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Capitulo 2

 

Ilay mira a  Brandon a través del retrovisor. Es su jefe y también su mejor amigo, por eso le molesta tanto lo que está sucediendo.

– ¿Por qué sigues insistiendo en estar con ella a pesar de todo? – le pregunta sin poder seguir en silencio, pero Brandon no responde - ¿aún piensas que es ella quien te salvó en el pasado? – Brandon asiente 

—¿Cómo puedes estar tan seguro de ellos? Sabes que le has preguntado y ella afirma no recordar algo como eso.

–  Es algo de lo que estoy seguro Ilay, es demasiada coincidencia que ella tenga las mismas cicatrices en los mismos lugares que la chica que me salvó la vida – habla con convicción. Pero en su interior no estaba tan seguro. Sin embargo lo que no podía negar era que realmente ya se había enamorado de Amanda.

Ilay se da cuenta de que Brandon no quiere hablar más del tema y lo deja en paz, llegan a la casa en silencio, Brandon ni siquiera se despide antes de bajarse del auto y caminar en dirección a la puerta de su casa.

Él pone una mano en el picaporte y deja escapar un inmenso suspiro, no sabe lo que va a encontrar cuando entre. Es consciente de que debe de estar molesta porque una vez más rechazó su solicitud de divorcio, y siempre que eso sucede Amanda crea un caos para que él se sienta agobiado. 

Por más que Brandon rechaza el divorcio ella no comprende, no pierde oportunidad para intentar abandonarlo, sabe que quiere regresar con el idiota de su ex, y algunas veces ha pensado en la cantidad de amor que debe de tener ella por ese hombre, e incluso se le ha pasado por la cabeza dejar ella se marcha, pero pensar que la mujer que ama esta con otro hombre lo hace volverse loco, así que esa idea quedo descartada por completo.

 Además, Fred Galajan es hijo de la mejor amiga de la madrastra de Amanda, y si está seguro de algo es de que no son personas de confiar, ni él, ni la madrastra ni Mila. Todos están esperando la menor oportunidad para lastimarla, pero Amanda es tan inocente que confía en ellos ciegamente. Brandon deja de pensarlo y entra en la casa, contrario a lo que esperaba, está todo en silencio, encuentra a Amanda en la cocina y ella lo recibe con una sonrisa, es la primera vez que le sonríe desde su matrimonio y el corazón de él da un vuelco.

– Qué bueno que ya estás en casa –lo saluda ella – estoy preparando la cena.

– Aunque actúes así no tengo intenciones de darte el divorcio – le aclara el para que si ese es su objetivo se detenga, no quiere emocionarse en vano.

– Ya sé – le responde ella con la misma jovialidad mientras sofríe especias en el sartén – me lo has dejado claro como un millón de veces. – ve y cámbiate para que cenemos juntos –Brandon asiente y aun desconfiado va a su habitación y cambió su traje por ropa de estar en casa, regresa a la cocina y se sienta en la isla donde ella está sirviendo

– Lo siento, supongo que te estaba poniendo las cosas difíciles – mucho menos esperaba una disculpa, comen en silencio. 

Amanda levanta la vista cada tanto y le sonríe haciendo que su corazón siga estando loco, Bradon no comprende como una sonrisa de ella puede ponerlo en ese estado, aun sabiendo que no lo ama, termina de comer y se levanta.

– Muchas gracias por la cena, voy a estar trabajando en mi estudio si necesitas algo. – se dispone a retirarse y Amanda lo toma de la mano.

– ¿Puedo acompañarte? – le pregunta

– ¿A mi estudio? – quiere saber el sintiéndose atónito ante tal petición.

– Si es problema no, es solo que me siento un poco sola.

Brandon se siente sorprendido de que ella quiera su compañía, pero todo en ella ha sido extraño desde que él llegó, así que a lo mejor Amanda aceptó al fin de que el divorcio no es una opción y quiere trabajar en la relación que tienen ambos, no lo piensa demasiado.

– Ven conmigo – la lleva de la mano al estudio.

– Es la primera vez que entro aquí, a pesar de que llevo tres años viviendo en esta casa.

– Porque no has querido – le responde él sentándose tras su escritorio y mirando la inspección que hace Amanda del lugar – puedes mirar todo lo que quieras.

– ¿Contrataste a un diseñador de interiores? – le pregunta ella falsamente interesada.

– Si, antes de que llegaras aquí toda la casa fue remodelada para que fuera de tu agrado, aunque creo que falle en eso.

– No lo sabía – responde Amanda, y en verdad no tenía la más mínima idea, creyó que para Brandon traerla a esa casa fue como adquirir otro bien más, así que jamás consideró que había puesto tanto esfuerzo en mantenerla cómoda.

– Desde los pisos hasta el techo, todo fue hecho después de mirar la habitación que tenias en casa de tus padres, incluso los cuadros de las paredes, todo se ajusta a tu gusto – dijo Brandon

Amanda se da cuenta de que tiene razón, todo es de su total agrado, no sabe por qué no se dio cuenta de ello antes. Pero no es momento de eso, tiene que apegarse al plan.

– Siempre pensé que eras demasiado desconfiado como para permitir que alguien conozca la ubicación de tu caja fuerte. Así que era probable, al menos en mi cabeza tú hubieras decorado por tu cuenta.

Brandon se ríe con una carcajada estruendosa que Amanda no había escuchado antes, no puede evitar voltearse a mirarlo y quedar paralizada con su masculinidad.

– ¿En serio has pensado que soy como la bestia de la bella y la bestia o algo así? – se pone en pie y levanta con cuidado uno de los cuadros que están frente a ella, lo pone en el suelo y revela la caja fuerte que hay en la pared – desde hace mucho debiste de saber donde se encontraba la caja fuerte, intenta abrirla.

– ¿Estás seguro de que puedo? – le pregunta ella feliz de ver que su plan va según lo previsto.

– Dentro no hay nada que mi esposa no pueda ver – ella sonríe y se acerca al tablero electrónico de la caja fuerte.

– ¿Entonces cuál es tu contraseña? – si él responde esa pregunta está todo terminado.

– Tu cumpleaños, y no solo la caja fuerte, también la contraseña de mi teléfono.

Amanda se le queda viendo, por un momento piensa que lo que está haciendo es un error. Pero luego lo reconsidera, si él no fuera el tiempo de persona que pensaba eso quería decir que su familia le estaba mintiendo, y eso no podía ser. No podía dejarse engañar por su hipócrita sonrisa. Sirve un vaso de agua tibia que había preparado antes y se lo entrega a Brandon, el sin imaginarse que está cayendo en una trampa lo bebe mientras le cuenta más detalles sobre todo lo que cambió en la casa para que ella se sintiera a gusto.  

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