—Exigo hablar con mi hermana ya—la voz de Violet tronó por toda la mansión.Probablemente rompería la cámara de seguridad de la puerta de no recibir respuesta.No había nadie excepto Ian y yo.Ni siquiera esperé a que Ian dijera algo después de todo seguía dormido ajeno a todo.Me até como pude el albornoz que usaba para dormir escondiendo mis cicatrices y bajé las escaleras corriendo prácticamente.No me lo podía creer estaba aquí.Ella me mira con horror.Mierda.Debería haberme cubierto el moratón del rostro.—¿Addie?—susurra como si no pudiera creerse lo que sus ojos veían. Bajo la cabeza dolida y humillada. Las lagrimas se hacen conmigo. Ella corre a abrazarme.—Había venido a cantarte las cuarenta pero ya veo que debo callarme la boca…—hace una pausa controlando sus propias lagrimas—¿Ha sido él verdad?—añade.Mi silencio es suficiente respuesta.Ella no pierde el tiempo y me toma de la mano.—A la mierda—susurra arrastrándome como si fuera pequeña hacia la puerta.Yo ni siquier
—Antes de entrar a casa tendrás que maquillarte eso…—habló finalmente mi hermana. Durante mucho tiempo y en muchos sitios me habían advertido sobre estas situaciones, donde la mujer era maltratada. Siempre fui de las que las miraba por encima del hombro, siempre pensé que eran estúpidas por no hacer nada, hasta que he descubierto que yo era una de ellas.Odiaba sentirme indefensa.Odiaba sentirme desamparada.Ver la pena en los ojos de mi hermana me hizo sentirme terriblemente humillada.—¿A qué habías venido a casa?—pregunto después de asentir con cara de circunstancias.—A decirte que a mi no me puedes comprar, que el tonto de mi marido haya aceptado ese tipo de trato no implica que yo lo vaya a hacer.Sonreí pero poco después la sonrisa se torció y tuve ganas de llorar, ella me estrechó en sus brazos intentando aliviar mi dolor.—Lo siento tanto pequeña—susurra.—Ha sido la primera vez—respondo yo dejando rienda suelta a mis lagrimas, pronto los mocos aparecen mientras Violet en l
—Mi pequeña Adelaida—susurró mamá rodeando mi rostro con sus manos.Ante ese gesto me permito el lujo de derrumbarme como una niña pequeña sin poder remediarlo.Quería volver a ser una niña en sus brazos.Nos miramos a los ojos sabiendo perfectamente que eso no sucedería.Ella sonríe a pesar de las lagrimas, yo la imito, mi sonrisa es manchada por el sabor salado de mi pena.—Mi niña—suelta ella sin dejarme marchar.—Mamá, no quiero volver con Ian—confieso.Ella me abraza con más fuerza que antes, poco después me acaricia el pelo, yo empiezo a sollozar cada vez con más fuerza.No había nada.Exactamente nada ni nadie que se sintiera como un hogar para mi excepto la casa donde fui criada.Entre estas paredes desgastadas había vivido mis mejores experiencias, había crecido, me había enamorado, me había roto el corazón, había caminado y aprendido a caer…Lo que siempre fue una familia que a pesar de todo me sostuvo.Violet nos mira emocionada.—Ese hijo de puta—suelta entre dientes.Yo l
Sabía que no iba a estar precisamente contento conmigo, probablemente se haría el dificíl pero que mi madre me hubiera perdonado ya era un avance. Debía disculparme, se suponía que debía hacerlo. ¿Dónde está él?Miro en todos lados.Mamá dice que él no ha pegado ojo, que duerme con mi viejo peluche de niña. Que está deseando venir.Cojo la carta y empiezo a leerla.Querida hija,dios sabe que me he desvivido por ti y por mi familia, no lo digo como reproche sino como una señal de orgullo. Nunca bajo ningún concepto deseo que tu no sigas mis pasos en este sentido, mi legado tal vez no son grandes empresas… Tal vez por eso terminaste como terminaste, pero si los valores y lo sabes bien. Te escribo esto para que recapacites, vuelvas a casa. Dejes todos esos miserables y seas nuestra Adelaida. Saldremos de esta como siempre lo hacemos. El dinero va y viene pero la familia permanece, no te preocupes por mi nieto o nieta soy capaz de trabajar y traerles el pan para llevarse a la boca. Nadi
