No era tiempo de ser débil o actuar tan despreocupada como siempre hacía cuando quería por la vida feliz. Ahora debía actuar duro, para protegerse ella misma y a lo más importante, a la criatura que estaba en su barriga. Pasó su mano por encima de esta y sintió un leve movimiento. Su tensión estaba afectando a su cachorro.-Gran Lobo- la voz de otros individuos presentes comenzó a escucharse.Todos se pusieron con la espalda recta incluyendo a Lara y esperaron que el nombrado se detuvieron delante de ella. La mirada afilada tan brillante como algo irreal repasó a los presentes. Todos se inclinaron con un saludo formal.-Salud y prosperidad al Gran Lobo. Que sus enseñanzas nos guíen por el buen camino- exclamaron todos menos Lara que no se sabía las palabras, pero mantuvo la posición inclinada como pudo, aunque para enderezarse tuvo que utilizar la ayuda de su esposo y cuñado. Un gemido salió de su garganta. Eso había sido brutal para su espalda. Su hijo pesaba demasiado como para esta
Lara no le importó ni los comentarios ni las exclamaciones a su alrededor. Y menos le prestó atención al peso de la mirada del Gran Lobo sobre ella. Solo apretó más al espada en su mano contra el cuello del lobo delante de su persona. Su instinto, ese que nunca le fallaba, le estaba diciendo que este individuo no debía entrar con ella.-¿Quién eres?- la pregunta salió tan fría de sus labios que todo sonido a su alrededor se detuvo y las presentes a su alrededor se petrificaron.El lobo vestido de blanco no habló, sus hombros estaban tensos. Muy tensos.-¿Qué está pasando?- el Gran Lobo se giró hacia donde estaba Lara y la miraba prepotentemente desde su posición.Sin embargo, Lara no le respondió a él. Con un ágil movimiento bajó la espada y agarró la parte de delante de la túnica del lobo.-Marido mío- gritó lanzándolo al lobo.Mathew imaginando sus intenciones solo frunció el ceño y alzó sus brazos. Con facilidad al lobo que fue lanzado a él y le golpeó con la rodilla el medio de la
Lara caminó suave sintiendo como sus pies se hundían en algo suave, al bajar su mirada notó que este era como una alfombra y que se extendía con diversos patrones donde pudo divisar un lobo de un lado, un ave de otro, y algunos animales que en su mundo serían mitológicos, aquí… como que ya había tenido uno frente a ella y vivido para contarlo. El maldito lobo enorme fantasmal y hasta terrorífico de su esposo. En serio, en vaya novela se había metido, lo peor es que no se la había podido leer antes de que mágicamente renaciera dentro de ella. Si hubiera sido así al menos hubiera tenido algunas ideas de cómo hacer su vida, aunque fuera un poco más fácil. Aunque no se quejaba. Había tenido muy buenos resultados con su esfuerzo.Los ayudantes la llevaron hacia esa mesa y la soltaron cuando la dejaron, recostando su cadera contra esta. Lara notó que todos ellos la rodeaban de forma circular alejándose a cierta distancia y solo el Gran Lobo se quedaba cerca, a un costado de ella. -Acuésta
El ruido atormentaba su cabeza. Un pitillo atormentador le quitaba el aliento y la hacía sentir mareada. Lara jadeó abriendo ligeramente los ojos con tanto esfuerzo que se agotó, sintiendo un dolor en todo su cuerpo que apenas se podía mover del suelo. Allí estaba, rodeada de escombros por todos lados, cristales, algunos de ellos que habían roto la tela de su ropa y atacado su piel.Todo palpitaba, y se desvanecía delante de ella obligándose a no perder la conciencia de nuevo.Hizo un esfuerzo por levantar su cabeza, acostado de lado, pero fue inútil, algo caliente se desplazaba por su frente y pudo saber que era sangre. Pero más importante que eso… su barriga. Se obligó a mover su mano para tocarla escuchado sus músculos crujir y suspiró de alivio al encontrar que su cachorro estaba a salvo, y que el interior de sus muslos, aunque entumecidos, estaba seco. No había roto fuente tofavía. Sin embargo, esta dolía de una forma que la estremecía y se movía, como si su cachorro estuviera em
