Todo el cuerpo de Deirdre temblaba. Sam le pellizcó la mandíbula inferior para abrirle la boca con fuerza y evitar que se mordiera.

"No se haga daño, señorita McKinnon. El señor Brighthall va a sentir lástima por usted si ve esto".

'¿Sentir lástima?'.

Deirdre soltó una carcajada.

Había supuesto que Brendan tal vez se había dado cuenta de su error cuando se había plantado delante de la mansión familiar. En realidad, lo había hecho para poder atormentarla más fácilmente.

¿Cómo podía una persona como él sentir lástima por ella?

Si hubiera sentido lástima por ella, ¿acaso no habría hecho nada cuando le habían destrozado cruelmente la cara, cuando habían abortado a su hijo y cuando la habían intimidado en la cárcel?

Él había sido un demonio frío y despiadado todo este tiempo.

Deirdre cerró los ojos y sintió que un intenso cansancio se apoderaba de todo su cuerpo. Por un momento había sentido que su mundo estaba a oscuras. Ahora, era como si hubiera encontrado algo que creía que er