Lara sabía que sobre todas las cosas no debía desesperarse pues eso solo traería más problemas. Estaban en una situación tensa. Él embarazado, limitado ya adolorido. Su perro espiritual hacía todo lo que podía para protegerla tanto a ella como Dyna pero era como le había su esposo, eran familiares muy leales y útiles pero en cuanto a fuerza solo podían ser más fuertes solo si sus dueños lo eran. No era el caso.Y en el caso de Dyna, estaba muy preocupada. La lona estaba utilizando su energía para protegerla, pero se notaba que no era rival para Dorian. La energía de este lobo era como cuando Mathew liberó el poder de su espada. Sofocador y amenazante.-Lara- la voz de Dorian ya no era divertida, más bien era grave y mandó un estremecimiento por todo el cuerpo de Lara. Como si ese cuerpo reconociera la autoridad a la que le había tenido miedo por tanto miedo- No tengo tiempo para jugar contigo, acaba de venir acá-Apretó sus labios y enterró sus uñas en su muslo. No le mostraría debili
James se limpió el sudor de su rostro. Junto al resto de los guardias sudaba mientras defendían la manada de los invasores que de alguna forma no paraban de aparecer. Se alegraba que Dyna se hubiera llevado a su joven luna para ponerla a salvo. En su estado era muy peligroso que estuviera allí.La manada del Norte se había categorizado como una manada pacífica por lo que el número de integrantes, sobre todo de machos guerreros no era tan alta pues no tenían intención de atacar a las demás. Además, había que sumar que los machos que luchaban y defendían eran de los más fuertes y respetados. Su alfa, Mathew simplemente se dedicaba al entrenamiento las nuevas generaciones y de proteger y darles una mejor vida a los miembros que tenían y que vivían a los alrededores y a los nuevos que necesitaban estancia siempre y cuando respetasen las reglas. Esa era una de las razones por la que muchas terminaban huyendo allí.Una de sus características era la fuerza entre cada uno de sus miembros y es
Mathew había visto muchas cosas en su vida y esperaba muchas, estaba preparado para ello, solo que nunca se imaginó que aquella energía que los había atacado antes y que había anulado por un momento su poder viniese precisamente de la persona que pensaba que estaba en grave peligro.Su rostro podía ser serio y frío pero un pudo evitar mostrar una expresión de total asombro y a la vez preocupación con el ceño gravemente fruncido. Y eso que rodeaba a su pareja era lo más impactante.Era un lobo... aunque no uno cualquiera.Era idéntico al suyo, pero su aura tenía una coloración dorada. Le resultó familiar pero no supo de dónde.¿Qué demonios?Además, lo que más le incomodaba era el círculo que casi se había terminado de desvanecer. El agresor se había escapado. Pero ahora no podía perseguirlo dado que tenía asuntos mucho más importantes que atender.-LARA- la llamó con algo de angustia en su voz. Parecía que estaba bien, pero la sangre de su boca, el aura que la envolvía y ...y¿el cuer
Mathew supo que su idea había funcionado cuando abrió los ojos y se encontró dentro de un lugar cubierto solamente de neblina grisácea, nada más. Así que ese era el subconsciente de Lara y en ese momento estaba completamente vacío. Con razón no podía llegar a ella.Pero debía tener cuidado. Había usado el enlace y su fuerza interna para entrar en su mente, un método que tenía muchos riesgos y lo había aprendido de las malas cuando su padre se lo había enseñado. Porque si había algo que tenía trampas ocultas ese era la mente de alguien y más cuando no era de la misma raza. Y se imaginó que alguien como Lara las tendría y en grandes cantidades, después de todo era alguien difícil de predecir.Avanzó con cuidado. Si la conciencia estaba tan vacía como en ese momento, debía haber algo que la estimulara. Debía buscar con cuidado, eso quizás fuera lo definitivo para hacer volver a Lara. Caminó por un largo rato sin hallar nada. Agradecía que al menos el tiempo allá adentro no significara lo
