Lluvia.Las gotas caen sobre nuestros paraguas mientras estábamos sentados en unas sillas blancas en el cementerio. Habían pasado tres días del ataque a la escuela, habían muerto muchas personas y el reino junto a todas las manadas aliadas nos encontrábamos de luto.—Hoy nos reunimos aquí, para dar homenaje a aquellas personas que fallecieron en combate y en inocencia— el rey estaba delante de todos, sosteniendo una sombrilla y dando las palabras de condolencias a todas las manadas que habían perdido mientras en ese ataque.Niño, mujeres y hombres habían muerte por el ataque de Oxtos. El reino estaba alerta a cualquier ataque y estábamos en restricción, nadie salía después de las siete de la noche y en cada casa había una alarma por si algo sucedía. Todo se estaba volviendo un caos.Ese día había vuelto a casa sintiendo un profundo alivio al ver a Izel en su habitación dormida, estaba bien, pero su aspecto y actitud había cambiado por completo. Ya ni siquiera me miraba o hablaba. Ni
Julián Mire la melena negra sobre mi almohada mientras intentaba levantarme en total silenció. Entre al baño y lave mi rostro, tome mi cepillo y lave mis dientes, vacíe mi vejiga y salí de la habitación.La pelinegra no estaba en mi casa, la busqué por toda la habitación y no la conseguí. Salí de mi habitación y la encontré rebuscando en la nevera.—Te hace falta despensa— Fanni sacó un yogur y se sentó en la isla empezando a comerlo. Se acerque poniendo mis manos en sus piernas.—Bueno, la próxima vez que vengas avísame y te comprare algo para comer— Fanni lame la tapa del yogur mientras sus ojos me miran, sonrió al sentir como mi amiguito se levantó— Eres una pecadora— subo mi manos hasta copas sus caderas.—Y tu mi pecado— me acercó a ella besando sus labios, meto las manos por su camisa y toco su pecho desnudo. La maldita se había vuelto una adicción y eso no le convenía a mis planes.Fanni había amanecido todos estos días en mi cama después de una noche desenfrenada. Ella era
Izel La luz blanca palpitaba oscureciendo e iluminando mi camino. El pasillo por el que caminaba era totalmente desconocido, jamás había estado aquí en ninguno de mis sueños. Mire mis pies descalzos y el vestido blanco hasta mis tobillos. —¿Hola?— Mi voz hizo eco en el lugar, sentí unas pisadas tras de mí, me giré alarmada— ¿Hay alguien ahí?— risas empezaron a escucharse mientras yo empezaba a correr desesperada por salir de aquel lugar.—Izel…—No te resistas Izel.—Consumelo.—Libéranos.Los susurró venían de diferentes partes, mi cabeza empezó a doler mientras mi nariz empezaba a sangrar. Seguí corriendo tapando mis oídos. Empuje una puerta y entré.—No, Izel, debes controlarlo.—Si las liberas será el fin para tus amigos.Las voces se escuchaban más claras, las risas y los susurros habían desaparecido junto a mi dolor de cabeza y la sangre que salía por mi nariz.—¿Quienes son ustedes?— grité, dando vueltas en la habitación de color blanco, ahí no estaba antes— ¡muestrense!— mi
Amara Abro la lata de salchichas mientras me siento. Me sentía algo triste, la casa estaba sola, no había podido hablar con Aziel en todo el día y estresada por la lista que me había enviado mi nueva asistente.Entendí que debía aprender cómo ser una luz excelente, capaz de ayudar a su pueblo y ser útil en momentos críticos. Pero para que eso pasara aún faltaban muchos años, no en este momento donde estoy a pocos meses de terminar la escuela y comenzar mi vida universitaria. Mi cabeza iba a estallar entre mis responsabilidades con la realeza, la escuela, mi vida personal y todos los problemas que ocurrían en el reino.Ni siquiera había comprado un regalo adecuado a mi novio y cuñada. Era la peor.Estas últimas semanas había estado en la escuela desde que amanece hasta que oscurece, Aziel estaba asumiendo todas las responsabilidades como príncipe que al parecer había evadido y el tiempo que pasaba conmigo era mínimo.Todos los martes me tocaba entrenamiento junto a otras personas, lle
