En ese momento, oyó la voz de Juan desde fuera, pues Bella salió del baño. Juan explicó con cierta vergüenza: —No has salido del baño por tanto tiempo, me preocupaba que te hayas perdido, pues he venido a echar un vistazo.Bella respondió naturalmente: —Acabo de atender una llamada, que me ha entretenido un poco, vamos.El área donde se tomaba fotos no se situaba en el lugar de barbacoa, por eso Bella no se encontró con Daniel y Sara.En ese momento KK y los demás estaban haciendo una barbacoa, a su lado algunas personas estaban comiendo bocadillos y bebiendo cerveza, y otras personas estaban tocando la guitarra acompañada de la música. El ambiente era relajado e informal.—Señorita, ¿quieres tomar cerveza? —Preguntó Juan.—No, tendré que conducir. —Bella negó con la cabeza.Además, la experiencia de borrachera de anoche no fue muy agradable, entonces no debería beber demasiado. Juan le ofreció a Bella un vaso de zumo fresco y cogió uno para él mismo. Luego los dos se sentaron en el cé
El hombre acabó de bajarse del coche, vestido con un traje formal, muy imponente. Contaba con una elevada estatura y las piernas largas. Su rostro anguloso parecía cada vez más frío bajo la luz. Resultó que era Pedro. Le seguía Miguel, que también se vestía de traje. Los dos caminaban hacia el restaurante.A lo mejor percibió la mirada de Bella, Pedro también le dirigió la mirada. Miguel también la vio, así que la saludó inclinando un poco la cabeza.Bella sospechaba que deberían venir aquí para participar en una cena. Ella también saludó a Miguel con una sonrisa, pero no quería hacer caso a Pedro, entonces siguió avanzando con unos cuantos jóvenes.—¡Vaya! Viene hacia mí. ¿Acaso quiere hablar conmigo? —Dijo la mujer a su lado nerviosa y excitadamente a su acompañante.Bella echó un vistazo, efectivamente Pedro estaba caminando hacia ellos y rápidamente se detuvo frente a ella.—¿Bebes otra vez? —Preguntó Pedro, con rostro inexpresivo.—¿Eso tiene que ver contigo? —Bella le respondió h
Al ver que Juan, siempre de buen humor, ahora estaba realmente enfadado, sus amigos se apresuraron a callarse....En el coche, Bella dio la espalda a Pedro, sin querer comunicarse con él. Pedro tampoco abrió la boca, pero tenía mala cara, como si estuviera intentando aguantar algo. Probablemente, estaba esperando a que ella le explicara por qué había comido con Juan y sus amigos.Sin mencionar su inminente divorcio, ni siquiera una pareja normal podía interferir en que ella hiciera amigos, así que Bella no creía que tuviera que darle explicaciones. Poco después, el coche llegó a la Villa Dragón.Sin esperar a Pedro, Bella bajó del coche y entró en la casa.Fiona parecía aliviada al verla y le dijo: —Señora, por fin ha vuelto, ni siquiera sabe lo fea que tenía la cara el señor cuando salió, no me atrevía a hablar.Bella notó lo más importante y preguntó: —¿Ha vuelto?—Sí, a las seis ... Sr. Romero.Antes de que Fiona terminara de hablar, entró Pedro, pues ella se apresuró a saludarle.
