Me obligo a caminar hasta una de las sillas de la isla, creo que no puedo más sostenerme en pie.
¿Qué ha sido esto?
Llevo mis manos a mis labios hinchados.
Dios, no lo he imaginado. Luke me acaba de besar, dos veces. ¡y qué besos!
En el momento en que sentí sus labios sobre los míos, una corriente de emociones se apoderó de todo mi cuerpo. Sus palabras me hicieron arder de rabia; pero sus labios, me hicieron olvidar cualquier cosa a mi alrededor. Sólo existíamos nosotros y nuestros cuerpos unidos. Su excitación era notable, encendiendo mucho más mi cuerpo febril.
Su sabor mentolado mezclado con el olor a whisky se ha quedado impregnado en mi boca. Su forma de acercarse y besar mi cuello, el magnetismo, la manera en que mordió mi labio inferior haciéndome gemir sin poder evitarlo, su agarre fuerte y posesivo en mi cintura, recordándome quién manda…
Lo que ha sucedido hace unos minutos me ha hecho darme cuenta que no tengo remedio,
Luke camina de forma pausada hacia nosotras y se sienta a mi lado. No sé cuánto tiempo llevará ahí ni cuánto habrá escuchado de la conversación. La niña estira sus brazos hacia él y este la carga, justo como el día que lo sorprendí cantándole una nana mientras ella lloraba.– Tu hermana en estos momentos está delicada, podrás verla y estar con ella unas horas al día, pero aún hay que mantenerla en la otra sala. ¿Lo entiendes? – la forma de hablarle a la pequeña me ablanda el corazón. Cuando quiere, puede ser muy cariñoso.- ¿Puedo quedarme a dormir con ella en esa otra sala? – pregunta la niña levantando su cabeza hacia él.- No. Ella necesita descansar y otros cuidados.- Pero es que no quiero estar sola. – susurra haciendo un puchero, sus ojos se llenan de lágrimas y me parte el alma verla así.- ¿Te gustaría venir a casa de Luke unos días hasta que tu hermana se recupere? – intervengo yo sin pensar en lo que digo. Ambos me miran asombrado
Vamos en camino los seis hacia Disneyland: Luke, Alessa, Nikolai y su hijo Thiago, Trice y yo. Decidimos usar la camioneta de Nikolai ya que cabríamos todos mejor, en lugar de ir en coches separados.Cuando le comenté a mi amiga que él iría, se auto invitó. Aun no le he comentado del beso con Luke, y sé que ella también tiene cosas que contarme, las miradas que le echa al abogado, la delatan. Tendremos que encontrar el momento oportuno para poder conversar.Thiago es un niño precioso. Es un año más pequeño que Alessa, de cabello negro y lacio, sus ojos marrones con pestañas largas lo hacen parecer un modelo en miniatura. Se parece mucho a su padre, y este presume de ello.Alessa está vestida de princesa, con una corona en su cabello. Yo estoy usando un vestido negro precioso con vuelos en la parte baja, medias también negras y botines. Mi cabello está trenzado a un lado acompañado de una gran corona, ya que, según la nena, yo soy la reina y ella es la princes
Me reúno afuera con los demás. Alessa y Niko también ganaron. Celebramos muertos de la risa viendo las caras de los perdedores hasta que Luke sale para verse con nosotros.Su mirada me evita y yo solo sonrío. Creo que tiene un poco de vergüenza y rabia. No veo que sea el tipo de hombre que se deja vencer.El siguiente juego es el laberinto de Alicia en el País de las Maravillas. Mientras los niños juegan y corretean por ahí, nosotros decidimos ir a un juego que queda al lado, donde no vemos personas en la entrada para hacer cola.- ¿Entramos? – pregunta Niko.- No podemos dejar a los niños solos. – le digo yo. Aunque ellos están divirtiéndose y les tomará un buen tiempo salir del laberinto, temo que puedan perderse.- ¿Qué pasa, Pecosa? – dice Luke a mi lado – ¿Tienes miedo?- No tengo miedo. Ni siquiera sé de qué va el juego. Solo me preocupan que se pierdan. – señalo hacia donde se encuentran los pequeños.- No pasa nada. La enana ti
Luke devora mi boca con ansias, con hambre, con pasión. No quiero que este momento acabe nunca. Uso mis manos para atraerlo más por la nuca y él responde apretando mi trasero con fuerza. Gimo y aprovecha la oportunidad para colar su lengua en mi boca y explorar a su antojo. Su sabor mentolado y su olor embriagan mi sistema. Esto era lo que quería desde hace días, sin embargo, me sabe a poco. Quiero más. Quiero más de sus besos.Luke muerde mi labio inferior y tira de él, provocándome un segundo gemido. Su boca vuelve a la mía con más hambre, con más necesidad. Muerde, chupa, me provoca un sinfín de emociones. Estoy que ardo.Interrumpe el beso y se lo agradezco, necesito llenar de aire mis pulmones. Cuelo mi cara en su cuello, aspirando su olor. Planto un beso húmedo en el lóbulo de su oreja y un gruñido desgarrado brota de su garganta.- Creo que deberíamos regresar – dice y yo asiento, aunque realmente es lo que menos quiero en estos momentos. De pref
