—¿Por qué piensas que es normal que yo sea virgen?

Lance frunció el ceño y suspiró pesadamente.

—No me refería a eso, Angela. Me refiero a tu carácter. Eres fuerte y decidida, y tienes un cierto aire de inaccesibilidad que es difícil de ignorar. Supongo que muchos hombres pueden haberse sentido intimidados por eso.

Me enojé al escuchar sus palabras. ¿Cómo podía pensar que yo era inaccesible? Después de todo, estaba en una habitación de hotel con él, habiendo tenido relaciones sexuales.

—No puedo creer que pienses eso de mí —dije con voz ronca—. Solo porque soy independiente y sé lo que quiero, no significa que sea inaccesible.

Lance pareció darse cuenta de que había dicho algo que me había encendido, molestado completamente.

A lo que con una sonrisa prosigue.

—¿Qué pasa? ¿Te ha molestado?—pregunta él con burla—Tu reacción es suficiente indicio de que cuando me dejes follarte, estaré haciendote un favor—suelta con malicia.

Lo miro con los ojos como platos, poco después mis mejillas ar