Él cerró la puerta con su mano libre.—Solo estoy aquí para hablar contigo,— dijo.Baldeé mi codo hacia atrás en su pecho, perdiendo su control sobre mí. Antes de que yo pudiera haber correr hacia la puerta, él ya estaba parado en la puerta bloqueando el camino dejándome sin otra alternativa que correr a la cocina (a diez pasos de la puerta). Abrí el cajón y saqué el cuchillo más grande y afilado que pude conseguir, luego tomé una sartén en mi otra mano. Escaneé la habitación en busca de mi teléfono, pero no estaba a la vista.—¡Perra!— Gritó de dolor.—Acércate y te apuñalaré— dije.Él se rió, —No es que tengas las agallas para hacer eso.— Dijo.Lo miré y luego le lancé un cuchillo. Se las arregló para agacharse justo a tiempo.-¡Relajate! Cálmate.— Dijo poniendo sus manos en el aire.Saqué otro cuchillo del cajón que seguía mirándolo.—¡Fuera!— grité.—¡Fuera!— grité de nuevo más fuerte.—Por favor, solo estoy aquí para hablar contigo—Dijo.No tengo nada que hablar con este miser
ADDIEAcaricio suavemente mi vientre aún plano recordando a Lucas.—¿Has vuelto a jugar a las cartas con papá?—pregunta él abriendo los ojos. No puedo evitar sonreír y asentir frente a la cara de confusión que me lanza mi hermana.—Ha sido muy divertido—añade abrazando la falda de mi hermana.Solo ha pasado un mes y ya me siento como si el bebé estuviera aquí. Ya sé que lo amo.Sigo diciendo plano porque no puedo soportar el hecho de que estoy engordando cada día.Mis maletas ya estaban empacadas con mi boleto de vuelo reservado y un nuevo pasaporte renovado. Esto era exactamente lo que Lucas, mi bebé y yo necesitábamos, un nuevo comienzo. Joe mantuvo su parte del trato. Logró que me matricularan en la universidad y en un trabajo bien pagado.Después de que la enfermera le dijo a Ian que estaba embarazada, tuve que explicarle lo mismo forma en que le dices a un niño de tres años que te vas a divorciar.—¿Están listo para irse?— preguntó Joe.—Sí— respondí.DAMIÁN3 días despues M
*Tres meses después*Ya habían pasado tres meses, por primera vez siento que mi vida es por fin un soplo de aire fresco. Trabajo a tiempo parcial en una de las oficinas minoristas de mis hermanos y también me pagan bien. Mis hermanos se habían encargado de mantenerme a salvo, a mi y a Lucas.Joe se aseguró de que encajara con mi horario escolar y de estudio.Recuerdo cuando le dije a Joe por primera vez que estaba embarazada, todavía recuerdo la conversión.—Joe, estoy embarazada—dije nerviosa.—¡Vaya, cariño! Estoy tan feliz por ti. Él dijo…Aunque todavía lo estoy demasiado joven para ser abuelo.— susurró.Ese comentario activa el cajón de los recuerdos en cuestión de segundos. Papá habría dado todo por ver lo que estabamos viendo, los Walsh unidos y siendo legales.—¡Joe! Tú harás cuarenta y ocho.— dije.—¿Y qué?— Se rió.—Remington va a ser tan feliz.— añadió.—Esperaba que no le dijeras…—¿Por que no? No veo por qué no debería. —No Joe, prefiero decírselo yo misma.—Muy bien, car
—Cómo está mi bebé doctor— dije acariciando mi vientre suavemente, mi cabeza reposaba en la almohada. Estaba en una cama de hospital, para mi revisión mensual. Ya habían pasado seis meses. Nunca volví a saber de Damián ni lo he visto. Todo fue parte de mi deseo, ahora las cosas son diferentes, especialmente esta el hecho de que yo soy la razón por la que mis hijos van a crecer sin un padre.Por alguna razón, mis hermanos han sido un gran apoyo para mi embarazo. Tengo una habitación llena de ropa y juguetes para bebés. Han estado en todas mis citas médicas pasadas alternándose, pero insistí en que se quedara afuera no quería hacer las cosas más incómodas de lo que ya eran.El doctor permaneció en silencio por un rato, con los ojos fijos en una carpeta al frente de él. Incluso me di cuenta de que seguía ajustándose los anteojos como si estuviera buscando una posición que le ayudara a ver mejor. De repente, sus ojos se ensancharon en estado de shock como si acabara de recibir una sent
