Lara asintió. Nunca se imaginó que hablaría con su esposo sobre afeitado y vello púbico. Vaya conversación más obscena, pero era precisamente, una conversación de pareja. Eso la hizo sentir más íntima con el lobo. Vio cómo su marido se desnudaba dejando cada prenda a un lado mostrando su estructural cuerpo, cuerpo que ella había saboreado a lo largos de las semanas y del que no se quejaba. Estaba feliz con lo que tenía a su lado.Mathew agarró otra navaja del estante al notar que la que usaba Lara no estaba por los alrededores y se metió en el agua completamente desnudo. Se acercó a ella con el agua hasta la cintura y se metió entre las piernas de su esposa.-Déjate caer hacia atrás y déjame hacerlo- le dejó un pequeño beso en los labios.-No me cortes- Lara se recostó en sus codos y alzó su cabeza observando como los músculos de los hombros del alfa se movían con cada movimiento.Mentiría si dijera que no estaba nerviosa. Tenía una navaja pegada a su sexo con mucho filo y no podía ve
Mathew no podía creer que habían pasado dos días desde el suceso del baño y aún, todavía estaba esperando que su esposa lo dejara fe evitar. Si, de evitar completamente. No lo había visto en todo ese tiempo. Lara se había encerrado en su cuarto, puesto una formación a su alrededor y de paso poner al perro que él mismo le había regalado como guardia.La única loba que podía acercársele era Dyna y solamente para dejarle comida. Nadie más. Hasta se estaba sintiendo celoso de ese hecho.¿Qué demonios había hecho mal esta vez?Y no era el único que se lo preguntaba. Todos en la manada ya lo estaban cuchicheando a sus espaldas pues el humor de su alfa estaba tan ácido que su mano derecha Byron ya contaba los segundo que tenía que estar a su lado y rezar por salir vivo de la habitación. Había un aura alrededor de Mathew que hacía sudar hasta al más valiente de la manada.Lara por su parte se negaba a salir de la habitación. Había estado sentado en el conjunto de cojines que se había robado d
Una hora y media más tarde las puertas de la habitación principal de la manada, donde dormía el alfa se abrieron y Lara salió sigilosa cerrándolas a su espalda después de confirmar que su esposo seguía rendido en el sueño. Su cachorro ya le había dado tregua suficiente tiempo y necesitaba comer a pesar de que quería seguir pasando tiempo con Mathew. El lobo apenas se había inmutado cuando lo había dejado recostado en su almohada, tapado y dejado un beso sobre su cabeza. Estaba realmente agotado, dirigir todos los aspectos de la manada era tarea titánica.Lara sintió una pulsada de culpa pues sabía que en parte era culpa de ella. Pero no era que se quejara, pero no podía responsabilizarse siempre por tener un esposo tan dedicado como era el suyo. No le molestaba, pero le gustaría que al menos Mathew se preocupara un poco más por él mismo.Se dirigió a la cocina para pedir que le sirvieran todo lo que tenían cuando Byron le apareció delante. Tenía el ceño fruncido y parecía de muy mal g
Lara caminaba de vuelta con paso lento y pesado, atrasando el momento en que volviera a ver a su esposo. Por un lado, no deseaba verlo pero por otro quería estar en sus brazos y que la consolara, eso era lo negativo de enamorarse, lo dependiente que uno se volvía de alguien y eso era algo que detestaba. No recordaba en que momento de los últimos meses había tenido la necesidad de estar mirando a Mathew para sentirse segura de que todo estaba bien. Pero ahora mismo necesitaba apoyo, mucho apoyo.Se pasó la mano por su panza, en donde su cachorro, si era que podía decirle cachorro, se formaba día tras día y tuvo que tragar un sollozo para no alarmar a los tres lobos que pasaron por su lado y la saludaron con una reverencia. Ella solo puso responderle con una sonrisa falsa que nada ocultaba que había estado llorando, su nariz roja y sus ojos hinchados eran muestra de esto.Se sentía realmente mal, abatida, preocupada, pero antes de que pudiera seguir martirizándose ya estaba de vuelta en
