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5 Renunciar.

Mientras todas sus amigas o hermanas como se llamaba entre ellas, estaban dando vueltas por los alrededores, despidiéndose de aquel lugar que por tantos años fue su hogar, Kenna Ahmed, estaba sentada en la sala del orfanato, se había convertido en una joven optimista, inquieta, pero también susceptible e impulsiva, observaba la chimenea que ahora estaba apagada porque la primavera estaba llegando a su fin para darle paso al verano, por lo que el fuego ya no era necesario y fue ese pensamiento el que la llevo a recordar aquello que tanto odiaba.

"Claro que el fuego no es necesario, ni ahora, ni hace 18 años atrás, pero sin embargo lo utilizaste, no te bastó con todo lo que me hiciste.”

Kenna recordó una vez más lo que había sido su vida como Merary Mujtar, una joven de 19 años que había sido desposada en contra de su voluntad con Abasi Najnak, un hombre de 20 años conocido por ser viudo no una, sino dos veces en tan corta edad. 

Sus esposas habían tomado el camino del suicidio, y Merary pronto sabría el porqué de ello. 

El hombre había pagado por Merary, ya que tenía una belleza única, sus padres aceptaron tres vacas, dos burros y un caballo por ella, aun sabiendo que el hombre pertenecía a una adinerada familia, aceptaron lo que se les ofreció y no pidieron más, para ellos su hija valía aún menos que un burro, creían que este viudo estaba siendo generoso con ellos.

Sin embargo, la joven sabía que nada bueno le esperaba junto a él, pero aun así nunca imaginó lo que le harían, su pobre mente nunca pudo imaginar que personas como Abasi pudieran existir fuera de las películas de terror.

Apenas fue desposada, la arrastraron a la casa de sus suegros, ya que por tradición el hijo mayor permanecería en el hogar de por vida y junto a él su esposa y descendencia, jamás fue tratada como otra cosa que no fuera un objeto, empleada o mascota en aquel lugar, su noche de bodas fue la peor de todas las que puedan existir, sin la menor delicadeza Abasi la forzó, una y otra vez, luego de eso vinieron los maltratos de la familia Najnak, era menos que la sirvienta de todos, vivían en la casa de sus suegros como dictaba la tradición, un año de golpes, insultos y humillaciones, la llevaron a pensar en el suicidio rápidamente, pero la amenaza de Abasi fue clara.

— Si eliges suicidarte como mis anteriores esposas, compraré a tu hermana. – le dijo la noche que la encontró a punto de ahorcarse.

— Pero mi señor, ella es solo una niña de 10 años. — respondió con los ojos cubiertos de lágrimas y voz temblorosa.

— ¡Y tus padres no dudarán en venderla como hicieron contigo! — fue su respuesta antes de salir de la habitación dejándola decidir su futuro y el de su pequeña hermana.

En el tiempo que vivió en aquel horrible lugar, Merary no podía mencionar su nombre, ni decirle marido, ya que luego de un año de ser violada casi a diario no había quedado embarazada, eso le quitaba cualquier beneficio, por lo que se tenía que referir a su familia política como si fuese una empleada y ellos los señores, Merary soportaría todo, el amor que le tenía a su pequeña hermana era todo para ella, un día Abasi se cansó y la llevo al médico, quería saber porque aún no era padre.

—Lo siento señores Najnak, pero la señora Merary es estéril, nunca podrá tener hijos.

Y fue lo mismo que ser sentenciada a muerte, luego de eso su esposo, la entregó a un grupo de empleados como pago por sus servicios, y a pesar de que ella pedía morir cada noche, nunca imagino la forma que su esposo eligió para cumplir su deseo.

Cuando los primeros rayos de sol salieron y ella recobró el conocimiento, salió del cuarto que los empleados hombres compartían, en busca de ayuda, ya que las heridas que tenía por ser violada tan salvajemente provocaban un dolor insoportable, pero lo único que encontró al salir del lugar fue a una turba de personas esperando por ella.

— ¡Engaño a mi hijo!  — grito su suegra, con un odio sin igual.

— Exijo justicia, mi esposa fornico con otros hombres. — Su esposo, el mismo que la había encerrado la noche anterior con los trabajadores se mostraba engañado y devastado por lo que supuestamente ella había hecho.

Merary estaba desorientada por los golpes recibidos en la noche anterior y se tambaleaba en busca de ayuda, algo que nunca consiguió, la turba de personas que allí se encontraba, tanto familiares de su esposo como propios le arrojaron piedras, y la golpearon sin piedad alguna.

