Más tarde acompaño a Vladik a la casa de los perros. James encabeza nuestra marcha y acata las órdenes de mi padre como fiel escolta.
—Sácalo aquí —le pide. Entre tres sacan al maloliente Vladimir de su celda. Su aspecto es nauseabundo y no tiene fuerzas ni para mantenerse en pie—. Quítenle las ataduras.
Cuando Popov levanta la mirada, contempla con sorpresa a Vladislav. No entiendo por qué.
Observo al margen cómo mis guardias desatan al hombre que cae de rodillas en el pasto del patio. Los escoltas lo rodean por si intenta salir corriendo a la vez que papá se coloca nudilleras de acero en sus dedos, seguido unas vendas para protección. En los ojos de Vladimir se refleja el miedo mientras ve cómo Vladik se sube las mangas de la camisa hasta sus codos.
—¿Sabes por qué estoy aquí? —le pregunta de forma amenazante colo
Observo detenidamente cómo Dasha dispara a la diana con el ceño fruncido, concentrada. La bala da en la unidad uno, en comparación a los anteriores tres tiros que se han desviado de su camino.—A ese nivel apenas has rozado el brazo de tu atacante. Levanta los brazos, afianza el agarre y no te distraigas de tu objetivo.Ella hace lo que le pido y el siguiente disparo impacta en la unidad tres del tablero.—Bien. Ahora dispara tres veces seguidas —ordeno. Ella lo hace.Dos de las balas se desvían, solo una impacta en la unidad uno.—Soy un asco —bufa bajando sus brazos.Me ve con enojo.—Oye, es la primera vez que disparas un arma. Tranquila, solo es cuestión de práctica.Paso por su lado y apoyo una mano en su hombro en forma de apoyo.Ella hace una mueca.—Pero tú eres muy buena —replica.&m
Al llegar a casa, tuve que ponerme a atender una visita no programada con uno de los socios externos de la Organización. Sinceramente odio que lleguen así de la nada a mi hogar y sin ninguna antelación. Slava podría aceptarlo, pero yo no. Creo que debo implantar nuevas reglas y de paso también una oficina fuera de mi propiedad. ¡Vamos! Que es la casa donde vive mi familia, no puedo estar exponiéndola de esta forma.Cuando por fin el hombre se marcha, tengo la oportunidad de subir a mi habitación y relajarme un poco. La verdad que luego del almuerzo, Konstantin se mostró un poco distante y al llegar aquí lo he perdido de vista. Supongo que está ofendido por lo que planeó y por lo que yo le dije. Tampoco me voy a disculpar.Paso directo a mi comunicador con la cocina y le pido a Beth una botella de vino tinto, junto a uvas. Quiero darme un rato de relajación, ¿y
Y no volvió Taras. Para mi sorpresa, no regresó en la noche para dormir. Supongo que estoy acostumbrada a que se haga lo que yo diga, que cuando no es así. Me deja estupefacta. Pero nada de qué preocuparse, Taras es alguien pasajero en mi vida, debe ser así. No me puedo dejar llevar por ningún tipo de sentimiento que decida surgir dentro de lo que tenemos... o teníamos.Para lo que sí ha vuelto es para la reunión que con tantas ansias he esperado que suceda. La Casa Nostra nos ha convocado en un restaurante exclusivo que frecuenta su organización cuando está en Rusia. ¿Invitarlo a mi casa? Desde luego que no. Mi familia vive en ella, no los voy a arriesgar si la mafia siciliana decide apuñalarme por la espalda.Es el anochecer y todos estamos listos para partir hacia la cena de negocios. Todos menos Konstantin; mi marido se quedará. Ya vamos
