Capítulo 4

Narra Luke

¿De qué diablos estaban hablando? Y ¿quién era ese tal Dylan?, no era el único en la sala que no entendía, y los gritos no ayudaban en nada, de un momento a otro pude ver como mi mejor amiga cae al suelo.

-¡Emma!- digo, corro para poder atraparla pero no pude.

-¡Emma despierta!- dice Jayden.

-¿¡Qué m****a fue lo que le dijiste Olivia?!- digo, levantó a Emma y la acuesto en el sofá.

-Su pulso está acelerado- dice Madi.

-Estará bien- dice Matheo.

-Solo está desmayada- dice Sarah- estoy estudiando el doctorado.

-¿En cuánto despertará?- dice Lucas.

-En un par de horas- dice ella- depende como este.

-La llevaré arriba- digo- la fiesta se acabó.

-¿Es una broma, verdad?- dice Olivia.

-Esto es tu puta culpa- digo girándome- largo de aquí, no quiero verte.

-Pero...- dice.

La ignore y lleve a mi amiga a acostarse, la cambié para que no esté con él vestido, y al sacarlo pude ver cicatrices en su cuerpo, ¿qué m****a era eso?, trate de ignorarlo y le puse el pijama, en eso abren la puerta.

-Ya nos vamos- dice Jayden- ¿tú te quedas con ella?

-Claro hermano- digo.

Estuve viendo la habitación de Emma, tenía muchas fotografías de muchos lugares, también muchos discos de música, entre los cajones encontré el peluche que le regalé cuando se fue, aún no puedo creer que lo conserva.

-¿Qué... paso?- escuchó una voz detrás de mí.

-Tranquila- digo- Solo te desmayaste.

Narra Emma

Sentía un fuerte dolor de cabeza, al abrir los ojos pude ver a mi amigo, pero ya no estaba en la sala, estaba en mi cuarto, espera y...

-¿¡Dónde está mi vestido?!- digo.

-Te cambié- dice él.

-¿Tú...Me...Me cambiaste tú?- digo- ¡¿Me viste desnuda?!

-Claro que no- dice- tenías ropa interior debajo de tu vestido.

Oh claro- digo con sarcasmo.

-¿Estás bien?- dice, sentándose a mi lado.

-Si- digo.

-¿Tienes algo que decirme?- dice.

No quería hablar de eso, pero sabía que él no iba a parar hasta que le contara toda la verdad.

-En una de las ciudades en las que viví conocí un chico, pero él era distinto a los demás ¿sabes?, tenía una personalidad única, comenzamos a salir, cuando estaba con él sentía que no tenía problema alguno, que todo iba estar bien, pero eso cambió una noche- digo, otra vez estaba llorando- fuimos al súper, él quiso ir caminando entonces lo hicimos, pero volviendo a casa aparecieron unos hombres, ellos solo querían dinero y se lo dimos para que nos dejaran en paz, pero no se fueron, uno de ellos quedó viéndome, y luego de analizarme lo único que dijo fue "ella vale más", ellos quisieron sujetarme y Dylan no dejo que eso pasara, ambos estábamos tratando de defendernos y entonces fue cuando escuché un ruido que me hizo helar la sangre, los hombres salieron corriendo y al girarme pude ver a Dylan tirado, y en eso un charco de sangre se formaba a su alrededor, comencé a gritar para que alguien me ayude, lo sujete en mis brazos y lo único que podía hacer en ese momento era decirle que todo iba a estar bien, cuando los paramédicos llegaron Dylan se había muerto desangrado.

-Lo siento mucho- dice mi amigo secándome las lágrimas.

-Tranquilo-digo- es algo de lo que no me gusta hablar.

-¿Cuando sucedió esto?- dice.

-Unas semanas antes de venirnos- digo.

Mi amigo no tenía nada para decir, todo quedó en un rotundo silencio.

-Mejor vamos a dormir- dice.

-Tienes razón- digo.

Antes de irnos a dormir bajamos para acomodar un poco la sala, para que mañana no tengamos que limpiar, luego de eso decidimos armar las camas, le preste una remera y un pantalón corto de papá así estaba más cómodo.

-Buenas noches princesa- dice.

-Buenas noches idiota- digo.

Me acosté abrazando un oso de peluche y lo único que podía hacer en ese momento fue llorar, de pronto veo que mi amigo se levanta y se acuesta a mi lado, el comienza a abrazarme.

-Lamento lo que pasó esta noche- dice.

-No fue tu culpa- digo- algún día tenía que contarlo.

-Descansa- dice- mañana vamos a ir a pasear.

-¿A dónde?- digo emocionada.

-Será una sorpresa- dice- si te digo ya no será una sorpresa así que mejor duérmete.

Me giré para dormir y entonces lo volví a escuchar.

-Revise tus cajones- dice- pude ver que aún tienes el peluche que te regale.

-Claro que si- digo- jamás lo perdería, tiene mucho valor sentimental.

-¿Valor sentimental?- dice él riendo.

-Si-digo- el día que me fui me lo diste y dijiste que cuando esté mal o me sienta sola lo abracé.

-Sí, recuerdo eso- dice sonriendo.

Ambos nos dormimos, la verdad no tenía ganas de nada, y me hacía falta un abrazo, y que mejor un abrazo de mi mejor amigo.

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