Omnisciente Desde lo más lejos del mundo mágico y humano, en un hermoso castillo rodeado de nubes rojas se encontraba un hombre sentado sobre su trono, mirando con repugnancia a los hombres enfrente de él.Odiaba a los hechiceros con su vida, odiaba a los hombres lobos y a las brujas, pero su raza lo necesitaba. Necesita encontrar a su tua cantante y procrear a su heredero, y encerrado en ese lugar no lo lograría.Habían pasado años encerrados, desde la extinción de los demonios y ahora la única manera de romper el hechizo es con los tres libros juntos. Ellos ya tenían uno, estaban en busca del otro y el brujo que les iba a dar el otro los traicionó y su hija está perdida con él. —Yo no perdono un error, sea donde sea que esté esa chica si les advierte a los lobos. Las cosas se complicaran más— habló el rey de los vampiros mirando con severidad a los hechiceros.—Mi señor, denos otra oportunidad, le traeremos el libro. Solo tenemos que rastrearla— el rey vampiro miró una vez más a
Maratón (1/3)AmaraLa luz filtrándose por la ventana era una molestia total, tapé mis ojos con la almohada tratando de darme la vuelta. Esto fue impedido con una bien sujeto a mi cintura, pegando al cuerpo de… ¡Aziel! Los recuerdos de la noche anterior volvieron a mi mente causándome un cosquilleo en mi estómago y entrepierna. Mire al rubio dormir plácidamente abrazado a mi cintura, las ventanas estaban abiertas. Me alarmé al sentir la luz del sol tan fuerte.¡La escuela joder! Laila me matara.—Aziel— lo llamo moviendo su brazo, pero este solo me suelta y se da la vuelta. Aprovecho estar en libertad para levantarme y buscar mi ropa, oh Diosa, estaba totalmente desnuda y mi ropa estaba hecha un desastre. Mi camisa estaba hecha trozos al igual que mis bragas. Pasé las manos por mi cara frustrada—¿Por qué estás tan desesperada?— Aziel se puso de pie, sin poder evitarlo lo observó de pies a cabeza. Me sonrojé de vergüenza al verlo totalmente desnudo, este lo nota y ríe —Te he visto
Maratón (2/3)AmaraTerminé de servir mis cereales para observar a Cora sentarse y mirarme con una sonrisa pequeña.—Buenos días— saludo. Le pase la tasa donde servía mi cereal y serví otra para mi— Gracias.—De nada— me senté enfrente de ella, observándola. Era una chica muy bonita y pequeña— ¿Qué te ha parecido vivir con nosotras, el reino, todos esto?— empiezo a hacerle conversación. No me gusta comer en silencio.—Todos ustedes son muy caóticos, pero son excelentes personas. No pude estar en un lugar mejor — sonrió y asiento dándole una sonrisa. –Buenos días chicas— saludo Izel entrando a la cocina, me quedé mirando sus ojos rojos e hinchados. Había estado llorando— ¿Qué vamos hacer esta mañana?— sonrió sentándose frente a nosotros luego de servir su desayuno. Su sonrisa era falsa, la conocía muy bien para saber que algo le pasa.—Vamos a meternos a la piscina— propongo.—¿Hay una piscina aquí? — asiento, la emoción de Cora se hace notar. Izel asiente pérdida en su cereal. —Si.