Lara estaba aturdida y su cuerpo estaba en llamas. El dolor en su vientre era tal que se estremeció y le hizo abrir los ojos de pronto para encontrar un cabello negro y largo que ondeaba delante de ella. Intentó alzar la mano cuando…-No te muevas.La voz familiar de su esposo hizo palpitar su corazón tan fuerte que sus ojos se llenaron de lágrimas, y estas se derramaron cuando alzó la mirada y vio el estado de Mathew. Su cuerpo cubierto de heridas grandes y que sangraban, incluso el costado de su mejilla estaba surcado por una de arriba abajo bastante grande y de donde la sangre se derramaba sin cesar. Las propias manos de Lara estaban empapadas del líquido carmín al estar el pecho de Mathew con varias heridas profundas que se notaban por entre su ropa rasgada, así como quemaduras. Aun cuando había un aura oscura alrededor de él y los ojos de este estaban completamente negros el estado del alfa de la manada del norte era bastante grave.-Marido mío- sollozó.Este no le respondió. Los
Lara estaba acostumbrado a los besos cálidos, profundos y pasionales de Mathew y sobre todo estar llena de gozo y alegría en los brazos de su esposo, de quien su compañero y a quien más amaba en este mundo, por lo que, cuando recibió este beso que sabía muy bien que significaba y que no sabía igual a todos los que había recibido antes las lágrimas que ya corrían por sus ojos no tuvieron fin.Este era completamente diferente a todos los que había recibido por él en todo este tiempo. Estaba lleno de anhelo, angustia profunda, preocupación y, sobre todo, miedo. El cuerpo del gran alfa de una de las manadas más poderosas de todas estaba temblando, tanto que Lara pensó que temblaba más que ella. No por causa de los enemigos que los perseguían, ni a los que tenía que enfrentar para mantenerla a salvo a ella y a su cachorro, sino por lo que tendría que hacer para poder derrotarlos a ellos, y eso era… dejar a Lara detrás, resguardada y a salva, al menos de momento.-Marido mío, marido mío- la
Mathew sentía una fuerte presión en su pecho y a la vez un dolor intenso a través del enlace mientras corría y se alejaba de su compañera. Dejar atrás a Lara, por muy resguardada que estuviera bajo su poder que le estaba costando a su propio cuerpo, era demasiado peligroso y preocupante, sobre todo por el hecho que él había notado la intranquilidad de su cachorro y como su esposa estaba. Ella lo había intentado ocultar, pero muchas veces se olvidaba que él podría saber muchas cosas mediante el vínculo de pareja. Lara estaba agonizando del dolor. Temía que comenzara a tener dolor de parte sola. De seguro estaría asustada.Sin embargo y por mucho que eso invadía casi todos sus pensamientos los sonidos que escuchó cerca de él desvió su atención y gruñó. Sus atacantes se habían multiplicado y estaban tan cerca que lo detectaron.Él apretó su corrida de tal forma que pudiera alejarse lo más posible de la ubicación de Lara. Los ojos totalmente dorados de Mathew se entrecerraron y su ceño se
Lara tuvo que utilizar toda su fuerza de voluntad para no gritar en ese preciso momento. Su cachorro se estaba alborotando dentro de su vientre, empujando con la intención de salir y eso la estaba hiriendo por dentro. Sentía como sus órganos eran presionado, incluso sus huesos peligraban y el dolor era tan cegador que le costaba tanto respirar como enfocar algo delante de ella.Dentro de su cabeza había un pitillo y todo comenzaba a dar vueltas alrededor de ella. De seguro por la falta de sangre, debajo de ella su mano había palpado en pocos minutos un enorme charco de sangre que aumentaba a cada momento.Acaso... iba a morir allí.No, no podía hacerlo. Si eso ocurría Mathew los perdería a los dos y ella tenía que hacer todo lo posible por proteger a su hijo. Se lo había prometido.-AAAAAAAHHHHH- un grito que no pudo contener salió de su boca. Su cuerpo empapado de sudor y las venas de su cuello marcándose- No, no- jadeaba a más no poder intentando llevar aire a sus pulmones. Para ese