Cada vez que Anna sufría un accidente, ella era la primera persona de la que él sospechaba.—Pedro, vamos a divorciarnos, inmediatamente. —Bella gritó sin creer que pudiera soportar este tonto ni por un secundo más. Pues le maldijo: —Está junto con tu Anna, para siempre estáis juntos sin separaros, evitando causar a los demás estragos.Pedro se sintió picado por las palabras de Bella, se levantó y le dijo con un rostro sombrío y hosco: —¡Bella, piensas que puedes amenazarme con el divorcio, por eso lo mencionas una y otra vez!—¿Entonces puedes someterte a mi amenaza? —Bella lo cuestionó duramente.—¡Ridículo! —Pedro dijo con indiferencia.— ¡Firmaré el acuerdo de divorcio mañana! Si poco después quieres casarte con otro hombre, ¡te acompañaré hasta el final!Tras decir esto, Pedro tiró los documentos al suelo, dio un feroz portazo y se marchó mientras que Bella se quedó un rato atontada, pero luego se tumbó en la gran cama muy relajada, porque por fin Pedro aceptó el divorcio debido a
—¿Por qué no dices? ¿Acaso pensando en que Pedro estaba preocupado por otra mujer anoche, te pones triste otra vez?Al ver a Bella pensando con las cejas fruncidas, Elena se burló de ella.Bella le dio a Elena una mirada en blanco y preguntó: —¿Crees que en un hotel de cinco estrellas se puede tener lugar este tipo de incidente de seguridad sin ninguna razón?—Lógicamente, no debería tener lugar, —dijo Elena—, ¿acaso pones duda en la lesión de Anna?Era inevitable que hubiera algo sospechoso, pero Pedro ya debería haber averiguado la causa, pero no había encontrado nada, es decir, Anna hizo esta cosa a la perfección. Si ella se ofrecía a averiguar, tampoco podía conseguir ninguna pista. Y aunque lograra investigar la verdad, Pedro pensaría que tenía malas intenciones, e incluso crearía que como Bella no pudiera dejarlo, no podía dejar este asunto pasar.De todos modos, fue Anna quien estaba herida y sentía dolor, siempre y cuando Bella ignoraba las opiniones de Pedro, esta estrategia d
—Tus ojos son una lupa, ¿verdad? Esta persona sólo muestra una pequeña parte de cara, aun así, ¿lo has descubierto? —Bella se burló de Elena.—Se destaca tanto su guapura, especialmente los ojos con los que te mira, todavía están brillando. —Elena respondió.—¿Qué están brillando? No digas tonterías.Bella amplió la foto y la revisó de nuevo, en la cual Juan estaba sentado a su lado, aunque sólo se veía una pequeña parte su cara, imposiblemente se podía ignorar su rostro apuesto, así como los ojos que posaron en ella, claros, dulces y sonrientes.—¿Has comido tales mariscos suntuosos y vinos en la segunda foto con este hombre en la foto? —Preguntó Elena.—No es él, son ellos, son cinco o seis chicos. —Bella corrigió y continuó—, y has visto a ese chico antes, al que ayudé a comprar un traje en el centro comercial cuando fuimos de compras la última vez, se llama Juan.—¿De verdad es él? Realmente estáis destinados el uno para el otro. —Elena volvió a preguntar—, la persona de la que Ped
—Sí, el señor se levantó temprano para ir a la oficina.Al oírlo, Bella inmediatamente hizo una llamada a Pedro. Pensaba que no contestaría, pero sólo después de que sonó unas veces el tono de llamada, oyó su fría voz.—¿Qué pasa?Bella se dirigió a un lugar apartado a espalda de Fiona y le preguntó en voz baja: —¿Has firmado el acuerdo de divorcio? ¿Podremos conseguir el certificado de divorcio por la mañana?Pedro aún respondió con un tono indiferente: —Tengo que abordar algunos asuntos, no estoy libre.—Si no tienes tiempo para obtener el certificado, ¿acaso ni siquiera tienes tiempo para firmar el acuerdo? —Bella le interrogó ansiosamente y continuó hablando—, ¿dónde estás ahora? Voy a por ti.Inesperadamente, Pedro respondió a este pregunta: —Oficina del Grupo Romero.Tras decir eso, él colgó mientras que Bella se acercó a la mesa del comedor, donde Fiona ya no estaba allá, entonces Bella opinaba que no debería haber oído sus palabras. Aunque Fiona no fue quien le contó el divorci
Antes de que Pedro abriera la boca, su tía preguntó con curiosidad: —Bella, ¿qué quieres que firme Pedro?Bella casualmente encontró una excusa: —Compré una póliza de seguro para su coche, y necesito que la firme él mismo.—¿De verdad? —Obviamente Patricia estaba un poco desconcertada, —¿por qué compras el seguro de coche ahora? ¿Antes no lo compraste?—Sólo hemos añadido un seguro de accidente, la última vez cuando condujimos, sufrimos un accidente de tráfico. Como nos faltaba de un tipo de seguro, la compañía de seguros no nos pagó la indemnización total, entonces esta vez agregamos este seguro.Bella lo dijo sin alterarse. Viéndolo Patricia preguntó Pedro con cariño: —Pedro, ¿es así?Bella no esperaba que su tía incluso intentara confirmar este asunto con Pedro. Al recordar las palabras de Elena, miró a Pedro nerviosamente.Con sus ojos negros, Pedro la miró con indiferencia, pero no la desenmascaró y respondió a Patricia: —Exactamente.Escuchando su respuesta, Bella suspiró de aliv