Los próximos sucesos pasaron demasiado rápido como para poder digerirlos.Observé con resignación como se celebraba su funeral, algo que pensé que algún día sería el día más jodido de mi vida se había vuelto sin lugar de dudas aún peor incluso, el peor de los infiernos.Miré a mi alrededor a la gente toda vestida de negro. Ellos estaban de duelo por la pérdida de su prójimo, nada que ver con la pérdida de un padre. La única persona que no me abandonó se había ido. Me sentía vacía. Las palabras de su carta suenan en mi mente sin que pueda remediarlo se clavan en lo más profundo de mi alma y mi mente no duda en trasladarme lejos.(***)—No, no, papá—supliqué de nuevo al ver como intentaban llevarselo lejos de casa, corrí hacia ellos, empujé a los paramedicos y abracé su cadaver con fuerza, mi pijama se mancha de sangre pero me sentía verdaderamente desesperada.—No te atrevas a abandonarme, Chase Walsh—le amanecé sin soltarlo.Los paramedicos pronto me apartan de él.—Papá, por favor,
—Ian…—la sorpresa no se puede desligar de mi voz.Él me sonríe.—He venido a acompañar a mi esposa en un suceso tan traumático como la muerte de mi suegro—declara.Lo miro de mala manera empujándolo lejos.Él me toma a la fuerza.—No hagas escenas pequeña zorra—declara con todo amenazador.—¿O si no qué?—lo enfrento de mala manera.Él suelta una carcajada fingida para luego mirarme con seriedad.—Sino te aseguro que puedes ir preparando el ataúd para tu madre, por cierto, cuanto te costará la deuda de la casa, o el funeral, o mantener a tu madre y a tu hermana, dado que ahora que está separada todo eso…Todo eso correra a tu cuenta Adelaida—sonríe sin ganas. Lo miro con los ojos llorosos, aprieto la mandíbula asqueada.De un manotazo me alejo de él.—Volveré a casa contigo si te haces cargo de todo—suelto finalmente.El cabrón tenía razón. Suficientes disgustos tenía mi madre como para quitarle su casa y su salud. Por otro lado estaba mi hermana, tenía tres hijos. No puedo cargar con
El tiempo pasa mucho más lento cuando te pasas encerrada en una habitación. Cuesta muchísimo verse al espejo y no reconocerse en el desastre actual en el que me había convertido. El pequeño bache que había mencionado Ian, se habían convertido en muchos más baches. En un jodido aspiral de caos y destrucción.Me peino mi pelo en un intento de sentirme un poco menos asfixiada.Los días pasan y la única interacción que tengo con el mundo exterior es por teléfono cuando hablo con mamá o Violet y cuando tengo visita con la ginecóloga. Definitivamente el Ian que yo algún día llegué a conocer estaba muchísimo más que muerto, este nuevo Ian es competitivo, cruel y jodidamente violento. De día luce como el marido más gentil y educado, futuro padre de familia. De noche es la peor de las bestias. Hoy había anunciado que habíamos sido invitados a una fiesta y sin que esperara siquiera mi opinión se fue. Siempre tiene mejores cosas que hacer que escucharme. Decidí arreglarme y salir, lo único
DAMIÁNTodavía estamos en esta estúpida fiesta y no creo que nos vayamos.En cualquier momento pronto. Puedo ver que Clare también se está aburriendo. Ella es la divertida, pero en realidad nunca ha estado en fiestas ni le han gustado. Simplemente no es lo suyo. Especialmente las fiestas ruidosas están llenas de extraños como este. Alguien o algo debe haberla forzado a venir. No me malinterpreten, esto es uno de esos momentos de vez en cuando en los que puedo pasar tiempo con ella y siempre sale mejor de lo esperado.—¿Por qué no podemos simplemente irnos a casa, donde estamos solo nosotros dos y nadie más?—pregunta ronroneando. Me parece increíble que el embarazo siga avanzando y su barriga no sea ya visible.Ella supongo que no satisfecha con mi respuesta, siguió dando vueltas durante toda la fiesta, como algo o alguien la estuviera molestando. El miedo estaba escrito en todo su rostro. Entonces vi a la esposa de mi socio, Adelaida Walsh observarnos de lejos. No podía creerme que