IzelMire mi reflejo una vez más en el espejo. Hice una mueca mientras Julián desde mi cama me miraba con dolor.—¿Quedará así?— mi mejor amigo niega levantándose y poniendo sus manos en mis hombros. Ambos nos miramos en el espejo.—No, pero pasará algún tiempo para que empiecen a cerrarse— asentí, estaba jodidamente triste.Todos se habían ido desde esta mañana, era el cumpleaños de Aziel y Laila y tenían que hacer muchas cosas. Julian se había quedado después de que despertara e intentara bajarme de la cama pisando un horrible charco de agua negra y pegajosa.Cada día entiendo menos cómo iba a controlar este poder que había estallado en mi, ni siquiera era capaz de tocar a alguien porque ya estaba absorbiendo su magia. Me mantendría encerrada hasta que Julián me enseñase a hacerlo.—Podrías consumir magia— susurro Julian, lo mire a través del espejo.—No, no quiero hacer más daño a nadie— susurro. Luego de haber despertado y recordar todo lo que había pasado, cómo había matado a aq
IzelMire mi reflejo una vez más en el espejo. Hice una mueca mientras Julián desde mi cama me miraba con dolor.—¿Quedará así?— mi mejor amigo niega levantándose y poniendo sus manos en mis hombros. Ambos nos miramos en el espejo.—No, pero pasará algún tiempo para que empiecen a cerrarse— asentí, estaba jodidamente triste.Todos se habían ido desde esta mañana, era el cumpleaños de Aziel y Laila y tenían que hacer muchas cosas. Julian se había quedado después de que despertara e intentara bajarme de la cama pisando un horrible charco de agua negra y pegajosa.Cada día entiendo menos cómo iba a controlar este poder que había estallado en mi, ni siquiera era capaz de tocar a alguien porque ya estaba absorbiendo su magia. Me mantendría encerrada hasta que Julián me enseñase a hacerlo.—Podrías consumir magia— susurro Julian, lo mire a través del espejo.—No, no quiero hacer más daño a nadie— susurro. Luego de haber despertado y recordar todo lo que había pasado, cómo había matado a aq
—Amara quiero presentarte a la luna de la manada italiana, sus hijas vendrán a estudiar aquí cuando la escuela esté lista— sonrió falsamente mientras beso la mejilla de aquella hermosa mujer.—Un gusto señora.—El gusto es mío Amara y no me digas señora, soy Rosela— asiento, reina me da una sonrisa.—Vale Rosela, espero que disfrutes tu estadía en el reino. Con su permiso me gustaría retirarme, mi prima no está bien de salud y quisiera estar a su lado— hago una reverencia a la reina y a Rosela. Me alejo lo más rápido que puedo y entrelazo mi brazo con el de Izel.—¿Estás bien?— mi prima vacía su vaso.—¿Tu estas bien?— me sorprende el que Izel está tomando champaña como si fuera agua.—Si, ya me quiero ir a casa— asiento.Se supone que cuando el reloj marque las doce Laila y Aziel deberían transformarse frente a todos. Mi novio se negó rotundamente explicándole a su padre que su transformación se había adelante al igual que la de su gemela, el rey cedió y la fiesta acabaría luego d
-Ya te dije que estoy bien, no es necesario que te quedes aquí- Aziel me da el vaso de agua junto a las vitaminas que me mando el medico. Tuve que rogarle para que no dijera nada y aunque dudo aceptó pidiéndome tener mucho cuidado.-Amara, tienes anemia ¿como quieres que no me preocupe?-Se me quitará- dentro de nueve meses.-Y para eso debes cuidarte, ahora bebé las vitaminas- a regañadientes me las tome, siempre he odiado tomar medicamentos- voy a hablar con papá, le diré que no iré a ningún lado- hice una mueca al ver el rostro nervioso de Casiel.-No puedes hacerlo, el rey se enojara mucho más- luego de mi salida del hospital Aziel había llamado el rey diciéndole que no podía ir a la reunión porque yo me encontraba mal, el rey tratando de darle una solución le dijo que me llevara al palacio y me quedaría con la reina, sin embargo Aziel se negó rotundamente y ahora anda peleado con su padre y con una misión por cumplir.Él no quería ir y yo no quería que se enojara más con su padre