—¿Por qué debería venir exactamente?— Dije por teléfono.—Porque va a estar toda la familia —respondió mamá como si fuera obvio.Aun me estaba acostumbrando a esto de considerar tener una familia.—¿Quieres conocer a tu hermano Dylan?—Media hermana—murmuré, después de Rebeca la experiencia nunca volverá a ser lo mismo.—Esta familia se ha roto por un tiempo y creo es hora de que arreglemos las cosas. Trae a tu novia Bea.—¡Ella no es mi novia mamá! Solo somos amigos.—grité.Colgó el teléfono antes de que terminara de contestar.Mamá tiene una cena familiar este fin de semana, ella me ha estado molestando sobre eso toda la semana.Ya me imaginaba mi conversión con Bea, nuestra relación, el estado era bastante complicado en este momento, pedirle que conociera a mis padres haría las cosas más complicadas e incómodas. (***) —¿Cómo me veo?— dijo Bea despacio dándose la vuelta.—Te ves genial—dije balbuceando.—Me sonrió moviendo la cabeza. —Vámonos— Dijo agarrando mi brazo.—Caminamos ha
—Vamos, por favor abre la puerta— gritó mamá.—¡Vete!— grité.—Por favor, por el bien de tu bebé— Ella suspiró.—Tienes que comer…Agarré mi almohada, me tapé la cara con ella y grité frustrada.Ella siguió llamando.Me rodé hasta el borde de la cama. Arrastré mis pies sobre el suelo, mis piernas levantando mi peso. Sentí un calor cada vez más ruidoso, mis piernas apenas podían soportar mi peso. Mis piernas se estaban desmoronando.Caminé hacia la puerta que daba al pasillo.Estos fueron los efectos de saltarse dos comidas durante el embarazo.Mamá no hizo ningún comentario sobre mi apariencia, porque ella sabía lo sensible que era estos días. Ella me ayudó a subir a la cama y puso una bandeja de comida en mi regazo. En mi plato había huevos revueltos y pan tostado.—Aunque fue uno de mis desayunos favoritos, todavía no tengo apetito para comer.—¿Vas a comer eso? No me iré hasta que ese plato esté vacío—susurró ella.Al principio, pensé que estaba bromeando, pero luego descubrí que se
—Hola,— dije contestando el teléfono.—¿Addie eres tú?—dijo una voz ronca.—¿Ma?—dije.Finalmente reconocí su voz. Era mi abuela, la madre de mi padre. Una icona de supervivencia.Dylan me miraba con una ceja levantada mientras se recostaba en el sofá como si fuera el de su casa.—Addie, suenas tan adulta. No te he visto en un tiempo. Te extraño tanto.— dijo ella, su voz no escondió grandes dosis de tristeza.—Yo también te extraño—dije.—Cuando vienes a verme, la única vez que te vi fue en un funeral. La próxima vez será en otro, mi funeral, ya estoy vieja—se quejó angustiada.—No digas eso que todavía eres fuerte y saludable.Observo como Dylan me mira con diversión, parece estar encantado con la situación. —Vas a vivir una larga vida— le aseguré.—Espero que vengas de visita pronto, la casa está muy tranquila.—Lo haré —contesté. Antes de que pudiera decir algo más, mi teléfono se apagó y quedó en cero por ciento.Al poco tiempo tiré mi teléfono al suelo con frustración, los teléf
Los jugadores yendo de un lado a otro, trotando con violencia, se empujan entre ellos. Ni siquiera se porque estoy mirando este estúpido partido.Miro hacia delante encontrándome a la tos causando estragos en Liam mientras sostiene una cerveza en su mano.—Entonces, ¿cómo están las cosas entre tú y Bea?— preguntó de repente sacándome de mis pensamientos.—¿Qué?— inquiero confundido—Oh— añadí de repente dándome cuenta de lo que acababa de preguntar.Mi mente sigue pensando en Addie, Lucas y el pequeño niño que carga en su vientre. ¿Y sí él también es mío?—Estamos en un descanso— respondí—Pero no creo que volvamos nunca juntos. —Por qué no, ustedes dos estaban bien juntos. ¿Qué salió mal?— Preguntó tomando un sorbo de su cerveza.—No fue justo para ella, sigo enamorado de Addie. No era justo que yo siguiera estando con ella a pesar de que sabía que no podría amarla como se merecía.—Debe haber estado devastada.—No, ella entendió cuando se lo dije. Además, ambos estábamos de acuerdo.