Layan nunca pensó que tendría que utilizar toda su fuerza para caerle detrás a alguien. Apenas había sentido el aire nocturno en su cara se había transformado desgarrando toda su ropa a su paso. El cuerpo de un lobo tomó su lugar y tensó todos sus músculos.
Pero maldición. Se suponía que estaba persiguiendo a una cachorra. ¿Qué tan rápido podía correr? Por más que moviera sus patas no podía acortar la distancia por más que hiciera el esfuerzo. El animal se fundía con la oscuridad de la noche y el espeso follaje del bosque. Su pelaje tan oscuro y brillante como el de su padre, un lobo negro, tan contados como los lobos albinos, tan hermosos que era increíble creer que existieran, destinados a la grandeza, a ser líderes. Apretó los dientes y mal
Layan caminaba lentamente llevando la loba adolescente en sus brazos. Pocas veces en su vida había temblado tanto como ahora. La saliva en su boca difícilmente pasaba por su garganta y cada vez que el recuerdo de lo que había hecho le cruzaba por la mente los síntomas se hacían peores. Obviaba la reacción fisiológica de su cuerpo de querer apretar más a la loba contra él y darle protección. Si solo no la hubiera mordido no sería tan fuerte. Un alfa siempre tenía un alto instinto de cuidar a los que lo rodeaban, sobre todo si eran jóvenes, pero a él se le había pasado la mano en más de una manera. LA HABÍA MORDIDO. Que estaba pensando en ese momento. Y no a cualquier lobo, sino a Priscila, la loba que lo reclamaba como suyo. Acaso eso no significaba que lo había reconocido. De seguro eso era lo que pensaría ella una vez que despertara. Tenía que aclarárselo. Esto había sido una medida de emergencia. El lazo no se completaría si ellos no consumaban su unión, algo de lo que no tenía int
Layan caminaba lentamente llevando la loba adolescente en sus brazos. Pocas veces en su vida había temblado tanto como ahora. La saliva en su boca difícilmente pasaba por su garganta y cada vez que el recuerdo de lo que había hecho le cruzaba por la mente los síntomas se hacían peores. Obviaba la reacción fisiológica de su cuerpo de querer apretar más a la loba contra él y darle protección. Si solo no la hubiera mordido no sería tan fuerte.Un alfa siempre tenía un alto instinto de cuidar a los que lo rodeaban, sobre todo si eran jóvenes, pero a él se le había pasado la mano en más de una manera. LA HABÍA MORDIDO. Que estaba pensando en ese momento. Y no a cualquier lobo, sino a Priscila, la loba que lo reclamaba como suyo. Acaso eso no significaba que lo había reconocido. De seguro eso era lo que pensaría ella una vez que despertara.Tenía que aclarárselo. Esto había sido una medida de emergencia. El lazo no se completaría si ellos no consumaban su unión, algo de lo que
Era la hora y Nebraska la sabía. Había ocultado por mucho tiempo lo que era realmente Priscila y el que estaba delante de ella no era un lobo cualquiera. Además de ser el que la había mordido era también el líder del Consejo, se suponía que estaba por encima de todos. La voz magnate de todos los alfas. Si lo seguía dilatando por más que se llevaran bien habría problemas.-Layan, seré clara ya que estamos en esta situación. Hay dos cosas que tienes que saber de Priscila- miró a su esposo buscando su afirmación la cual le dio, después de todo él era alfa y el padre de su cachorra.Ante el tono más serio de lo habitual de Nebraska, Layan tomó una postura más firme en el sofá y escuchó con atención. Su instinto bien desarrollado le indicaba que no sería algo agradable de oír. Nebraska respiró profundo.-Esto es algo que incluso Hades no sabe con detalles pues nunca se lo dije antes- hasta el alfa de a manada de plata prestó atención, Nebraska no le guardaba secretos, q
