloísa presumía de sus hijos, William era noble, leal, y le gustaba el trabajo comunitario, por eso había decidido seguir su vocación, se había ordenado ministro, luego se había casado con Aymeth una linda joven, nacida en estados unidos en el estado de Wisconsin, pero habían llegado a Santa Barbara, cuando ella estaba de diez años.

No tenían hijos aún. Aymeth era maestra en uno de los colegios más prestigiosos de la ciudad, era vanidosa, se decía que influía mucho en William, aun así, era muy estimada en la familia. Lo único que molestaba a Aymeth era el no poder lograr que Jake tomara algunas decisiones, como ejemplo casarse con la madre de su hija, Claudia Fuentes, hija de unos ingenieros que vivían en Veracruz, habían tenido un largo noviazgo de años. Los celos y la inseguridad de ella acabaron con la relación, quedó embarazada de su primera hija Estefany, por eso Jake habló con sus padres, quienes estuvieron encantados que ella se trasladara a la casa, porque así podrían tener su nieta cerca, al inicio vivieron en la casa de Jake, la construyo al fondo de la casa de sus padres, para tener su espacio, pero la relación no andaba bien, Jake solía ir y venir, por sus estudios, y también para estar cerca de su hija, pero con el tiempo la relación se acabó, aunque Eloísa le dijo a Claudia que podía mudarse a casa con ellos, ella aceptó pensando en las comodidades que tenía, la vida que Jake le prodigaba era realmente cómoda, Claudia era una corredora inmobiliaria, Jake era responsable en todo lo relacionado a ella y la niña, la verdad le encantaba la vida que tenía, además que era muy querida por los padres de Jake.  En unas vacaciones familiares se habían dado el espacio, con la intención de volver, fue cuando a las semanas se supo que estaba de nuevo encinta. Fue una noticia para Jake que le puso feliz, podía ser un niño.

Las cosas a veces se colocaban tensas, pero Jake tenía la firme disposición de que funcionaran, Claudia no controlaba sus celos, sus inseguridades, esos cambios de humor de un momento a otro, su madre le decía que era posiblemente el embarazo.

Un día después de una discusión, Claudia había tomado el auto, él había ido a una reunión de negocios, aunque aún no asumía la presidencia total de las empresas, siempre estaba en todas las negociaciones. Estaba culminando su carrera, por eso iba y venía, Ella le había seguido al lugar donde estaban, era un almuerzo de negocios con una empresaria amiga de su padre, una mujer muy acaudalada, estaban charlando amenamente. Ella entró al lugar y le envió un recado con el mesero, que no la volvería a ver a ella, ni su hija y mucho menos él bebe, se iría lejos, Jake se disculpó para salir a frenarla, le preocupaba su estado.

Los celos la invadieron cegándola, tomando el auto en ruta a casa había perdido el control del volante en una curva, el auto salió a un costado chocando con un árbol, milagrosamente ella solo había sufrido leves rasguños, gracias a las bolsas de seguridad del auto, aunque había perdido él bebe de cuatro meses,  para Jake fue muy triste, William lo había hecho sentir tan mal que aunque había pasado un año, se sentía por instantes culpable, esperó varios meses que ella se repusiera, quería decirle que estaría apoyándola, pero era mejor que cada uno tomara su vida, ella podía estar con alguien que la amara de verdad, así como el rehacer su vida, siempre estaría apoyándola en todo, velaría de su hija siempre, Claudia había quedado muy afectada, motivo por el cual, se dieron otra oportunidad asistiendo a terapia de pareja varios meses. Pero no había sido suficiente para salvar la relación, ya venía con muchas cosas,  el más importante motivo, no había amor de parte de Jake, se lo dijo, era mejor, ella lloro desconsoladamente, pero sus padres le dijeron que podía vivir en casa, a lo que Claudia accedió, además le gustaba el tipo de vida que se daba, no lo negaba, aparte que Aymeth siempre le decía que en algún momento, Jake sentaría cabeza, quien mejor que ella para ser su compañera, esposa, y amante, era la madre de su hija, eso nadie lo podría cambiar, solo tenía que ser paciente, y esperar.  Claudia se relajó, tenía el apoyo de la familia, además ella tenía algo a favor, una hija con él, eso siempre los uniría.

por lo que decidió callar, tratar de sobrellevar las cosas, había estado a su lado, siempre apoyándolo, pero jamás volvieron a estar juntos, Jake evitaba a toda costa algún indicio de algo más.

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