Lara no recordaba mucho de lo ocurrido. Aunque en su mente había un vago recuerdo de alguien muy hermoso hablando con ella, pero era tan efímero que también lo olvidó. Era una lástima, parecía que habían tenido una conversación interesante.Abrió ligeramente los ojos, algo que le resultó sumamente difícil. Estaba agotada, era como si hubieran utilizado todo el poder de su interior y ahora no quedara nada. Instantáneamente llevó su mano a su gran barriga y la encontró allí. Su cachorro parecía estar completamente bien o al menos eso quería creer.Entonces…El ataque a la manadaLa huidaEl enfrentamientoDYNASe sentó de golpe ocasionando que se mareara en el proceso. Unas manos la sostuvieron. Lara miró hacia el costado encontrándose con Byron. Rápidamente lo agarró de la camisa y tiró de él.-¿Cómo está?- soltó con angustia y exigiendo una respuesta.Byron ni siquiera pudo mirarla. Se notaba que había estado llorando amargamente pues tenía los ojos sumamente hinchados. Lara esperó si
Mathew entró a la habitación y se sentó en la cama y dejó a Lara sentada sobre su regazo. La bruja abrazaba su cuello y respiraba contra su piel, como queriendo aspirar su aroma.-¿Te sientes bien?- acarició su cabeza.-Solo me siento un poco más cansada ahora que ya sé que mi lobita estará bien. Realmente pensé que la había perdido--Byron y Dyna son más fuertes de lo que aparentan por eso los tengo a mi lado. Si supiera que sus vidas pueden correr grave peligro les obligaría a tener una vida tranquila lejos de lo que pudiera separarlos-Lara se abrazó aún más fuerte.-Marido mío, estoy molesta-Mathew alzó una ceja. Lara molesta no era ni remotamente tan cariñosa como estaba ahora.-¿Qué hice?- besó su hombro y en eso Lara se despegó y le agarró el rostro entre sus manos.-¿me estás preguntando qué hiciste? Sabes cuantos días estuviste fuera, sabes bien que me cuesta mucho trabajo sino tengo a mi almohada fortachona ricona conmigo dándome calorcito, además ni una puta carta, ni algu
A pesar de ser tan tarde en la noche, Mathew escuchó como la puerta de su estudio se abría lentamente. Sabía que no era Byron, lo había mandado a descansar y cuidar a su hermana. Sonrió ligeramente cuando un rostro familiar se apareció con un puchero en sus labios a pesar de que su rostro estaba serio.-¿Qué haces despierta, Lara? Aun tienes que descansar. Tu cuerpo…--He dormido por varios putos días me duele el cuerpo de solo pensar que tengo que estar en la misma posición de una babosa- refunfuñó. En su voz se notaba algo de irritación y esto lo percibió su esposo.-Ven- Mathew le extendió la mano dejando el documento que leía sobre la mesa.Lara se acercó envuelta en una de las camisas de su esposo dejándose envolver por el olor que permanecía en la tela. Ese había sido su único alivio a lo largo de todos los días. La bruja se acercó y se sentó con ayuda a su lado. Envolviendo sus brazos en el más fuerte de Mathew y recostando su cabeza en el fuerte hombro.-Marido mío, eres un me
Lara miraba su reflejo por encima de su hombro. Su atención puesta en las dos flores que estaban pintadas en sus hombros.-Son lindas las malditas- asintió con la cabeza en un intento de convencerse- Verdad que nunca hay que decir nunca y yo que odiaba los tatuajes tengo dos por falta de uno- suspiró y se subió la parte de arriba de la blusa acomodándola en su lugar.Después se puso de lado y revisó su reflejo en el espejo que había hecho que su esposo puliera a mano hasta que este pareciera lo más parecido a un espejo de su época anterior. Al pobre lo había mantenido tres días puliendo la gran lámina de plata hasta que estuvo conforme con el resultado. Lara era alguien que le gustaba ver su imagen por lo que un poquito de sacrificio era algo que podía hacer su esposo por complacerla, y este ni siquiera protestó. Era un amor de lobo.No se podía negar. Mathew podía tener sus defectos como lobo, ser un adicto al trabajo, tomar decisiones sin contar con los demás, pero era tan atento qu