A pesar de que Lara creía en su mente que estaba engañando a todos con una total sonrisa falsa en su rostro, todos sabían que algo no estaba nada bien con ella, hasta los discípulos y los sirvientes comentaban que no habían tenido ninguna información de actividad subida de nivel en entre ellos. Al primer día muchos llegaron a la conclusión de que su depresión se debía al embarazo y a una rabieta por cualquier cosa o simplemente llamar la atención, pero para el segundo día, ya las cosas no se miraban desde la misma perspectiva.La persona más preocupada era Mathew. Se había despertado varias veces en la noche para comprobar el estado de su esposa notando que ella no estaba dormida no importara la hora que fuera. Su rostro surcado por una expresión indescriptible entre dolor, angustia, culpa y lo peor es que no sabía la razón por mucho que le preguntara. Lo otro era que apenas estaba comiendo.Normalmente Lara solía devorar la mesa entera y últimamente ni llegaba a la mitad de su tazón
Mathew caminaba de vuelta a su habitación con paso apresurado, no era normal que su pecho se apretara de aquella forma. Lo había hecho desde que su esposa lo había ido a ver y había dicho cosas que no tenían sentido. Abrió la puerta y como sospechaba la habitación estaba vacía. Su corazón latió rápido en su pecho y respiró para calmarse, no era normal en él alterarse, a menos que Lara estuviera involucrada. Había estado sumamente rara en los últimos días y eso era lo único que llenaba su cabeza al punto de casi no poder adelantar en su trabajo.Oyó los pasos de los hermanos corriendo en su dirección y en cuanto llegaron ambos se arrodillaron posando sus frentes en el suelo.-¿Dónde está Lara?- el rostro de Mathew era sombrío.-No está- respondió Dyna.-La hemos buscado en toda la manada, pero no está- dijo Byron con voz apretada- Ella... ella parece que se fue-Sintieron las feromonas de su alfa manifestarse y un aura espesa parecía rodear su cuerpo. Los ojos del lobo se habían tornad
Lara se sorprendió de ver a aquella persona delante de ella y que la sostenía por la cintura.-Podías cambiar esa cara- se burló- Tal parece que acabas de ver a un muerto cuando la que tiene rostro de ultratumba eres tú--No te burles de mi, Lucer- hizo un puchero saliendo de los brazos del alfa y parándose frente a él.-¿Qué asuntos tienes por aquí- soltó casual ocultando su nerviosismo. Oía cerca de ella los pasos de los discípulos y aunque no podían ubicarla por Mator eso no era suficiente para que dejaran de buscarla.-Vine a comprar algunas cosas y hacerles la visita, pero creo que me ahorré el viaje en parte ¿dónde está Mathew? Si tú estás aquí él debe estar cerca, nunca te quita la vista de arriba-Lara se tardó en responder.-Yo…estoy… sola-Lucer pestañeó y después su ceño se frunció. Podían tomarlo por alguien que solo estaba jugueteando y no se tomaba nada en serio, pero nada más lejos de la verdad. Al igual que Mathew había hecho de su manada una de las cuatro más importan
Lara apretó los dientes. Tanta frustración dentro de ella. Estaba preocupada también por la condición de su hijo. La preocupación y el estrés hacían que apenas pudiera descansar y menos consumir alimento, si seguía así perjudicaría a su cachorro y eso era lo que menos quería. Se removió y oyó el tintineo de los regalos carísimos que le habían regalado los alfas de las otras manadas y agarró la bolsa entregándosela a Lucer.-¿Puedes vender esto? Necesitaré el dinero- le pidió serio.Lucer comenzó a molestarse. Tomó la bolsa, pero apenas la miró, su atención estaba fija en la mujer frente a él.-Sí, puedo- dijo renuente- Pero solo después de que me digas que es lo que pasa-Lara negó con la cabeza. Si no se lo había dicho a su esposo, menos se lo diría a él, que a pesar de haberla sacado de la manada no tenían tanta confianza como si fueran buenos amigos. Oyó a Lucer resoplar exasperado.-No seas cabeza dura Lara, te estás matando y algo es la razón de eso, habla de una puta vez- casi g