—Lo siento, cariño— Él juntó mis manos en sus ojos leo la tristeza, se perfectamente que no podría encontrar consuelo alguno en nadie excepto en él.Que no hay brazos que abriguen como los suyos.Ni besos que me puedan saber de bien como los que sus labios son capaces de hacer.Se que estoy condenada y le condeno a él a vivir conmigo en mi tortura pero es lo que nos ha tocado vivir.Todo lo que necesitaba era el suave tacto de sus manos sobre mi piel, que me tocara tanto y a la vez tan poco se había convertido en una de mis obsesiones favoritas.Y probablemente nunca me canse de ello pero lo que tengo claro es que mientras eso no suceda seguiré intentando recordar todo lo que Addie y él habían tenido.Porque en el fondo ella soy yo, a la que debo recordar es a mi misma aunque hayan episodios que quisiera borrar, debo recordarlos si quiero recuperarme.&nbs
—Lo que no me acuerdo es de lo que ¿Entonces, qué hicimos? ¿Intercambiamos números? ¿Organizar una cita?— Pregunté, moviendo las cejas con diversión intentando camuflar que no recordara nada y que a pesar de ello tuviera un mal sabor de boca. No podía simplemente lidiar con ello.Necesitaba encontrar mis respuestas a pesar de todo.Necesitaba saber que un día de estos estos sería suficiente y que sería un vago recuerdo. Uno que no pesara. Uno que simplemente fuera parte del proceso.En verdad no recordaba ni la mitad de los sucesos pero ahí estaba. Intentando recordarlo porque por la mirada que me hizo supe que había algo oscuro en esos recuerdos a pesar de todo. Como si una parte de mi quisiera revivirlos pero otra tuviera miedo porque tal vez después de todo no fueran tan positivos. Lo supe tan pronto como su cara cayó y se frotó la parte posterior de su cuello, que no me iba a gustar su próxima respuesta.—No exactamente. Solo prométeme que no me odiarás—Asentí, nervioso por esc
Mi estómago dio vueltas, se agitó y se retorció mientras salía del auto.Addie estaba a punto de volver a casa y mudarse oficialmente con nosotros después del accidente. Busqué a tientas las llaves, tratando de encontrar la llave de la puerta principal mientras ella sacaba a Angela del auto. Observé la escena justo frente a mis ojos, sonriendo mientras se me hinchó el corazón de alegría frente a la situación. Era tan hermosa la imagen y era mía…ambos eran mías. Por fin volvería a respirar un poco de calma porque después de todo mientras mis ojos puedan verla, es mucho más que suficiente.Mis piernas tomaron un rumbo diferente, balanceándose hacia Addie en lugar de hacia la puerta. Me miró confundida, a punto de abrir la boca, cuando le di un tierno beso en los labios.—Realmente necesitaba hacer eso—se quejó al mismo tiempo su rostro dejó ir un poco de alivio, perdiéndose el malestar en toda su belleza tan característica.Angela grito de protesta, quería entrar porque hacía mucho frí
Más tarde ese día, Angela y yo nos quedamos dormidos en el sofá mientras Addie se ponía a cocinar algo que olía extrañamente bien. La verdad es que me había rendido a mi propio cansancio. No podía aguantar más torturar mi propio cuerpo.Me desperté con el silencio y la casa sintiéndose bastante fría, y no había señal de Addie en ninguna parte.Mis ojos se desviaron hacia la canasta de Moisés de la pequeña Angela, posada junto a donde yo estaba durmiendo, y noté que todavía estaba profundamente dormida. Salieron pequeños ronquidos de ella y sonreí ante lo afortunado que me sentía.Addie nunca roncó, debió haber aprendido eso de mí.Subí las escaleras, preocupado cuando todavía encuentro un silencio asfixiante, mi corazón empezó a latir con fuerza a medida que pasaban los segundos, no podía con la simple idea.¿Adónde podría haber ido? Revisé su dormitorio, pero estaba vacío. Luego revisé el dormitorio de repuesto y el cuarto de los niños, pero también estaban vacíos y oscuros. Era com