-Priscila--Priscila--¿Quién me llama?--Yo-¿Quién eres?--Alguien que te ha buscado por mucho tiempo--¿Por qué me buscas?--Porque te necesito--¿Por qué me necesitas?--...-Priscila abrió sus ojos de golpe. Frío, mucho frío. No podía moverse. Todo estaba oscuro a su alrededor. ¿Cuánto tiempo había pasado? ¿Mucho? ¿Poco? No lo sabía, pero de algo estaba segura. Todavía no era tiempo de despertar. Su interior era todavía un total caos. El fuego en su pecho era abrasador haciendo que lágrimas corrieran por sus mejillas. Cerró nuevamente sus ojos, solo saldría cuando ella fuera consciente de que era segura para estar con su familia. Después de todo, 15 años no son mucho para un lobo.-Priscila--Priscila--¿Por qué me buscas d
-He vuelto a casa, Ma-Nebraska no podía creer quien estaba delante de sus ojos y se acercó a ella tomándola de las mejillas con sus palmas temblando.-¿Priscila? ¿En serio eres tú?- su mirada recorría el cuerpo de su hija que a pesar de estar frío estaba lleno de vida.La loba agarro una de las manos de su madre y besó su palma.-Si ma, soy yo, estoy de regreso- sus ojos vacíos enfocaron el hermoso rostro de la omega para después inclinar hacia un lado y alzar la mano- Hola pa-Hades estaba tan conmocionado que todavía no reaccionaba. Ante esto Priscila dejó a su madre y se acercó al alfa palpándole la mejilla suavemente.-Así es como me recibes después de 10 años sin verme, puedes ser realmente frío pa- ella alzó una ceja.Hades carraspeó su garganta antes de hablar.-Leoxi, encárgate de él e interrógalo- le dijo a su hermano que todavía no salía del trance al igual que el resto de los miembros de la manada ya que todos habían sabido
Nicolás se dejó caer en el sofá de su cuarto totalmente agotado y se dejó abierta la camisa de la simple ropa que se había puesto después de llegar. El viaje había sido largo de regreso y ni siquiera le había notificado a Hades que estaba de regreso. Solo quería dormir cerrando sus ojos. Estaba tan aturdido que no sintió la presencia que se puso detrás de él y le abrazó por detrás el cuello. Un olor a lirio irreal llenó sus fosas nasales.-Acaso no vas a saludar a tu hermana-Los ojos de Nicolás se abrieron y giró el rostro notando la hermosa loba que estaba allí y le sonreía.-Hola Nico-El lobo se qued
Nebraska se removió en la cama ante las voces a su alrededor y que taladraban su cerebro. Como resultado abrió los ojos de muy mal humor. Y eso no era anda bueno...nada bueno. En la puerta vio a su esposo que tenía el ceño fruncido y los brazos cruzados delante de su pecho.La loba apretó los dientes. Rápidamente reconoció el olor de su hija y con ella el de alguien más. El de Layan. Así que estaban discutiendo como lobos incivilizados durante la mañana como si nadie en la mansión estuviera durmiendo. Y más ella que su esposo la había tenido despierta hasta muy tarde.Sigilosamente se levantó de la cama y se pasó un camisón largo hasta los tobillo y caminó hasta ponerse detrás de hades que apenas si la notó
Priscila caminaba varios pasos detrás de Layan. Sus manos sujetadas detrás de su espalda recta y su mirada fija en el lobo delante de ella. Por su parte los hombros de Layan estaban sumamente tensos y caminaba refunfuñando a pesar de que la mañana era bastante agradable.La loba recordaba su salida ocultándoselo a todos los miembros de la manada. De seguro su madre regañaría a su padre y su tío lo haría también. Solo se había ido sin más. Así era mejor. No quería que ellos se encariñaran más con ellos o la extrañaran. Por lo que había hecho su presencia lo menos notable posible. Su padre fue el único que la despidió antes de partir.-En serio me parece increíble que haya terminado así-