Maratón (3/3)AmaraGrito aterrada cuando abro la puerta del baño y veo a Laila en el suelo incluso, mientras aquel animal se pone en posición de ataque. —Amara— Aziel meses pone a mi lado mirando aquel lobo de fuego, estaba a punto de atacarnos— No te muevas Amara, es un Oxtos— trague grueso, estos animales consumen la energía de las personas y uno de sus huesos son capaces de matar a un hombre lobo al instante. —¿Nos están atacando?— Aziel en pasos lentos se pone delante de mí, observo a Laila, ha perdido todo el color de su cuerpo— Tenemos que ayudar a Laila— chillo recordando la historia de estos animales, consumen energía y el cuerpo no es capaz de regenerarla, menos si no eres un hombre lobo. —Voy a atacar lo, ve por Laila— pidió Aziel, negué.—No tienes ningún arma— el lobo estaba observando todo movimiento. Estaba apunto de atacar— ¡Ahora!— grito. Salí corriendo hacia Laila redugiandola en mis brazos mientras escuchaba algo detrás de mí romperse, un crujir de huesos me h
Lluvia.Las gotas caen sobre nuestros paraguas mientras estábamos sentados en unas sillas blancas en el cementerio. Habían pasado tres días del ataque a la escuela, habían muerto muchas personas y el reino junto a todas las manadas aliadas nos encontrábamos de luto.—Hoy nos reunimos aquí, para dar homenaje a aquellas personas que fallecieron en combate y en inocencia— el rey estaba delante de todos, sosteniendo una sombrilla y dando las palabras de condolencias a todas las manadas que habían perdido mientras en ese ataque.Niño, mujeres y hombres habían muerte por el ataque de Oxtos. El reino estaba alerta a cualquier ataque y estábamos en restricción, nadie salía después de las siete de la noche y en cada casa había una alarma por si algo sucedía. Todo se estaba volviendo un caos.Ese día había vuelto a casa sintiendo un profundo alivio al ver a Izel en su habitación dormida, estaba bien, pero su aspecto y actitud había cambiado por completo. Ya ni siquiera me miraba o hablaba. Ni
Julián Mire la melena negra sobre mi almohada mientras intentaba levantarme en total silenció. Entre al baño y lave mi rostro, tome mi cepillo y lave mis dientes, vacíe mi vejiga y salí de la habitación.La pelinegra no estaba en mi casa, la busqué por toda la habitación y no la conseguí. Salí de mi habitación y la encontré rebuscando en la nevera.—Te hace falta despensa— Fanni sacó un yogur y se sentó en la isla empezando a comerlo. Se acerque poniendo mis manos en sus piernas.—Bueno, la próxima vez que vengas avísame y te comprare algo para comer— Fanni lame la tapa del yogur mientras sus ojos me miran, sonrió al sentir como mi amiguito se levantó— Eres una pecadora— subo mi manos hasta copas sus caderas.—Y tu mi pecado— me acercó a ella besando sus labios, meto las manos por su camisa y toco su pecho desnudo. La maldita se había vuelto una adicción y eso no le convenía a mis planes.Fanni había amanecido todos estos días en mi cama después de una noche desenfrenada. Ella era
Izel La luz blanca palpitaba oscureciendo e iluminando mi camino. El pasillo por el que caminaba era totalmente desconocido, jamás había estado aquí en ninguno de mis sueños. Mire mis pies descalzos y el vestido blanco hasta mis tobillos. —¿Hola?— Mi voz hizo eco en el lugar, sentí unas pisadas tras de mí, me giré alarmada— ¿Hay alguien ahí?— risas empezaron a escucharse mientras yo empezaba a correr desesperada por salir de aquel lugar.—Izel…—No te resistas Izel.—Consumelo.—Libéranos.Los susurró venían de diferentes partes, mi cabeza empezó a doler mientras mi nariz empezaba a sangrar. Seguí corriendo tapando mis oídos. Empuje una puerta y entré.—No, Izel, debes controlarlo.—Si las liberas será el fin para tus amigos.Las voces se escuchaban más claras, las risas y los susurros habían desaparecido junto a mi dolor de cabeza y la sangre que salía por mi nariz.—¿Quienes son ustedes?— grité, dando vueltas en la habitación de color blanco, ahí no estaba antes— ¡muestrense!— mi
Amara Abro la lata de salchichas mientras me siento. Me sentía algo triste, la casa estaba sola, no había podido hablar con Aziel en todo el día y estresada por la lista que me había enviado mi nueva asistente.Entendí que debía aprender cómo ser una luz excelente, capaz de ayudar a su pueblo y ser útil en momentos críticos. Pero para que eso pasara aún faltaban muchos años, no en este momento donde estoy a pocos meses de terminar la escuela y comenzar mi vida universitaria. Mi cabeza iba a estallar entre mis responsabilidades con la realeza, la escuela, mi vida personal y todos los problemas que ocurrían en el reino.Ni siquiera había comprado un regalo adecuado a mi novio y cuñada. Era la peor.Estas últimas semanas había estado en la escuela desde que amanece hasta que oscurece, Aziel estaba asumiendo todas las responsabilidades como príncipe que al parecer había evadido y el tiempo que pasaba conmigo era mínimo.Todos los martes me tocaba entrenamiento junto a otras personas, lle