Bella tiene un color sonrosado en las mejillas debido al no orgasmo que acaba de tener. Llaman a la puerta y enseguida se alisa el vestido, verificando que no se le vea nada, debido a que sus bragas están hecha pedazos en mi bolsillo.No sé darle sentido a lo que está ocurriendo entre nosotros. Bella es el tipo de chica por el que cualquiera podría perder la cabeza, pero no yo. Yo solo le haría daño, no sé querer a nadie, arrastro conmigo mi pasado, soy serio, de carácter fuerte, odio toda muestra de cariño, odio que me vean débil porque no lo soy. Sé que no la merezco, sé que me estoy metiendo en la boca del lobo, y que, si sigo así, la arrastraré a este infierno, mi infierno, y no cualquier demonio se merece arder conmigo, y menos ella que es tan inocente.Entonces, si soy perfectamente consciente de lo perjudicial que puedo ser, ¿por qué la beso cuando yo nunca beso a nadie? ¿por qué sonrío si un día me lo prohibí? ¿por qué me dejo guiar por lo que me dice si ja
Abro mis ojos y lo primero que veo ante mi es la cara de Bella. Está profundamente dormida. Sus largas pestañas en sus pómulos y sus finos labios cerrados en una línea. Su brazo derecho me abraza por la cintura y su otra mano descansa entre la almohada y mi mejilla. Nuestras piernas están entrelazadas y mi brazo descansa sobre una de sus nalgas por debajo de mi pulóver.Esta es la pose más íntima que he tenido nunca y me sorprende que no me moleste ni me incomode, al contrario. Miro hacia la ventana, aún está oscurecido así que no me muevo para no despertarla. Hasta que el sueño me vence nuevamente.♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥Un golpe en la cabeza me hace despertar. Estoy aturdido. ¿Qué ha sido eso? Miro a mi lado y veo en el suelo una lámpara. Fue eso lo que me dio.En el lado izquierdo veo a Bella de pie, sosteniendo una almohada cubriendo su cuerpo y su rostro sonrojado. Frunzo el ceño. ¿qué pasa?- Hu
Luke me mira entre sorprendido y excitado. No me puedo creer que acabo de pedirle sexo. Dios, que vergüenza. Sueno desesperada. Y es que lo estoy.Su mirada taladrando mis ojos me intimidan y siento calor en mis mejillas. Luke gruñe algo que no puedo entender, me levanta y camina conmigo en brazos hacia el ascensor. Me aferro a su cuello y a su cuerpo para evitar caerme, aunque sus fuertes manos en mis nalgas me sostienen.- ¿Qué haces? – le pregunto cuando veo que marca la planta baja y saca su teléfono del bolsillo llamando a alguien.Unos segundos después, responde.- Katya, necesito que vengas a mi apartamento ahora y cuides de Alessa. Está dormida y no debe despertar hasta mañana, pero no quiero correr riesgos – sus ojos caen sobre mí. – Bella y yo tenemos que salir.Cuelga y se abalanza sobre mí. Me besa con arrebato, saqueando mi boca, dejándome a su merced. Pega mi espalda a la pared del ascensor y lleva una de sus manos a mi sexo por enci
Acabo de admitir en voz alta por primera vez que estoy enamorada de él. Lo estoy desde hace tiempo. Lo que siento por él sobrepasa los límites a cualquier otro sentimiento que pueda existir, sin embargo, no meTrago el nudo en mi garganta y me giro valiente para observarlo.En su expresión solo puedo leer una cosa: dolor. Y yo me hundo aún más. Le duele lo que yo pueda sentir hacia él. Le duele que alguien pueda quererlo. Sus respiraciones son aceleradas, y cierra los puños con fuerza. No sé qué es lo que lo atormenta, pero no pienso quedarme para descubrirlo.Doy media vuelta y él me detiene aguantando mi mano.- Sí eres una más, Bella. No marcas la diferencia. Te veo como a cualquier mujer que se me ponga delante. – sus ojos no me miran. Necesito que me mire para saber si me dice la verdad. – A todas las traigo aquí, nunca en otro sitio y menos en mi casa. Cuando me las follo – ruge – hago que sientan que la tierra se mueve bajo sus pies. Eso era lo que pre