—Entonces es verdad que ustedes leen los sentimientos —Kimimaro estaba de nuevo con esa postura fría—. Yo solo podré comprenderte con sangre… y puedo ver que no será tan fácil de conseguir después de ese disparo.
—Oh, te diste cuenta —él levantó una ceja—. Te aplaudo. Pero me temo que no podemos seguir peleando en este escenario.
—¿Hn?
Los pasos de un hombre joven sonaron en el suelo de piedra de aquél lugar. Fue el sacerdote quien se disculpó con Drui para recibir a su sirviente y poder intercambiar palabras con él, por lo que se le facilitó enterarse de lo acontecido. Ellos estaban peleando para ese informe, por lo que Drui querría tener todo más preparado para la llegada de su novia, él estaba seguro. De esa forma Oroqui despidió al hombre y volvió al comedor con el moreno, sentándose en el mismo sitio en que lo hizo antes.El sonido de los cubiertos volvió a ser el protagonista entre el silencio que ellos habían mantenido a lo largo de la cena.
La habitación era inmensa. Muy victoriana. A ella no le sorprendía que de hecho fuera tan clásica por todo lo que vio de camino acá, de hecho supo que la construcción era inmensa con lo que caminó hasta la recamara. Se dio cuenta de que todo parecía especialmente preparado para ella y prestó especial atención al hecho de que el armario estaba lleno de vestidos de hermoso gusto. Yuki había comprendido que no había mucha decoración en todas partes por una buena razón, pero notó que había varios artistas renovando algunos cuadros en toda la mansión. No era tan grande como un palacio o un castillo a pesar de que la construcción era de ese tipo, era más bien una mansión después de todo.
La peliroja abrió los ojos con una leve sorpresa. No había tenido ningún tipo de pesadilla a pesar de que se había quedado dormida con tanto cansancio. Por primera vez en mucho tiempo su sueño se basó en un recuerdo de todo lo acontecido con Drui y Jose como un equipo, con Xander inclusive. Y entonces la nostalgia la invadió, obligándola a ocultarse más entre las sábanas. Ahora extrañaba el pasado y deseaba volver en el tiempo a los buenos días, no permitirse enamorarse o entregarse a él. Ella era la culpable.No se había dado cuenta de que afuera estaba por oscurecer y pasaron tan solo treinta minutos a
—Me sorprende bastante que tú hables de esa forma —los ojos negros de él la observaron, mientras ella se giraba un poco para mostrarle el rostro—. No es propio de ti.—Tonterías —empezó él—. Nunca me habías escuchado hablar de mi madre o de mi familia en sí. Yo siempre los quise bastante, incluso a mi padre que era bastante estricto, yo era muy apegado a mi madre y a mi hermano mayor.—Bueno… tuviste una hermosa familia.
Estaba temblando. No se dio cuenta de que había estado temblando todo ese tiempo hasta que se miró a sí misma, pero ella estaba temblando a más no poder. Y en el momento en que lo notó su mano izquierda quiso detener la derecha, pero estaba demasiado en pánico. Su cuerpo sentía una emoción extraña que ella misma no recordaba que hubiese tenido en muchas ocasiones en el pasado, pero igual intentó frenarse con desesperación pues no concebía el hecho de que su cuerpo estuviese tan asustado y excitado a la vez. ¿Qué le pasaba?
Yuki no había notado que las voces de todos los sirvientes habían continuado cantando para ellos todo el tiempo pero la voz de Oroqui se había impuesto más fuerte que las de todos ellos… sus heridas se sanaron por sí mismas tras beber la mezcla de sus sangres y cuando se dio cuenta la mano del pelinegro había tomado la suya, la que permanecía desnuda, para traerla consigo escalones abajo con mucho cuidado. Y el sacerdote los observó, como si fueran un par de enamorados, desplazándose hasta el centro del salón para que él colocara una mano en la cintura de ella y con la otra sostuviera su mano.—La sangre que ha
Claro. Yuki estaba nerviosa. Esa misma noche se había enterado que se casaría o, más bien, había tomado la decisión de acceder a su propio y destinado matrimonio. Pero lo más inesperado fue aquella dulzura que él todavía tuvo para regalarle a ella en todo momento, como aquella noche previo a asesinarla. Él mostraba un cariño que era ardiente, que hacía que cada toque de sus manos se sintiera como fuego contra su piel incluso siendo tan suaves y atentos, tan cariñosos y cuidadosos. Él tenía ese algo especial que a ella le hacía sentir todo.Ella había conocido las mariposas en el estó
Cuando Yuki abrió sus ojos la habitación seguía a oscuras. Sabía que cuando mucho eran las tres de la mañana pues su ceremonia de matrimonio se había celebrado a la media noche, pero aquello no era tan importante como parecía…Su cabeza dolía casi tanto como todo su cuerpo, mientras que su brazo derecho parecía especialmente adolorido. La mejilla derecha de Yuki estaba contra el suelo y ella apenas había sido cubierta por la sábana en que estaba enredada desde un inicio. La recámara se había vuelto un caos en aquél instante que la habitación se había iluminado con tanta fuerza para v