TarasLana se muestra enojada, tensa y preocupada, incluso estando dormida. Su ceño se frunce en medio del sueño y se remueve a mi lado. Observarla cada noche es mi obsesión, paso horas haciéndolo, es el único momento del día en que la veo tan vulnerable, más humana, más ella misma. Me hace recordar cuando era más joven, apenas una adolescente; cuando la veía de lejos, porque me aterraba lo que me hacía sentir una niña. Parece que eso no le importó a Aleksei.Suspiro y me recuesto en el respaldar de la cama. Luego de la reunión con la mafia italiana, volvimos a casa, era obvio lo que pasaría entre nosotros, lo que haríamos después. Ella es mi debilidad, lo usa a su favor y yo caigo como estúpido a sus pies. Pero no me importa. Estoy loco por Svetlana, la amo, ¡joder! Es lógico qu
—¿Me llamabas? —dice Sergéy entrando a mi oficina. Levanto la vista de los documentos que me ha enviado Konstantin desde los casinos.—Sí, pasa. —Mi escolta entra y se pone frente a mí esperando la orden—. ¿Te molestaría viajar a Estados Unidos?Lo veo fruncir el ceño y mirarme confundido.—No, pero ¿cuál es el motivo del viaje?—Arrancarle la garganta a Dominic Lexington si no te da mi dinero —espeto con rabia.Esa maldita alimaña. Decidí confiar en él y enviarle el cargamento, se ha cumplido el plazo de pago y no he recibido nada de su parte. Al parecer tengo que recordarle quién soy y que no se debe jugar conmigo.Sergéy asiente.—Está bien. ¿Cuándo viajo?—Hoy mismo. El avión te estará
—¿Algo más que quieras decir? —le pregunto a Knowlan a la vez que me levanto del escritorio.—Podemos ofrecerte apoyo, hombres entrenados para matar.Lo miro sin expresión alguna. ¿A qué viene esa propuesta indecente?Se queda en silencio, para mi sorpresa.—Te avisaré si los necesito.—Bien. Espero que cumplas tu palabra.—Por supuesto. No soy Svyatoslav.Seamus asiente y emprende la marcha hasta la salida de la oficina con sus hombres siguiéndole el paso.Le hago una seña a James para que los escolte fuera de la casa, este se va sin decir nada tras los irlandeses.Paso las manos por mi pelo y suelto un suspiro. Siento que cada día los sicilianos me pisan más los talones. Estoy preparada para ellos, sí, pero un ataque sorpresa no me gustaría nada. No quiero bajar la guardia, que no lo har
Una fiesta dos días después de haber recibido una clara amenaza por parte de nuestros enemigos, no es la mejor de las ideas.Pero que hayan envenenado al segundo cabecilla de la Organización hace tan poco, no parece importarle en lo más mínimo a Ruslan Lavrov, que ha planeado el cumpleaños número doce de sus gemelos por todo lo alto, cosa que me deja un mal sabor de boca cuando uno de mis hombres me hace llegar la invitación de “honor”.—Me parece algo extraño —digo sentándome en la cama. Seguido siento la mano de Konstantin acariciar mi espalda desnuda—. Sabe lo que ha pasado y tiene el coraje de festejar en momentos críticos.—Según tengo entendido, piensa iniciar a sus hijos.Frunzo el ceño ante eso y levanto la mirada hacia Taras, que sale del baño con expresión moribunda. Aún está alg
Cierro la puerta del auto de un solo golpe cuando bajo de él. Siento la furia recorrer todo mi cuerpo, la adrenalina sigue en mí haciendo estragos. Siento mis manos temblar y mi corazón va demasiado rápido en mi pecho. Mi cerebro solo repite una sola cosa: ha llegado el momento de pelear. Escapamos del ataque en carretera gracias a que logramos desviar a las camionetas de nuestros enemigos con disparos. Pero eso no significa que la guerra no haya comenzado y que este no sea el primer intento de ataque. Ellos dieron el primer paso, es hora de combatir. El próximo en morir será Lavrov por traidor a su Organización.—¡Vamos, prepárense! —grito a los guardias que custodian las puertas de la casona—. ¡Los sicilianos vienen en camino!Veo cómo James trota hacia el jefe de vigilancia y le da algunas órdenes. Sé lo que le pide, yo misma le h