Abasi la sujeto a un árbol y colocando ramas a sus pies la prendió fuego, no importó lo mucho que gritara, nadie se apiadó de ella, y tuvo una muerte lenta y sumamente dolorosa.

Así fue como con 20 años terminó la vida de Merary y comenzó la de Kenna.

— Pequeña, ¿acaso piensas incendiar el orfanato? — pregunto la única mujer a la que ella consideraba madre.

— Hermana Raquel, lo lamento tanto, solo estaba recordando. — Kenna miro el fuego que salía como lenguas de la chimenea y lo detuvo, extinguiéndolo por completó. Aunque el fuego de sus ojos jamás se extinguirá.

— ¿Estas lista? Esta será la última prueba, ¿quieres preguntarme algo? — esta mujer la conocía demasiado bien, después de todo era la niña que crio.

— Mis hermanas... todas ellas amaron y fueron traicionadas, pero yo nunca amé, ¿por qué renací? —  el hada del fuego pocas veces pronunciaba aquella palabra, para ella el AMOR, era un tabú.

— Tu amaste con locura a tú hermana y fue por ella que soportaste tanto, el renacer fue tu recompensa, para una nueva oportunidad. 

— ¿Convertirme en hada? ¿O ser humana?

— Eres muy lista, eso es algo que solo tú decidirás. 

—La mejor opción es ser un hada, el amor no existe, por algo no puedo tener hijos, ¿verdad?

La hermana Raquel moría de ganas por decirle que en esta vida ella podía ser madre, y así darle un motivo para querer quedarse como humana, pero rompería todas las reglas. Kenna amaba a los niños, pasaba horas viéndolos correr he incluso se ofrecía a cuidarlos, era por eso por lo que la hermana Raquel guardó silencio. Ella no debía interferir con la decisión que debía tomar la peli negra.

— ¿Sabes? hoy que cumples los 18 años de vida te daré un regalo.

— ¿Qué cosa?

— Tu hermana… ella es feliz, después de que tus padres te vendieran, y luego de tu cruel destino, le quitaron a tu hermana, ella creció y tiene una buena vida, ya no debes preocuparte, tú la salvaste.

— Gracias hermana. — Kenna sentía que se había sacado el peso del mundo de sus hombros, por lo menos pudo ayudar a su pequeña hermana, ¿valió la pena? Claro que sí.

— Mira, los señores Petrov por fin llegaron.

Kenna estaba segura de lo que quería, deseaba ser una con la naturaleza, hacer explotar los volcanes para crear tierra cada vez que quisiera ver a sus hermanas, controlar los incendios en los bosques para que la vida comience con su ciclo nuevamente, ella renunció desde el inicio al ser una humana nuevamente, pero ¿podrá mantener su elección cuando sepa lo que es el verdadero amor?

IGOR:

Igor el mayor de los hermanos Petrov de 25 años, se encontraba en el despacho de la mansión, ordenando las últimas cosas, ya que durante este año en ausencia de su padre él tomara las riendas de todo, y esto generaba aún más problemas con sus hermanos.

Este hombre tenía una personalidad excitante además de ser sumamente musculoso de piel bronceada, y alto, que decir ... un hombre con cada letra bien puesta en su lugar, por lo que era común verlo rodeado de mujeres hermosas y problemáticas, con varios titulares en diversas revistas por sus escándalos amorosos y eso repercutía en las empresas que manejaba. Pero nada se podía hacer para remediar aquello, después de todo este hombre había renunciado al amor. Solo sexo y mientras más peligroso sea, mejor.

Pero el mayor problema que tenía con sus hermanos es que era un ser, voluble y agresivo, por decirlo de alguna forma, era pólvora que a la menor chispa explotaba.

"Listo, ya está todo en su lugar, bien ahora a recibir a esta pelirroja, parece una persona tranquila, mientras que a los periodistas les guste no tendré problema, durante un año la haré pasar por mi novia, y así podré juguetear tranquilo con mi agenda de mujeres casadas, sin ser expuesto."

Sus padres le habían designado a Nasima, quien poseía un rostro de niña bien portada, justo lo que él necesitaba para distraer a los periodistas. O eso pensaba.

— ¡Igor! Nuestros padres ya llegaron. – grito el pelinegro desde la escalera.

— ¡Voy Yannick, no grites maníaco del control!

— ¡Tú no me grites!

Este hombre de carácter fuerte se destacaba por ser explosivo, pero también muy amoroso cuando la situación lo requería, era un don juan en todo sentido, sus padres le asignaron a Nasima, pero si hay algo que le gusta a Igor Petrov son los retos, y cuando conozca a Kenna descubrirá el mayor reto de su vida, ¿cómo enamorar a alguien que no sabe lo que es el amor?

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