Mi estómago dio vueltas, se agitó y se retorció mientras salía del auto.Addie estaba a punto de volver a casa y mudarse oficialmente con nosotros después del accidente. Busqué a tientas las llaves, tratando de encontrar la llave de la puerta principal mientras ella sacaba a Angela del auto. Observé la escena justo frente a mis ojos, sonriendo mientras se me hinchó el corazón de alegría frente a la situación. Era tan hermosa la imagen y era mía…ambos eran mías. Por fin volvería a respirar un poco de calma porque después de todo mientras mis ojos puedan verla, es mucho más que suficiente.Mis piernas tomaron un rumbo diferente, balanceándose hacia Addie en lugar de hacia la puerta. Me miró confundida, a punto de abrir la boca, cuando le di un tierno beso en los labios.—Realmente necesitaba hacer eso—se quejó al mismo tiempo su rostro dejó ir un poco de alivio, perdiéndose el malestar en toda su belleza tan característica.Angela grito de protesta, quería entrar porque hacía mucho frí
Más tarde ese día, Angela y yo nos quedamos dormidos en el sofá mientras Addie se ponía a cocinar algo que olía extrañamente bien. La verdad es que me había rendido a mi propio cansancio. No podía aguantar más torturar mi propio cuerpo.Me desperté con el silencio y la casa sintiéndose bastante fría, y no había señal de Addie en ninguna parte.Mis ojos se desviaron hacia la canasta de Moisés de la pequeña Angela, posada junto a donde yo estaba durmiendo, y noté que todavía estaba profundamente dormida. Salieron pequeños ronquidos de ella y sonreí ante lo afortunado que me sentía.Addie nunca roncó, debió haber aprendido eso de mí.Subí las escaleras, preocupado cuando todavía encuentro un silencio asfixiante, mi corazón empezó a latir con fuerza a medida que pasaban los segundos, no podía con la simple idea.¿Adónde podría haber ido? Revisé su dormitorio, pero estaba vacío. Luego revisé el dormitorio de repuesto y el cuarto de los niños, pero también estaban vacíos y oscuros. Era com
Me alejé, desesperado por ver la emoción en su rostro, vi cómo sus pestañas se abrieron y sus mejillas se tornaron del más puro carmesí.Este era mi lugar favorito.Este era mi momento más deseado y lo estaba viviendo junto a la mujer de mis sueños.La razón por la que mis latidos siguen a flote.La deseo.La quiero.Voy a enloquecer si no consigo saciar mi sed de ella. Encendiendo cada parte de mi en el acto, era jodidamente adictiva como la peor de las drogas. No había forma humana de que pudiera marcharme o parar.La verdad es que no podía creerme que me hubiera dejado avanzar. La amaba con todo mi ser y esto no era más que un regalo a ese amor. Desde luego ninguna mujer me había hecho sentir tanto y probablemente nunca ninguna me haga sentir de la misma manera. Es lo que tiene haber encontrado el amor.Me había estado controlando tanto para nada, para acabar seducido por su invitación. Pero para que mentir…Completamente agradecido con ella y su misericordia, su gesto se había g
Reconozco que uno de mis miedos claros era el no volver a estar con ella de ninguna de las maneras en las que un hombre podía estar con su mujer. Más que nada porque ella estaría tan dañada, tan mal, que lo último que pasaría por su mente o por la mía es estar en los brazos del otro por más que este fuera el remedio claro a cualquiera de nuestros males.Descubrir que tenía pérdida de memoria me rompió, porque pensé que no lo haríamos funcionar, que nunca volveríamos a tener esa conexión por desgracia era la opción más probable y más racional. Me había pasado muchas noches vagando de un lado a otro de mi cama deseando que todo esto tuviera fin de la mejor manera, incluso me habría gustado alternar papeles y sufrir menos por la inconsciencia producida por el problema.No me habría esperado esto, ver esta imagen y saber que en el fondo todavía sentía algo y que simplemente no podía recordar partes, fue mucho mejor que no quererme en absoluto… Aún había esperanza y lo mejor de todo es que