Me alejé, desesperado por ver la emoción en su rostro, vi cómo sus pestañas se abrieron y sus mejillas se tornaron del más puro carmesí.Este era mi lugar favorito.Este era mi momento más deseado y lo estaba viviendo junto a la mujer de mis sueños.La razón por la que mis latidos siguen a flote.La deseo.La quiero.Voy a enloquecer si no consigo saciar mi sed de ella. Encendiendo cada parte de mi en el acto, era jodidamente adictiva como la peor de las drogas. No había forma humana de que pudiera marcharme o parar.La verdad es que no podía creerme que me hubiera dejado avanzar. La amaba con todo mi ser y esto no era más que un regalo a ese amor. Desde luego ninguna mujer me había hecho sentir tanto y probablemente nunca ninguna me haga sentir de la misma manera. Es lo que tiene haber encontrado el amor.Me había estado controlando tanto para nada, para acabar seducido por su invitación. Pero para que mentir…Completamente agradecido con ella y su misericordia, su gesto se había g
Reconozco que uno de mis miedos claros era el no volver a estar con ella de ninguna de las maneras en las que un hombre podía estar con su mujer. Más que nada porque ella estaría tan dañada, tan mal, que lo último que pasaría por su mente o por la mía es estar en los brazos del otro por más que este fuera el remedio claro a cualquiera de nuestros males.Descubrir que tenía pérdida de memoria me rompió, porque pensé que no lo haríamos funcionar, que nunca volveríamos a tener esa conexión por desgracia era la opción más probable y más racional. Me había pasado muchas noches vagando de un lado a otro de mi cama deseando que todo esto tuviera fin de la mejor manera, incluso me habría gustado alternar papeles y sufrir menos por la inconsciencia producida por el problema.No me habría esperado esto, ver esta imagen y saber que en el fondo todavía sentía algo y que simplemente no podía recordar partes, fue mucho mejor que no quererme en absoluto… Aún había esperanza y lo mejor de todo es que
—¿Bebe que pasó? ¿Estás bien?Mierda.Qué había pasado ya…Las lágrimas comenzaron a caer por sus mejillas, así que me senté erguido. Le acuné la cara con dulzura buscando respuestas. ¿Qué había pasado? ¿Qué estaba mal?—Addie, ¿qué pasa? Por favor, dime—solté desesperado—Addie, ¿qué pasa? Por favor, dímelo—volví a repetir, aterrorizado por dentro por su respuesta.—No debimos haber hecho eso—soltó ella con horror. ¿Por qué no lo paré?Dios… —Oh, Dios mío—Gritó ella con dolor.Luego intentó apartarme de ella. No la dejaría hacer esto, de ninguna manera.—Bebé, no. Está bien, mira, soy yo. Solo soy Damián , te amo—ella no dijo nada de vuelta, más lágrimas comenzaron a caer y ella continuó empujándome lejos. Tenía que dejarla ir o simplemente empeoraría las cosas para ella.Había causado ya suficiente daño como para alargar la tortura de ella y mi propia tortura.Sentí un hueco en mi pecho que se fue agrandando a medida que pasaban los segundos, luego los segundos se convirtieron e
Subí las escaleras en dirección a su habitación con el corazón en las manos, la verdad es que la angustia que sentía cuando se trataba de ella era inexplicable.Nada cambiaba. Otro día más, uno menos, todos eran bastante iguales, todos tenían la misma escencia de desesperación, de miseria, de estatismo, mi condición se iba a estancar asi por los siglos. No habría cambio para mi.No habría noticias frescas.Estaba condenado.Desde su partida…Solo espero que algún día pueda volver a nosotros.Fui un jodido cobarde y probablemente no tenga perdón de Dios por lo que sucedió debí de haber sido mucho más cuidadoso, mucho más respetuoso con su condición, ahora gracias a ese pequeño desliz, ya no la tengo a mi lado.No la voy a tener en un buen tiempo hasta que las cosas se cambien, se calmen, y vayan un poco más a mejor.No sabría decir en que momento las cosas se han torcido tanto, lo único que se es que esto era mi presente, a pesar de todo, por más doloroso que pudiera ser, esta es mi