—¿Bebe que pasó? ¿Estás bien?Mierda.Qué había pasado ya…Las lágrimas comenzaron a caer por sus mejillas, así que me senté erguido. Le acuné la cara con dulzura buscando respuestas. ¿Qué había pasado? ¿Qué estaba mal?—Addie, ¿qué pasa? Por favor, dime—solté desesperado—Addie, ¿qué pasa? Por favor, dímelo—volví a repetir, aterrorizado por dentro por su respuesta.—No debimos haber hecho eso—soltó ella con horror. ¿Por qué no lo paré?Dios… —Oh, Dios mío—Gritó ella con dolor.Luego intentó apartarme de ella. No la dejaría hacer esto, de ninguna manera.—Bebé, no. Está bien, mira, soy yo. Solo soy Damián , te amo—ella no dijo nada de vuelta, más lágrimas comenzaron a caer y ella continuó empujándome lejos. Tenía que dejarla ir o simplemente empeoraría las cosas para ella.Había causado ya suficiente daño como para alargar la tortura de ella y mi propia tortura.Sentí un hueco en mi pecho que se fue agrandando a medida que pasaban los segundos, luego los segundos se convirtieron e
Subí las escaleras en dirección a su habitación con el corazón en las manos, la verdad es que la angustia que sentía cuando se trataba de ella era inexplicable.Nada cambiaba. Otro día más, uno menos, todos eran bastante iguales, todos tenían la misma escencia de desesperación, de miseria, de estatismo, mi condición se iba a estancar asi por los siglos. No habría cambio para mi.No habría noticias frescas.Estaba condenado.Desde su partida…Solo espero que algún día pueda volver a nosotros.Fui un jodido cobarde y probablemente no tenga perdón de Dios por lo que sucedió debí de haber sido mucho más cuidadoso, mucho más respetuoso con su condición, ahora gracias a ese pequeño desliz, ya no la tengo a mi lado.No la voy a tener en un buen tiempo hasta que las cosas se cambien, se calmen, y vayan un poco más a mejor.No sabría decir en que momento las cosas se han torcido tanto, lo único que se es que esto era mi presente, a pesar de todo, por más doloroso que pudiera ser, esta es mi
—¿Qué pasó?—preguntó uno con desesperación en el rostro. Al parecer había conseguido llamar la atención de toda la planta.—Creo que está despierta— dije, con una sonrisa creciendo en mi rostro.No me importaba lucir como un demente, realmente me sentía así.—Por favor, salga, señor, tenemos que examinarla. Las lesiones cerebrales son bastante impredecibles…El único médico amable me acompañó antes de cerrar la puerta. Estaba tan contento fe que finalmente estuviera despierta por fin, que no me importó, al mismo tiempo estaba preocupado por lo que pudiera pasar.Mi peor miedo estaba a punto de ser rebelado sin que pudiera hacer nada por remediarlo.El médico había comentado con nosotros que existía la posibilidad de que cuandose despertó, podría conservar para siempre su amnesia o por lo contrario recuperarla.Aunque los médicos habían mencionado que había una posibilidad de que ella recuperara su memoria, no pude evitar sentirme ansioso.Iba caminando arriba y abajo en el pasillo
AÑOS MÁS TARDE. La alarma suena en mi tocador pero ya llevo una hora levantada salir a correr y ducharme dentro de ese tiempo. El reloj muestra las 6:00 a. m. y para algunos puede ser temprano, pero no para mí. Soy y siempre he sido una madrugadora. Disfruto la madrugada, la paz y la tranquilidad que trae, especialmente en mi oficina. Tengo casi dos horas de tranquilidad en mi oficina antes de que empiecen a llegar el resto y con ello el ruido.He oído a montones de personas que se preguntan si alguna vez duermo. Soy la primera en entrar y el última en salir siempre, sencillamente no me importa. Mi trabajo es mi vida. He trabajado muy duro para llegar a donde estoy y lo disfruto inmensamente.Si la gente se siente incómoda con mi ética de trabajo porque les falta la suya, pues que así sea.Me visto con un traje de sastre negro de Gucci y tacones negros de Prada, cubro mi cuello con mi collar de perlas de Chanel sobre mi blusa blanca. Sé que tengo gustos caros, pero vivo en Nueva Y